La Facultad de Ciencias Agrotecnológicas trabaja en la reproducción de Catarina para combatir la presencia de pulgones y otros depredadores de vegetales, que dañan los cultivos de la región centro y sur del estado, lo que impactará en la salud y economía de la zona, un compromiso social del proceso de Renovación Universitaria.
La maestra investigadora Nubia Orduño Cruz, encargada del Laboratorio de Entomología y responsable de este proyecto, explicó que la reproducción de la Hippodamia Convergens, mejor conocida como la “Catarina”, surgió a raíz de que algunos empresarios dedicados al campo denunciaron que en sus parcelas se había detectado la presencia de centenas de estos insectos.
Manifestó que se les explicó que este tipo de especies son benéficas para los cultivos, ya que son agentes de control biológico que regulan poblaciones de pulgones, ácaros, chinches, huevos de mariposas, etc., considerados como los “peores enemigos” de la agricultura.
Al detectar que la Catarina es un escarabajo que se come a todos esos organismos y hace un control amigable del medio ambiente, se decidió en la facultad buscar la reproducción de ellas formando una colonia cacera con cerca de 500 especies y que, al trascurso de un año y medio, se pueda tener la cantidad necesaria para distribuirlas entre los productores y especialmente a quienes se dedican a la siembra del chile, tomate, cebolla y frijol.
Por ello se inició con el proceso de reproducción de la especie teniendo un pie de cría que es mantenida con una dieta especial que consiste en darles una mezcla de hígado, miel, vitamina C, germen de trigo, grenetina y agua principalmente y que les está funcionando para mantener viva la colonia.
Orduño Cruz mencionó que actualmente los alumnos que cursan la carrera de Ingeniero en Horticultura se encuentran investigando si con los elementos nutritivos que constituyen esta dieta esos organismos pueden ovipositar, debido a que en esa colonia hay hembras y machos, incluso en esa población se detectó que en el periodo de invernación fueron localizadas ocho hembras por un macho.
“Lo que sigue es checar si las larvas emergen del huevo para posteriormente hacer otra dieta para que se sigan manteniendo, porque la intención es proyectar una producción masiva de catarinas que después de un año y medio de conservación puedan ser distribuidas a los productores del campo y encargados de los invernaderos”, manifestó la investigadora.
A una Catarina se le identifica por ser un insecto muy pequeño con seis manchas negras. Por lo general hay dos generaciones al año, cada hembra pone entre 200 y 1,000 huevos en grupos de 10 a 30, en lugares estratégicos donde las larvas puedan acceder al alimento natural, explicó la investigadora.
Por último, agregó que la primera entrega se contempla para quienes tienen cultivos en la región de Santa Rosalía y Camargo, donde los agricultores han mostrado mayor preocupación por la pérdida de sus cultivos a causa de los depredadores naturales.