Para el gobernador Corral lo que más importa es el dinero. Así lo dejó claro ayer con su ausencia durante la visita no de uno, sino de dos secretarios federales, a quienes les hizo el desaire y no recibió en persona, por andar correteando a José Antonio Meade, secretario de Hacienda, a quien dicen prácticamente le está haciendo guardia afuera de su oficina para que le asignen a Chihuahua los recursos públicos que necesita para medio librar el desastre financiero que dejó el duartato.
Anduvieron solitos los secretarios. Tanto el titular de la Defensa Nacional, Salvador Cienfuegos, como el de Desarrollo Social, Luis Enrique Miranda, recorrieron a veces juntos y a veces separados distintos municipios del estado, atendidos por funcionarios estatales.
El jefe militar, como el papá de Rubí. Primero invitó a militares y ciudadanía a escuchar un “mensaje” en la Base Aérea Militar, pero luego los desinvitó a todos, según él por problemas de agenda. Preocupa el creciente involucramiento de los militares en la vida política del país, lo cual muchos conspiranóicos ven como un intento desesperado de las actuales cúpulas por mantener el poder, si no por la vía electoral, por la militar, pues la primera la ven perdida.
Se reunió en privado con Cabada. Así, dio la impresión de que el mando del ejército busca trabajar directamente con el municipio y sus mandos, despreciados por Corral, con lo cual podría buscar un papel más político que operativo, lo cual tiene con los pelos de punta a derechohumanistas y ciudadanos que han vivido en carne propia la presencia de las fuerzas armadas. La versión oficial fue que se le dio seguimiento a los acuerdos tomados hace apenas una semana, esa vez con la presencia de Corral y del secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong.
¿Favoritismo hacia Cabada? Así interpretan algunos el curioso encuentro entre el jefe de las fuerzas armadas y un alcalde, algo muy poco común en la vida política nacional. Los malpensados ya creen en el pleito Corral-Cabada el equipo de Los Pinos ya tiene su favorito, y desde luego no es Corral. Una situación delicada y peligrosa, sobre todo porque se atiende desde lo político, no desde lo operativo. Lo cierto es que el ex fiscal y ahora jefe de la Policía de Juárez es impresentable por donde se le vea.
Corral también brilló por su ausencia en Guachochi. Ahí estuvieron el hombre más rico de México y el secretario de Desarrollo Social federal, Luis Miranda Nava, quienes lanzaron un programa para impulsar proyectos productivos en el corazón de la nación rarámuri, una zona históricamente saqueada y menospreciada.
No todo son agendas. El hecho de que Corral no recibiera a dos secretarios y al empresario al que Chihuahua le debe hasta la ropa interior, es una señal de molestia clara. Con los primeros por el abandono del gobierno federal que luego de presumir a sus Duartes, respaldarlos y aprobarles cuanta deuda y robadera hicieron, ahora se deslinda, y con Slim nunca ha hecho buenas migas.
La primera magistrada del Corralato. Así fue calificada María Cristina Orozco, quien llegó a sustituir a Julio César Jiménez Castro, quien fue nombrado presidente de la judicatura, luego de que la aplanadora panista en el Congreso le diera el gane sobre las otras contendientes, Rebeca Pizarro y Karla Reyes.
Una raya más al tigre. En el poder judicial los herederos desheredados de Duarte andan que no los calienta ni el sol, pues ya los están cuestionando por decisiones que pintan para ser ineptitud o corrupción, una de las dos, sobre todo de los 13 magistrados que llegaron benditos y con alfombra roja para engordar a sus parientes, amigos y hasta amantes, pero lo que más les dolerá será el recortón de presupuesto, pues hay casos de aviadurías de lo más descaradas, las cuales parece que el Congreso rasurará.
A Maru se le durmió el gallo. No se puede explicar de otra forma el hecho de que la alcaldesa, quien llegó con un amplio margen de votos, haya perdido todos los seccionales del municipio a manos de los operadores de Javier Garfio, quien pudo anotarse un gol no sólo sobre los panistas, sino sobre los marquistas que también quedaron en el camino. Parece que se confiaron y descuidaron un botín pequeñito pero que a los priístas les hace olfatear de nuevo ese olvidado aroma a victoria.
Periodistas exigen justicia. Así fue el posicionamiento que un grupo de comunicadores de Chihuahua, que en su momento fueron miembros del ahora litigado Colegio de Periodistas, hicieron al fiscal Peniche y a las autoridades de Chihuahua, para que se esclarezca el vil asesinato del reportero Adrián Rodríguez, y que caiga quien caiga.
Se colgó la patiño del Congreso. De forma paralela al reclamo, serio y formal de los comunicadores, la diputada panista Liliana Ibarra, ya famosa por su delirante comportamiento, subió a tribuna a realizar un pronunciamiento, en el que se aventó una actuación digna de Anahí, y por si alguien no lo notaba destacó varias veces “estoy llorando”. Luego, la diputada del PRI Isela Torres la tacó de piratearle el pronunciamiento… un asco.