Llegaste en grupo al concierto pero, de repente, te encuentras solo en medio de la multitud.
Y es que eres tan fan de la banda que querías estar lo más cerca posible del escenario. Pero cuando miras atrás, no encuentras ni una sola cara conocida.
Así que pruebas con WhatsApp. «¿Dónde están?», escribes en la aplicación de mensajería gratuita, pero no logras enviar el texto.
Y cuando intentas llamar, tampoco consigues tono. Las redes están sobrecargadas.
¿Qué hacer, entonces, para comunicarte con tus amigos?
No desesperes, estas cuatro opciones te sacarán del apuro.
SMS
Puedes probar a enviar un mensaje de texto convencional, un SMS.
Y es que, aunque no tengas conexión a internet, puede que sí tengas red GMS, el sistema global para las comunicaciones móviles (del inglés Global System for Mobile communications).
Primero podrías probar a mandar un SMS.
Los SMS no suelen tener un precio elevado y aunque no es la mejor opción para mantener una conversación larga, son útiles para contactar con alguien de urgencia.
Las más conocidas son la aplicación de Mensajes de Android y Hangouts, pero existen muchas otras opciones en Google Play, como Textra.
En esa línea, la empresa Navenetworks desarrolló el servicio EnviaSMS.
Con éste el destinatario podrá recibir el mensaje estando desconectado de internet. El único requisito es que tanto el emisor como el receptor tengan instalada la aplicación de EnviaSMS en su smartphone y que el emisor sí que esté conectado a internet vía wifi o datos.
Firechat
Ya se había utilizado durante protestas en Irán y en Taiwán, pero esta aplicación de la empresa estadounidense Open Garden se hizo conocida en las manifestaciones prodemocracia el año pasado en Hong Kong.
En septiembre, en apenas 24 horas 100.000 personas se descargaron la app en esa región administrativa especial de China.
Y es que encontraron en ella una manera de comunicarse cuando Instagram había sido bloqueado en China y que muchos más mensajes de lo habitual eran censurados en el sitio chino de microblogging Sina Weibo, similar a Twitter.
En apenas 24 horas 100.000 personas se descargaron la app en Hong Kong.
Firechat les permitía comunicarse entre sí incluso sin tener acceso a cobertura telefónica ni a internet.
La aplicación funciona gracias a otros móviles que sí están conectados a la red inalámbrica y que actúan como punto de acceso para el terminal que no lo está.
Después de instalar en ellos la aplicación, estos se conectan entre sí a través de la antena wifi que llevan incorporada, lo que permite que los mensajes se vayan expandiendo en cadena, saltando de un usuario a otro cercano.
MeshMe
Esta aplicación utiliza la misma tecnología que Firechat, y de ahí le viene el nombre: mesh networking o red inalámbrica en malla.
Y al igual que Firechat, sirve no solo para comunicarse en medio de manifestaciones o cuando existe censura en las redes sociales.
MeshMe te permite comunicarte con otros usuarios cuando tu smartphone esté en modo avión, siempre que mantengas la conexión wifi y Bluetooth conectado.
También resulta útil en festivales u otros eventos donde las redes habituales están sobrecargadas, así como en la montaña u otros lugares con escasa o nula cobertura.
MeshMe te permite comunicarte con otros usuarios cuando tu smartphone esté en modo avión, siempre que mantengas la conexión wifi y Bluetooth conectado.
Cada celular que tenga instalada la aplicación funcionará como un router, y pasará la información a otro aparato utilizando la vía más eficiente en ese momento.
No se puede esperar una comunicación con un ancho de banda extraordinario, pero puede servir para mensajes de emergencia.
Pero los propietarios de los teléfonos que estén siendo utilizados como nodo no podrán leer el texto a no ser que esté dirigido a ellos.
De acuerdo a compañía, un iPhone 6 con MeshMe debería ser capaz de transferir datos a una distancia entre 20 y 30 metros utilizando la señal wifi, y entre 10 y 15 metros usando Bluetooth.
goTenna
Esta opción no es una aplicación que puedes descargar en tu teléfono, sino un accesorio para móviles que hace las veces de antena.
Es un producto de una start-up neoyorquina del mismo nombre, una barra tamaño bolsillo con una correa para atarla a la mochila o colgarla del cinturón.
Estas aplicaciones no solo son útiles en protestas, también en festivales, donde las redes suelen estar sobrecargadas.
Como las apps anteriores, goTenna permite una comunicación punto por punto, pero siempre que los usuarios de los aparatos cuenten con el accesorio.
Lo que hace es crear una red de radio de baja frecuencia para iOS y Android.
No se puede esperar una comunicación con un ancho de banda extraordinario, pero la CEO de la compañía, Daniela Perdomo, dice que en horizontes abiertospuede enviar mensajes hasta a 80 metros de distancia.
Todas las comunicaciones son cifradas y cuenta con un sistema de reenvío constante, hasta asegurarse de que el mensaje ha llegado a su destinatario.
Tanto si optas por este accesorio como por cualquiera de las apps anteriores, será una forma más eficaz de encontrarte con tus amigos que esperar en la puerta del concierto hasta que el lugar se vacíe.
Marihuana duplica riesgo de muerte por infarto y derrame cerebral, revela estudio global con 200 millones de casos
Una nueva investigación publicada en la revista Heart advierte sobre un riesgo grave y hasta ahora subestimado: el consumo de marihuana puede duplicar las probabilidades de morir por enfermedades cardiovasculares, incluso en personas jóvenes y sin antecedentes médicos. El hallazgo surge de un metaanálisis de datos médicos que involucra a más de 200 millones de personas, la mayoría entre los 19 y 59 años, en países como Estados Unidos, Francia, Canadá, Australia, Egipto y Suecia.
Lo más preocupante es que quienes presentaron mayor riesgo eran adultos jóvenes sin factores de riesgo previos como hipertensión, tabaquismo o antecedentes familiares. “Lo que más nos llamó la atención fue que los pacientes hospitalizados por estos padecimientos eran jóvenes, sin historial de enfermedad cardiovascular ni factores de riesgo asociados”, señaló la investigadora Émilie Jouanjus, profesora asociada de farmacología en la Universidad de Toulouse, Francia.
Comparados con quienes no consumen cannabis, los usuarios tienen un 29% más de riesgo de sufrir un infarto y un 20% más de sufrir un derrame cerebral. La revisión sistemática no logró determinar el modo de consumo (fumado, vaporizado, comestible, etc.), pero con base en los patrones de uso en los países analizados, los autores concluyen que la mayoría probablemente lo consumía fumado.
Los especialistas advierten que esta forma de consumo conlleva riesgos similares al tabaco. “Cualquier método que implique inhalar cannabis implica riesgos, incluso para quienes están cerca y respiran el humo de segunda mano”, explicó la doctora Lynn Silver, profesora de epidemiología en la Universidad de California, San Francisco, y coautora de un editorial que acompaña el estudio.
Además, nuevas evidencias apuntan a que incluso los comestibles con THC pueden causar daño vascular. Una investigación publicada en mayo de 2025 reveló que los consumidores de comestibles mostraron una reducción del 56% en la función vascular, incluso más alta que en quienes fuman marihuana, con una reducción del 42%. “El THC, sin importar su forma de ingreso al organismo, tiene efectos preocupantes sobre el sistema cardiovascular”, advirtió la cardióloga investigadora Leila Mohammadi.
Uno de los elementos más inquietantes del estudio es el incremento en la potencia del cannabis disponible en el mercado legal. “Los productos actuales pueden contener hasta 99% de THC. No tienen nada que ver con la marihuana que se fumaba en los años setenta”, señaló Silver. Esta mayor potencia también está asociada con un aumento en los casos de adicción y trastornos mentales graves como psicosis o esquizofrenia. Se estima que en EE.UU., al menos 3 de cada 10 usuarios desarrollan trastorno por consumo de cannabis.
Aunque las políticas públicas han priorizado la regulación comercial y el otorgamiento de licencias a empresas, los expertos piden un viraje urgente hacia la educación sobre riesgos. “Necesitamos tratar el consumo de cannabis como tratamos el tabaco: con advertencias claras, educación médica y políticas que pongan la salud pública al centro”, afirmó Silver.
Los investigadores temen que la relación entre cannabis y enfermedad cardíaca esté subestimada. “Es probable que el vínculo sea incluso más fuerte de lo que reflejan los datos actuales”, reconoció Jouanjus.
En un contexto donde el uso de cannabis se normaliza cada vez más, especialmente en adultos mayores que lo utilizan para el dolor o el insomnio, la evidencia científica lanza una advertencia clara: el cannabis no es inocuo, y su consumo podría tener consecuencias fatales, incluso para quienes creen estar lejos de cualquier riesgo cardiovascular.