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Resto del mundo

Condenan a un año de libertad condicional a un expiloto que se puso a ver pornografía frente a una compañera en pleno vuelo

Michael Haak, un expiloto estadounidense de 60 años, ha sido condenado a un año de libertad condicional sin supervisión por exponer sus genitales y ver pornografía frente a una primera oficial durante un vuelo de la aerolínea Southwest Airlines que el pasado mes de agosto cubría la ruta entre Filadelfia y Florida (EE.UU.), informa AP.

Aunque Haak se declaró culpable de cometer un acto lascivo y expresó su arrepentimiento, el juez federal J. Mark Coulson también decidió imponer una multa de 5.000 dólares al piloto retirado.

«Comenzó como una broma consensuada entre la otra piloto y yo», declaró Haak durante una audiencia a distancia. «Nunca imaginé que se convertiría en esto», lamentó.

Según los fiscales federales, una vez el avión alcanzó la altitud de crucero, Haak se levantó del asiento de piloto, dejó al descubierto sus genitales y comenzó a mirar material pornográfico en un ordenador portátil dentro de la cabina, lo que tildan de «conducta inapropiada».

Efecto traumático

El magistrado señaló que este comportamiento tuvo un efecto traumático en la copiloto, con la que coincidía por primera vez, y que podría haber afectado a la seguridad, tanto de los pasajeros como de otros compañeros de trabajo.

Haak fue piloto de Southwest Airlines durante 27 años, hasta el momento de jubilarse. Su último vuelo para la aerolínea con sede en Dallas lo realizó el 31 de agosto de 2020, apenas tres semanas después del incidente por el que ha sido condenado.

Chris Mainz, portavoz de Southwest Airlines, dijo que la aerolínea «no tolera un comportamiento de tal naturaleza», motivo por el que, tras una investigación del asunto, han dejado de pagarle a Haak una serie de prestaciones a las que tenía derecho.

Resto del mundo

Cofece multa a Walmart por prácticas monopólicas: la batalla legal apenas comienza

La Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece) asestó un golpe histórico al multar a Walmart de México con 93.4 millones de pesos tras concluir una investigación que se extendió por más de cuatro años. La razón: prácticas monopólicas relativas, particularmente en el trato con sus distribuidores.

Según el dictamen de la Cofece, Walmart aprovechó su posición dominante en el mercado para imponer condiciones desfavorables a los proveedores, afectando la competencia en el sector. Aunque no se han revelado todos los detalles de las “contribuciones” impuestas a los distribuidores, el veredicto destaca cómo estas prácticas distorsionan el acceso al mercado y perjudican a competidores más pequeños.

En respuesta, Walmart no tardó en reaccionar. La empresa anunció que impugnará la decisión y enfatizó su compromiso con el cumplimiento de las leyes mexicanas. En su comunicación oficial, destacó que la sanción carece de fundamento y que está basada en interpretaciones erróneas. Este movimiento era predecible: para una empresa de este tamaño, 93 millones de pesos no solo representan una cifra considerable, sino también una amenaza a su reputación.

Por otro lado, la Cofece también se juega mucho. Este caso es una muestra clara de su intención de reforzar la vigilancia sobre los gigantes corporativos. Sin embargo, una batalla legal prolongada podría poner a prueba su capacidad de defender sus resoluciones en tribunales.

Más allá de la multa, el caso de Walmart pone el reflector sobre una problemática común en el comercio minorista: el desbalance de poder entre grandes cadenas y pequeños distribuidores. Si bien el desenlace de este litigio aún está por definirse, el mensaje es claro: los días de actuar sin consecuencias podrían estar contados. La industria y los consumidores estarán atentos a cada movimiento en esta batalla judicial.

 

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