Este martes, el presidente Xi Jinping encabezó la Cumbre del Partido Comunista Chino (PCC) y Partidos Políticos Internacionales con motivo de los 100 años del PCC. Entre los asistentes pudo distinguirse a dictadores, autócratas, ex jefes de Estado y presidentes de diversas vertientes ideológicas.
Entre ellos se destacaron Cyril Ramaphosa (presidente de Sudáfrica), Nursultán Nazarbáye (ex presidente de Kazajistán), Dimitri Medvedev (primer ministro de Rusia), Alberto Fernández (presidente de Argentina), Nguyen Phu Trong (presidente de Vietnam), Miguel Díaz-Canel (dictador de Cuba), Saadeddine Othmani (jefe de Gobierno de Marruecos), Emmerson Mnangagwa (presidente de Zimbabue), Hun Sen (primer ministro de Camboya), Imran Khan (presidente de Pakistán), Mahmud Abbas (presidente de Palestina), Aleksandar Vu?i? (presidente de Serbia), Filipe Nyussi (presidente de Mozambique), Hage Geingob (presidente de Namibia), Denis Sassou-Nguesso (presidente de la República del Congo), Mahinda Rajapaksa (primer ministro de Sri Lanka) y Evo Morales (ex presidente de Bolivia).
No es llamativo que todos ellos sean hombres, y que no hayan participado importantes líderes o funcionarias mujeres durante la cumbre virtual. La historia del Partido Comunista Chino se basó en concentrar el poder en los hombres.
El 23 de julio de 1921, el PCC tuvo su primer Congreso Nacional, en el que apenas participaron una decenas de delegados. Entre ellos se encontraba Mao Zedong, primer líder del partido y considerado padre fundador de la República Popular China. Desde entonces, es el único espacio político habilitado en el país y gobierna sin oposición desde 1949.
En el último Congreso Nacional del PCC -el evento se celebra cada cinco años- fue en 2017. Las mujeres solo representaron 83 de los 938 delegados de élite. Es decir, menos del 10% en total.
En este primer siglo, la formación cuenta con casi 92 millones de miembros, lo que representa alrededor del 6,6% de la población china. De ese total, apenas una cuarta parte son mujeres. Su influencia es prácticamente nula, ya que no hay ninguna entre los siete poderosos miembros del Comité Permanente. La funcionaria de mayor rango en la actualidad es la vice primera ministra Sun Chunlan, quien está entre los 25 integrantes del politburó, el segundo órgano de mayor importancia.
Los números hablan por sí solos, pese a los intentos del régimen de mostrar una realidad que no es tal. Como el pasado mes de marzo, cuando Zhang Jun, representante permanente de China ante la Organización de las Naciones Unidas, resaltó el rol de la mujer en el país. “Las mujeres están desempeñando papeles claves en la vida política de China”, dijo en esa oportunidad el funcionario chino, con motivo del Día Internacional de la Mujer.
En 100 años del PCC, la única mujer que ocupó un alto cargo ejecutivo fue Soong Ching-ling, esposa de Sun Yat-sen, primer presidente de la República de China. Entre 1968 y 1972 fue copresidenta del país, junto con Dong Biwu.
Mao Zedong (1949-1959), Liu Shaoqi (1959-1968), Dong Biwu (1968-1975), Li Xiannian (1983-1988), Yang Shangkun (1988-1993), Jiang Zemin (1993-2003), Hu Jintao (2003-2013), y Xi Jinping (2013-actualidad), fueron los presidentes de la República Popular China. Los primeros ministros, también hombres: Zhou Enlai (1949-1976), Hua Guofeng (1976-1980), Zhao Ziyang (1980-1987), Li Peng (1987-1998), Zhu Rongji (1998-2003), Wen Jiabao (2003-2013) y Li Keqiang (2013-actualidad).
Lo propio ocurrió -y ocurre- con la conducción del Partido Comunista. Antes de la fundación de la República Popular China, sus líderes fueron: Chen Duxiu (1925-1928), Xiang Zhongfa (1928-1931), Li Lisan (1929-1930), Wang Ming (1931-1932), Qin Bangxian (1932-1935) y Zhang Wentian (1935-1943).
Mao Zedong (1943-1976), Hua Guofeng (1976-1981), Hu Yaobang (1981-1987), Zhao Ziyang (1987-1989), Jiang Zemin (1989-2002), Hu Jintao (2002-2012) y Xi Jinping (2012-actualidad), fueron los secretarios generales del PCC tras la fundación de la República Popular.
Una vez dentro del PCC, las mujeres suelen ser destinadas a puestos menos competitivos que los hombres.
“El Gobierno chino tiene una clara preferencia hacia los hombres a la hora de contratar empleados en el sector público. Me refiero a lo que sucede en un nivel bajo del Estado. Pero cuando te metes un poco más a investigar qué sucede dentro del sector público, también te encuentras con preferencias a la hora de ascender a los hombres frente a las mujeres. Y el resultado es que en la plana mayor del Partido se observa una abrumadora mayoría de varones”, explicó el mes pasado Yaqiu Wang, investigadora de Human Rights Watch (HRW), en diálogo con Infobae.
Varios especialistas, entre ellas Wang, atribuyen esta nula trascendencia de la mujer en la vida política del país a una cuestión cultural.
“El Partido Comunista es, al menos en la superficie, un partido comunista. Y la igualdad de género es una parte importante de la ideología comunista. Entonces, si uno va a los papeles, a la línea oficial del Partido Comunista chino, las declaraciones oficiales son todas sobre igualdad de género y sobre la emancipación de la mujer, y ellos tienen que sostener esas ideas, al menos en la superficie, porque son un partido comunista. Pero por otro lado tienen preocupaciones prácticas, como que necesitan mas niños. Y a su vez tienen esta mirada tradicional de la mujer en el hogar como la encargada de la crianza y siendo menos capaz que el hombre en el mercado laboral. Entonces estas miradas tradicionales sumadas a las necesidades concretas de tener más niños están empujando al Partido Comunista, y envía a las mujeres al hogar. Creo que son contradicciones que conviven en el partido, difunden dos ideas que son contradictorias”, explicó.
Victor Shih, experto en política, economía y finanzas de la élite china, indicó a Al Jazeera que “la policía, la censura de Internet, el ejército son muy importantes y tienden a ser especialidades dominadas por los hombres”. “Las mujeres suelen estar en la educación, el trabajo del Frente Unido (propaganda), las políticas sociales”.
El presidente Xi Jinping pronuncia un discurso en un evento por el centenario de la fundación del Partido Comunista de China, en la Plaza de Tiananmen, en Beijing (Foto: Reuters/ Carlos García Rawlins)
Para ascender en el escalafón del régimen chino, los miembros del PCC deben alcanzar ciertos hitos para poder acceder a los puestos de élite. En su mayoría, los funcionarios primero fueron gobernadores o secretarios del partido de una provincia o ciudad importante. En el espacio público también la presencia de hombres es abrumadora: sólo hay un puñado de mujeres en esos puestos, por lo que son pocas las candidatas que se consideran aptas para los cargos superiores. Generalmente, las pocas que llegan a estar preparadas para esos puestos ya están llegando a la jubilación, fijada en 55 años para las mujeres en China.
“No es como en Estados Unidos, donde Barack Obama o JFK, de 45 años, pueden presentarse a las elecciones (…) Se asciende a través de los rangos de una manera muy estructurada y se retira de una manera muy estructurada. Es muy raro llegar a ser miembro del politburó antes de los 55 años, así que eso significa que, incluso con este atroz historial de promoción de mujeres, es muy difícil de corregir”, señaló Richard McGregor, autor de The Party: The Secret World of China’s Communist Rulers.
Supuestamente el 10% de los puestos directivos provinciales, municipales y de condado deben ser ocupados por mujeres. No obstante, rara vez se cumple con ese mandato debido a la arraigada preferencia por los hombres.
Valarie Tan, analista del Instituto Mercator de Estudios sobre China, en Alemania, consideró que esos “estereotipos de género” incrementaron aún más desde la llegada de Xi Jinping al poder: “La expectativa es que las mujeres finalmente tienen que casarse, tienen que cuidar de los niños, envejecer y cuidar de los nietos”.
Yaqiu Wang, autora de un reciente informe sobre la política de dos hijos de China y la discriminación por género en el trabajo, hizo referencia a “una extensa propaganda en China para alentar a las mujeres -pero no a los hombres- a quedarse en casa y criar hijos”.
“Las mujeres sostienen la mitad del cielo”. Esa es una de las principales frases pronunciadas por Mao Zedong. Pero aunque el PCC pretendió -y pretende- promover la idea de que las mujeres deben tener los mismos derechos que los hombres para formar parte del proyecto comunista, las desigualdades de género cada vez son más fomentadas por el régimen.