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Conoce a la primera mexicana en ganar dos olimpiadas de matemáticas

Ana Paula Jiménez Díaz tiene 19 años y ha hecho historia al convertirse en la primera mexicana en ganar dos Olimpiadas de Matemáticas (IMO) por sus siglas en inglés. Actualmente es estudiante de la Licenciatura en Matemáticas en la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Actualmente suma 24 medallas en distintas competiciones a nivel nacional e internacional en los últimos seis años. También ha competido en la Olimpiada Europea Femenil de Matemáticas (EGMO) donde logró ganar en el 2017 y 2018 la medalla de plata y de oro en el 2019 y 2020. Fue la segunda mexicana en ganar la medalla de oro después de que Olga Medrano lo hiciera en el año 2016. La EGMO es un evento que tiene el objetivo de promover la participación de las mujeres en las olimpiadas científicas y matemáticas.

Por parte del IMO recibió el premio “Maryam Mirzakhani” en el año 2019 y 2020 por su gran desempeño como competidora de América del Norte. Además de las 24 medallas, cuenta con tres menciones honoríficas.

A pesar de ser estudiante de matemáticas, ella considera que las olimpiadas le ayudan a percibir lo mucho que le gusta esta rama de las ciencias. “Una vez que entras en la olimpiada, tienes ese contacto con las matemáticas creativas que requieren de soluciones muy ingeniosas; es como armar un rompecabezas y llegar a la solución, siento que al verlas de esa manera es justo lo que hace que te gusten más, ahí fue donde se encendió la chispa”.

A Ana Paula no solo le gusta resolver problemas matemáticos, es algo que le apasiona y emociona. En cuanto al trabajo de la universidad comente que siempre le han gustado y le iba bien, pero no le fascinaba y con las olimpiadas fue algo que logró cambiar. No percibió lo que realmente son las matemáticas para ella hasta ahora.

Actualmente tiene otra meta importante, que es convertirse en entrenadora.

“Es un sueño que tengo: que más mujeres participen en la olimpiada de matemáticas, y ver otros ejemplos es algo que me inspira y motiva, como Isabel Hubard (su entrenadora), y otras; ver a otras chicas que asisten a estas competencias es muy inspirador, y yo espero hacerlo con otras”, concluyó sobre ser instructora.

En entrevista al Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), contó que admira a Olga a Medrano e Isabel Hubard; Olga fue la primera en ganar una medalla olímpica para México. Además, la joven envió un mensaje a las niñas y adolescente que no les gustan las matemáticas o que las ven como una complicación en el aprendizaje.

“A todas las niñas les digo que pierdan el miedo a las matemáticas; realmente son muy divertidas y las disfrutas más cuando las entiendes. Entonces, que nunca pierdan su curiosidad, que investiguen y se acerquen a las ciencias”, dijo a Conacyt

Una de sus principales mentores es Isabel Hubard, quien es investigadora del Instituto de Matemáticas (IM) y profesora en la Facultad de Ciencias. Su labor no ha sido solo poder apoyar y acompañar a Ana Pau, también ayudar a que más de sus alumnos se interesen por las matemáticas a nivel competitivo.

Fuente: Infobae

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Desaparece en Disneyland y aparece días después en un bote de basura en Mexicali: el misterioso caso de Annie Encino

Una adolescente estadounidense de 16 años fue localizada con vida dentro de un contenedor de basura en Mexicali, Baja California, días después de haber desaparecido en el parque Disney California Adventure, en Anaheim. El caso ha despertado preocupación e interrogantes en ambos lados de la frontera, especialmente por el silencio mediático en México y las lagunas que aún rodean su cruce hacia territorio nacional.

Annie Kathleen Encino desapareció el pasado 20 de abril tras una discusión con su familia dentro del parque temático. Fue vista por última vez alejándose sola, lo que activó una Alerta Amber en Estados Unidos. Sin embargo, esa alerta nunca cruzó a territorio mexicano, dejando a la opinión pública del país sin conocimiento de su desaparición… hasta que la historia dio un giro tan insólito como alarmante.

Días después, una llamada anónima al 911 alertó a la policía municipal de Mexicali sobre la presencia de una menor dentro de un bote de basura. Al llegar al sitio, los oficiales encontraron a la joven en condiciones que no han sido detalladas, pero confirmaron su identidad. El consulado de Estados Unidos fue notificado de inmediato y su madre viajó a la ciudad fronteriza para identificarla y llevarla de regreso.

Hasta ahora, las autoridades mexicanas no han informado cómo fue que Annie cruzó la frontera sin documentos, sin acompañantes y sin ser detectada. Tampoco han revelado si fue víctima de trata, secuestro, abuso o si viajó voluntariamente con ayuda de terceros. La Fiscalía de Baja California mantiene abierta una investigación para esclarecer los hechos.

Lo que sí queda claro es que algo falló en los mecanismos de cooperación fronteriza. Ni la alerta internacional funcionó, ni hubo un protocolo binacional que permitiera actuar a tiempo. La aparición de una menor estadounidense en un contenedor de basura, en una ciudad donde los casos de desapariciones no son novedad, pone una vez más bajo la lupa la crisis de seguridad y el flujo irregular entre ambos países.

Mientras se esperan más detalles oficiales, el caso de Annie Encino evidencia que incluso en un entorno supuestamente seguro como Disneyland, la vulnerabilidad de los menores puede terminar en una historia digna de una serie policiaca.

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