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Policiaca

Convive UAP con menores infractores

Como un acercamiento y actividad de convivencia, elementos de la Unidad de Atención a Pandillas (UAP) de la Dirección de Seguridad Pública Municipal, realizó una actividad de recreación para 85 menores infractores, que semana a semana brindan servicio comunitario a la sociedad por sus faltas.

Como un acercamiento y actividad de convivencia, elementos de la Unidad de Atención a Pandillas (UAP) de la Dirección de Seguridad Pública Municipal, realizó una actividad de recreación para 85 menores infractores, que semana a semana brindan servicio comunitario a la sociedad por sus faltas.

El policía segundo Francisco Cisneros Prieto, coordinador del grupo UAP, comentó que estos jóvenes entre los 13 y 17 años de edad son menores infractores que un juez les envía por faltas como robo, consumo de drogas, riñas y en algunos casos por ingobernabilidad, estos últimos enviados directamente por los padres.

Agregó que normalmente estos menores llevan a cabo servicio comunitario de entre 20 y hasta 100 horas, en limpieza de parques y jardines públicos, arroyos, terrenos, poda de árboles, entre otras actividades y que hoy como un esfuerzo por su unidad y convivencia se les ofreció una actividad recreativa.

“Es importante que también convivan entre ellos, existen integrantes de pandillas rivales aquí (menores infractores) a quienes les organizamos torneos deportivos o pactos de paz para que no peleen más y esta actividad recreativa es un esfuerzo más para lograr que no vuelvan a cometer alguna falta contra la sociedad” expresó Cisneros Prieto.

Cabe mencionar que la Unidad de Atención a Pandillas da también apoya a los padres de los menores infractores, con platicas informativas preventivas, antidoping, y visitan al menor entre semana en su hogar, en su escuela y en su entorno para detectar y alejar a las malas influencias que pudieran presentársele al adolescente.

Increible

Desaparece en Disneyland y aparece días después en un bote de basura en Mexicali: el misterioso caso de Annie Encino

Una adolescente estadounidense de 16 años fue localizada con vida dentro de un contenedor de basura en Mexicali, Baja California, días después de haber desaparecido en el parque Disney California Adventure, en Anaheim. El caso ha despertado preocupación e interrogantes en ambos lados de la frontera, especialmente por el silencio mediático en México y las lagunas que aún rodean su cruce hacia territorio nacional.

Annie Kathleen Encino desapareció el pasado 20 de abril tras una discusión con su familia dentro del parque temático. Fue vista por última vez alejándose sola, lo que activó una Alerta Amber en Estados Unidos. Sin embargo, esa alerta nunca cruzó a territorio mexicano, dejando a la opinión pública del país sin conocimiento de su desaparición… hasta que la historia dio un giro tan insólito como alarmante.

Días después, una llamada anónima al 911 alertó a la policía municipal de Mexicali sobre la presencia de una menor dentro de un bote de basura. Al llegar al sitio, los oficiales encontraron a la joven en condiciones que no han sido detalladas, pero confirmaron su identidad. El consulado de Estados Unidos fue notificado de inmediato y su madre viajó a la ciudad fronteriza para identificarla y llevarla de regreso.

Hasta ahora, las autoridades mexicanas no han informado cómo fue que Annie cruzó la frontera sin documentos, sin acompañantes y sin ser detectada. Tampoco han revelado si fue víctima de trata, secuestro, abuso o si viajó voluntariamente con ayuda de terceros. La Fiscalía de Baja California mantiene abierta una investigación para esclarecer los hechos.

Lo que sí queda claro es que algo falló en los mecanismos de cooperación fronteriza. Ni la alerta internacional funcionó, ni hubo un protocolo binacional que permitiera actuar a tiempo. La aparición de una menor estadounidense en un contenedor de basura, en una ciudad donde los casos de desapariciones no son novedad, pone una vez más bajo la lupa la crisis de seguridad y el flujo irregular entre ambos países.

Mientras se esperan más detalles oficiales, el caso de Annie Encino evidencia que incluso en un entorno supuestamente seguro como Disneyland, la vulnerabilidad de los menores puede terminar en una historia digna de una serie policiaca.

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