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Opinión

CONTEXTO: *Myriam salió brava… *El amasiato de los «JJ»… *Ni perdón, ni olvido…

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Síganle, síganle, que ya vendrán las mías, mandó decir la presidenta del Poder Judicial Myriam Hernández al ex gobernador Javier Corral y al delegado Juan Carlos Loera, ante lo que asegura son difamaciones en su contra.

Y es que a la magistrada no la han bajado de duartista, ahijada política de César y de haber sido impuesta por el gobierno de Maru Campos.

Tooooodo lo anterior la titular del Judicial lo está juntando para, en el momento que más lo crea conveniente, emprender acciones legales en contra de estos dos personajes, de quienes dijo dudar que tengan los recursos económicos suficientes para que le alcancen a indemnizar por las difamaciones.

Nomás era que le siguieran buscando para que vieran que la magistrada no tiene un pelo de dejada y que ella no se andará con medias tintas en contra de los políticos que pretendan atacarla.

……

El que también aprovechó para mandarles su recadito a Loera y Corral, fue el líder de los diputados panistas, Mario Vázquez, quien afirmó que este par tienen un amasiato desde hace rato.

Y es que como ayer le comentábamos en este espacio, lo que uno dice el otro lo repite como periquito y no ven su vida Javier sin su Juan.

En fin, que la pareja de «JJ» seguirá tomando la bandera de ser los principales detractores del gobierno de Maru Campos.

……

Para terminar con los dichos de la pareja ya mencionada líneas arriba, la Fiscalía de Chihuahua confirmó que el caso que se persigue de tortura en contra del ex fiscal Francisco González, no interferirá en lo más mínimo en el proceso que se le sigue al ex gobernador César Duarte.

Y es que mal haría el gobierno de Maru en actuar contra la postura de «ni perdón ni olvido», ahora tendrán que garantizar que los casos no se le caigan como le pasó a Corral.

Tan es así, que el fiscal Roberto Fierro afirmó que viene más leña para la hoguera del oriundo de Balleza, así que al César le espera más y más tiempo bajo la sombra de San Guillermo.

Opinión

Duarte: de los bares de Chihuahua al Altiplano. Por Karen Torres

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En México y en la política, lo que parece pasado, siempre regresa para explicar el presente. Hay nombres que regresan una y otra vez como si fueran espectros empeñados en recordarnos las fracturas del sistema. Uno de ellos es César Horacio Duarte Jáquez, exgobernador de Chihuahua (2010-2016), figura central de uno de los expedientes de corrupción más voluminosos en la historia reciente del país.

Karen Torres A.

Y ahora, tras años de idas y venidas judiciales, vuelve a los titulares: la Fiscalía General de la República ordenó su recaptura y lo trasladó al penal de máxima seguridad del Altiplano.

Este episodio no ocurre en el vacío. Es parte de una historia que lleva casi una década escribiéndose entre detenciones, extradiciones, procesos fragmentados y una libertad condicional que muchos chihuahuenses vieron como una burla abierta.

Pero también es un movimiento político que envía un mensaje contundente: la nueva administración federal quiere que se entienda que, al menos en la Fiscalía, el viejo pacto de impunidad ya no opera “para algunos”. Y Duarte es la vívida señal, ojalá esto no se trate únicamente de justicia selectiva.

Duarte huyó de México en 2017, cuando la entonces Fiscalía de Chihuahua, bajo el gobierno de Javier Corral, integró al menos 21 órdenes de aprehensión en su contra. Los cargos eran amplios y concretos:

  • Peculado agravado por más de 1,200 millones de pesos,
  • Desvío de recursos públicos hacia campañas priistas,
  • Enriquecimiento ilícito,
  • Uso indebido de atribuciones y facultades
  • Y una red de empresas fantasma operadas desde su círculo íntimo.

Fue detenido en Miami el 8 de julio de 2020 en Estados Unidos. Ahí pasó 2 años mientras se resolvía un proceso de extradición. Finalmente, en junio de 2022, el gobierno estadounidense lo entregó a México bajo cargos de peculado agravado y asociación delictuosa.

Su llegada al país fue presentada por la Fiscalía como un triunfo institucional. Pero para Chihuahua comenzaba un capítulo distinto: la prisión preventiva en el Cereso de Aquiles Serdán, donde Duarte permaneció alrededor de 2 años más, entre audiencias diferidas, cambios de jueces y tácticas legales el caso se fue transformando en un rompecabezas jurídico que pocos lograron seguir con claridad.

Llegó la cuestionada libertad condicional de 2024: 

En agosto de 2024, en una audiencia sorpresiva, Duarte obtuvo libertad condicional bajo el argumento de que llevaba tiempo suficiente privado de la libertad y que su conducta había sido “adecuada”, sin haber recibido sentencia alguna.

La imagen era insólita: un político acusado de desviar más de mil millones de pesos, señalado de haber quebrado fondos públicos y endeudado al estado por generaciones…

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