La Organización Internacional del Trabajo (OIT) advierte que la mala alimentación causa mermas de hasta 20% en la productividad de las empresas, entre otras circunstancias porque los trabajadores pierden, por ejemplo, la capacidad de concentración.
Pero, además, porque tener una mala alimentación deriva en problemas como el sobrepeso, la obesidad y la diabetes, que representan ya una pandemia y que se asocian con otros padecimientos, como hipertensión arterial y algunos tipos de cáncer.
Según la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo más reciente, hay un total de cuatro millones 996 mil oficinistas, funcionarios y directivos en el país que trabajan en promedio ocho horas.
A ellos se suman 13 millones 472 mil personas que se emplean por su cuenta.
El Instituto Mexicano de la Competitividad calcula que a diario en México se pierde prácticamente un millón 95 mil horas laborales por ausentismo relacionado con la diabetes tipo 2.
Esto equivale a 400 millones de horas de trabajo que se traducen en 185 mil empleos de tiempo completo y un costo de 85 mil millones de pesos.
Según la Ley de Ayuda Alimentaria para los trabajadores, que establece medidas que las empresas pueden adoptar para mejorar la salud de su personal con el propósito de apoyar en su estado nutricional y prevenir así enfermedades vinculadas con una alimentación deficiente, los patrones pueden optar de manera voluntaria o concentrada por otorgar a sus empleados ayuda alimentaria con comidas proporcionadas en comedores, restaurantes o establecimientos, así como con despensas, ya sea mediante canastillas de alimentos o vales de despensa.
Según el reglamento al respecto publicado este año, en el caso de los empleadores los gastos derivados de la ayuda alimentaria son deducibles de impuestos, pero, sobre todo, el beneficio tiene que ver con contar con una fuerza laboral con una mejor alimentación para reducir el riesgo de accidentes en el trabajo y los índices de ausentismo.
Al mismo tiempo, el objetivo es el incremento de la productividad, la motivación y la satisfacción de los trabajadores.
El beneficio para el trabajador es la disminución en el gasto de alimentación, mejoría en la salud y prevención de enfermedades.
Por la salud
El reglamento de la legislación señala también que los patrones que establezcan esquemas de ayuda alimentaria deberán contar, según corresponda la modalidad, con los contratos celebrados por escrito con los proveedores.
Junto con ello, la Secretaría de Salud plantea que las empresas deben adoptar campañas internas para mejorar los hábitos alimenticios de las personas en su ámbito laboral.
Esas campañas se refieren a cómo promover la actividad física y el consumo de alimentos con suficiente contenido de verduras y frutas.