El miércoles el gobernador César Duarte y el alcalde de Juárez, Enrique Serrano, encabezaron el retiro del letrero “No More Weapons” (No más armas) que hace tres años instaló el expresidente de la República, Felipe Calderón, en el puente libre que une la frontera entre México y Estados Unidos.
Dijeron que retirarlo es por cuestiones diplomáticas, pues tener un letrero así espanta a los turistas y es una confrontación altanera en contra de las autoridades estadounidenses, con las cuales hay que llevar una buena relación si en verdad se quieren crear lazos de amistad (o negocio).
El letrero de Calderón no fue la mejor estrategia para parar la entrada de armas gringas a México, iniciando por el pequeño detalle de que muchas de estas armas han entrado con autorización del propio gobierno, así que sólo sirvió como mera simulación y victimización.
Lo curioso es que Duarte reprueba estas medidas mediáticas pero hizo lo mismo con la galería del horror que instaló en el Palacio de Gobierno. Expuso a las víctimas del crimen organizado para echarle la bolita a Reyes Baeza y él quedar como el salvador. Otra acción que se reduce a la simulación.
Pero mientras las autoridades mexicanas quieren hacerse compas de los vecinos gringos, el político estadounidense de la banda republicana, Donald Trump, se destapó por la presidencia del 2016 y dijo que lo primero que haría en caso de ganar sería poner un gran muro entre México y EU, pues sólo hemos sabido llevar basura a su tierra. ¡Traz Cuash!
Con un sentimiento profundamente nacionalista recalcó que gringolandia se ha convertido en el “basurero de todos los problemas de los demás” y que México no es su amigo: “México manda a su gente, pero no manda lo mejor. Está enviando a gente con un montón de problemas (…) Están trayendo drogas, el crimen, a los violadores”.
Por otra parte, el gobernador chihuahuense quiso pararse el cuello señalando que nuestra entidad es la más competitiva del país con la llegada de grandes empresas como Heineken y Ford Motors Company.
Aunque ambas dejarán una gran inversión en Chihuahua y generación de más fuentes de empleo, aceptó que hace falta crear empleos mejor pagados, no sólo muchos con sueldos mínimos, pero esto aún no se ve ni en estrategias y mucho menos en realidades. Una de las muchas razones por las que los mexicanos prefieren “invadir” Estados Unidos y crearse el sueño americano.
El que ya no da una es el ViveBús, un sistema por demás descompuesto tanto en estructura como en infraestructura. Muchos de los camiones necesitan urgentemente ser renovados pero no hay dinero y quieren sacar ese dinero de los bolsillos ciudadanos, aún y cuando ha demostrado que en ninguna etapa de su funcionamiento ha dado buenos resultados.
El presidente de la CRC, Francisco Lozoya, aseguró que mientras no tengan dinero no podrán mejorar las condiciones del servicio pues los costos de insumos siguen aumentando y no les dan préstamos, es decir: “Querido ciudadano, sea solidario y suelte los pesos aunque nosotros no seamos solidarios con usted”.
Los que siguen visualizando un infierno en la tierra por la orden de la Suprema Corte de Justicia de la Nacional de legislar los matrimonios igualitarios, son los moralistas chihuahuitas encabezados por los panistas, quienes quieren impugnar y convocar a marcha con el fin de guardar las tradiciones y valores familiares de los chihuahuenses.
Si así fueran para exigir justicia por actos y omisiones que atentan dolorosamente contra las familias como el caso de la guardería ABC, podríamos creerles, pero sólo sacan sus garras cuando no se está de acuerdo con su arranciada ideología.
Y hablando de incoherencias, Gobernación Municipal autorizó la presentación de Adán Romero y El Remmy Valenzuela en el Estadio Manuel L. Almanza, conocidos cantantes de narcocorridos que según esto no cantarán ese tipo de temas pues atentan contra los valores de los chihuahuenses.
Para garantizarlo, se les pidió la exorbitante cantidad de ¡330 pesos! que luego se les regresará si cumplen con lo prometido, de lo contrario podrían hasta detener a los intérpretes. Lo raro es que en lugar de buscar acercar artistas de otros géneros a los ciudadanos, se quedan con los mismos. Quieren cambios pero no se mueven…