El caso del asesinato de los padres jesuitas en Cerocahui seguirá con impacto mediático hasta que se dé la detención de el señalado como autor material del triple homicidio.
La gobernadora ya se comprometió y ahora se tienen que dar los resultados, sino de nada servirá la sesión de fotos en la Sierra con las fuerzas armadas en fila escuchando las instrucciones de la mandataria.
Igualmente la Federación no podrá echarse para atrás y continuar con el apoyo a Chihuahua.
De entrada ya se emitió alerta para cerrar las fronteras, sin embargo la lógica indica que, o se clavó en lo más profundo de la barranca, o sigue con protección oficial.
Cinco millones es lo que se ofrece por él, sin embargo, de conseguir su captura rápidamente será un preciado trofeo que toda la clase política quisiera tener en sus vitrinas.

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Al que le salpicó el tema de El Chueco más pronto que de volada fue al ex gobernador Javier Corral, al que le podrían incluso abrir una investigación por solapar las actividades delictivas del sujeto en mención.
Y es que el propio presidente de la República cuestionó que el presunto criminal actuara con toda libertad y que hasta fuera patrocinador de un equipo de béisbol y nadie supiera (las autoridades, claro está) a qué se dedicaba.
Corral fue muy rápido en reaccionar ante el homicidio, no como cuando fue mandatario, sin embargo ahora que se presume protección oficial de su administración, ni pío ha dicho, ¿por qué será?

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Pasando a temas nacionales, el que sigue de promoción y ya saliendo de la covid es el canciller Marcelo Ebrard, quien aprovechó las redes para anunciar a sus followers que ya pronto estará en la oficina y en las calles, mientras los seguirá atendiendo desde casa.
El encierro, una de dos, o puso nostálgico a Ebrard o lo usó como el pretexto perfecto (o ventajosamente) para sacar las fotos del baúl de los recuerdos, aprovechando para destacar las obras hechas en el pasado como jefe de gobierno.
Marcelo postea en Facebook, principalmente, fotos de antaño hablando de sus programas pasados y dando a entender que esa misma línea seguirá de llegar a la silla que hoy ocupa AMLO.
Se ve que no quiere perder una milésima de segundo.
