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Condena la Sociedad Interamericana de Prensa asesinato de periodista chihuahuense

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Miami.- El asesinato del periodista mexicano Adrián Rodríguez Samaniego en Chihuahua fue condenado por la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP).
La Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) indicó que 2016 es considerado el año más violento para la prensa en México, luego de que fuera asesinado el periodista Adrián Rodríguez Samaniego en Chihuahua, sumando así 13 en el año.
Adrián fue asesinado cuando se dirigía a trabajar la mañana del 10 de diciembre, se encontraba en su vehículo fuera de su casa cuando sujetos desde otro auto le dispararon en ocho ocasiones, según la Fiscalía de Chihuahua.
El periodista de 41 años trabajaba para diferentes medios, entre ellos Antena Radio y Grupo Radio Divertida, llevaba más de 15 años como reportero en la ciudad de Chihuahua cubriendo la fuente del Gobierno y del Congreso.
Según información de Artículo 19, Rodríguez Samaniego se encontraba investigando junto con otro colega a dos personas que habían sido encarceladas por pruebas fabricadas, asunto que se presume pudo ser la causa de su homicidio.
Por su parte Roberto Rock, presidente de la Comisión de Libertad de Prensa e Información de la SIP, dijo que “son inquietantes y condenables los continuos actos de agresión contra periodistas en el país, cuyos casos, en su mayoría, no son resueltos y permanecen en la total impunidad”.
Además pido a las autoridades “frenar la cultura de violencia y dar respuestas eficientes ante la violencia y la impunidad que afecta a los periodistas”.
Según estadísticas de la SIP, en su registro de 2016 han sido asesinados 24 periodistas en América, México encabeza la lista con 13, le sigue Brasil con 4, Guatemala 3, El Salvador 1, Estados Unidos 1, Perú 1 y Venezuela 1.

México

Senado aprueba Ley General de Aguas en medio de acalorado debate y críticas de oposición

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El Senado mexicano aprobó este jueves, con 85 votos a favor y 36 en contra, el proyecto de decreto que expide la Ley General de Aguas y reforma diversas disposiciones de la Ley de Aguas Nacionales, en un contexto de creciente presión sobre los recursos hídricos del país por sequías, conflictos por concesiones, crecimiento urbano y alta demanda del sector agrícola.
La minuta fue remitida al Senado por la Cámara de Diputados, que la aprobó tras 24 horas de acaloradas discusiones. La iniciativa deriva de una propuesta de la presidenta Claudia Sheinbaum para regular el derecho humano al acceso, disposición y saneamiento del agua, así como priorizar su consumo humano y doméstico ante autorizaciones, permisos, concesiones y asignaciones del recurso.
El senador Óscar Cantón Zetina, de Morena, aseguró que el centro de este proyecto es la persona y no los grandes acaparadores de agua, pues se crea un trinomio virtuoso entre tierra, agua y gente. Afirmó que la legislación es la mayor aliada de los productores y campesinos de México, ya que elimina la visión mercantilista del agua y la regresa a su dueño legítimo, que es el pueblo de México.
La senadora del PAN, Verónica Rodríguez, señaló que esta reforma convierte el agua en un instrumento de manipulación política y electoral. Apuntó que le da al gobierno federal la posibilidad de decidir de manera discrecional quién mantiene su concesión, quién la pierde, a quién le reducen volúmenes de agua y a quién sí le permiten operar, lo que demuestra que es peligroso para la democracia, el campo, la seguridad alimentaria y las familias.
Carolina Viggiano, del PRI, advirtió que el proyecto no contó con estudios económicos ni presupuestales, no cuenta con análisis de impacto financiero y tampoco se asegura inversión para la infraestructura, operación ni vigilancia de los sistemas de agua. Además, señaló que no se consultó a los pueblos originarios.
Luis Donaldo Colosio, de Movimiento Ciudadano, indicó que los cambios abren la puerta a más control gubernamental sin contrapesos reales, a más trámites y a más incertidumbres para el campo mexicano. Afirmó que se concentran atribuciones en la Comisión Nacional del Agua sin reglas claras, crece el riesgo de arbitrariedad, corrupción, favoritismos y castigo político, además de que se crea incertidumbre en la asignación de derechos y volúmenes, lo que desincentiva la inversión, la tecnificación y frena proyectos.
La nueva Ley General de Aguas establece que las concesiones para el uso del vital líquido no podrán ser intercambiadas entre particulares, con la obligatoriedad de que sea la Conagua la que las distribuya de nuevo.
La discusión y aprobación en las Cámaras de Diputados y Senadores ocurre en un contexto donde el sector agrícola consume cerca del 75 por ciento del agua disponible para consumo en el país.

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