Con la primavera en España llegan los días con más horas de luz, los árboles y plantas en flor, aumentan las ganas de salir a pasear, hacer deporte…, pero también está la otra cara de esta estación: un estado de ánimo más depresivo, picores o toses por procesos alérgicos al polen, menor descanso por la noche, etc.
Todos estos cambios, también afectan, según los expertos del laboratorio farmacéutico Procare Health, especializado en salud de la mujer, a la actividad sexual.
«La primera influencia de la primavera es la obvia, el sol, y no solo por el bienestar que aporta la luz al estado anímico, sino por el incremento de la vitamina D en nuestro organismo, esencial para la correcta absorción del calcio y la protección de los huesos. El déficit de calcio puede llevar a enfermedades como osteoporosis, cuya incidencia es mayor en las mujeres debido a la reducción del calcio durante la menopausia.
Al mantener los huesos fuertes, el cuerpo en general obtiene mayor cantidad de energía, también la necesaria para garantizar relaciones sexuales satisfactorias. De hecho, hay estudios que han puesto de manifiesto que esta vitamina también ayuda a generar mayor nivel de testosterona, por lo que todo el proceso está unido», explica el doctor Santiago Palacios, ginecólogo presidente de la Fundación Española Mujer y Salud (FEMYS) y presidente honorífico de la Asociación Española para el Estudio de la Menopausia (AEEM).
Por otro lado, continúa el experto, las endorfinas que genera la exposición al sol hacen que se reduzca el estrés, se mejore el ánimo y, como consecuencia, se esté más receptivo a las relaciones sexuales. Además, durante esta época los aromas, tanto de la naturaleza como de los perfumes y colonias, se ven aumentados gracias al calor, generando también una mayor atracción.
«Sin embargo, existen situaciones que pueden perjudicar las relaciones durante la primavera, entre ellas las alergias o la conocida astenia primaveral», continúa el doctor Palacios. «Ambos son procesos que, aunque no sean de gravedad, dificultan la respiración, el descanso y el humor en general, provocando un menor interés en las relaciones sexuales», finaliza.
Esta situación es especialmente significativa en tres grupos: mujeres que toman la píldora como método anticonceptivo, lactantes, y aquellas que se encuentran en edad menopáusica. «Esta época trae consigo cambios en el cuerpo provocados por la disminución de testosterona y estrógenos. En este sentido, las mujeres suelen ver reducido tanto el interés en el sexo, como la frecuencia y la receptividad para mantener relaciones íntimas. Además, esta situación puede desembocar en dispareunia —dolor durante el coito— y problemas con la pareja», explica.
Este especialista asegura a ABC que hay varias maneras de ayudar a las mujeres que desean mejorar su libido. «En primer lugar, aumentando su testosterona, a través de fármacos que son muy indicados fundamentalmente para aquellas mujeres que no tienen ovarios. Se trata de una hormona vital para tener deseo sexual. Paralelamente existen otro tipo de productos desarrollados a partir de compuestos naturales que ayudan a mejorar el deseo sexual y la excitación en la mujer y, lo más importante, no tienen efectos secundarios —matiza— y se pueden comprar en la farmacia sin receta médica. Se ha demostrado que su uso aumenta ligeramente la testosterona endógena, por lo que se trata de un paso previo a tener que administrar testosterona directamente».
A la pregunta de quién debe tomar este tipo de productos, el presidente de la Fundación Española Mujer y Salud (FEMYS) es muy tajante: «aquellas mujeres para las que no tener deseo sexual suponga un verdadero problema en su vida diaria porque hay muchas féminas que lo padecen, pero no se sienten afectadas por ello en gran medida».
Respecto al tiempo que deben tomarlo, «los profesionales recomendamos tres meses y luego «ya se verá», porque cuando reactivan su actividad sexual está demostrado que el sexo atrae a tener más sexo, del mismo modo que si no se tienen relaciones sexuales durante un tiempo cada vez se siente mayor apatía por tener relaciones en pareja»
Añade que es muy positivo que las mujeres preocupadas por este tema realicen deporte, puesto que el ejercicio aumenta las endorfinas que llevan a un mayor deseo sexual.
Concluye que hay un vocablo que le gusta muchísimo y que también resulta muy eficaz para estos casos: «ntimisidad». «Consiste en crear un ambiente íntimo, cálido, tranquilo, en el que la mujer se sienta bien, protegida, libre, rodeada de buenos olores… Eso, a buen seguro, aumenta el deseo sexual en las mujeres», concluye el presidente honorífico de la Asociación Española para el Estudio de la Menopausia (AEEM).