Hoy se reunirá Javier Corral con Enrique Peña Nieto. Si no cambia la jugada, el gobernador electo se reunirá con el presidente de la República, lo cual tiene relevancia no sólo por dejar más en ridículo la de por sí delirante impugnación del PRI de Guillermo Dowell, sino por que este primer encuentro marcará el rumbo, al menos inicial, de la relación entre ambos personajes, cuyo pasado no es el más terso que digamos.
El endeudamiento será tema clave. Es el desafío más grande que enfrenta la actual administración y la sociedad chihuahuense en general es la falta de recursos, luego del gasto irresponsable que ahora el gobierno quiere justificar con programas que o ni existen o están quebrados.
Corral pidió apoyo a legisladores panistas. Para aliviar al menos en parte la crítica carencia de recursos, el mandatario electo llamó a los legisladores afines a rascarle con ganas al presupuesto federal que viene, pues podrían tratar de aplicarle manita de puerco a su administración para lastimar a su gobierno que de por sí llega famélico. A los del PRI y sus aliados ni los peló, sabe que no le harán ningún favor ni a su gestión ni a Chihuahua, y si lo hacen lo cobrarán muy caro, como los tienen acostumbrados.
Finanzas quebradas. Es lo que denunció Corral en sus redes sociales, y ese será el principal desafío. Por eso aprovechó la reunión de gobernadores panistas con legisladores azules para que no les regateen tanto lo que les toca, sobre todo porque fue la Secretaría de Hacienda la que oficiosamente aprobó hasta los más irresponsables y descabellados endeudamientos, y ahora simplemente dice “esa bola no es mía”.
No será Madero quien presida la Cámara de Diputados. Así lo hizo saber ayer Ricardo Anaya, el joven dirigente de ese partido quien le ha dado cátedra a su anterior mentor a quien primero le jineteó la coordinación del grupo parlamentario que le tenía prometida, y ahora le dio el ansiado nombramiento a dos de sus cercanos: Javier Bolaño, quien busca la gubernatura de Morelos, y Guadalupe Murguía, su paisana queretana.
El pobre Madero se refugiará en Chihuahua. No le quedará de otra que buscar hacerse fuerte en el equipo de quien hasta hace poco fue su rival. Para esto buscaría la Secretaría General de Gobierno, que tendría que disputar con otro lobo de la grilla, César Jáuregui. El pretexto para sacarlo fue su mala imagen ante los legisladores derivada de su complacencia con el ahora maldito Pacto por México.
Maru Campos podría volver a su curul. La alcaldesa electa tiene trabajo hasta para aventar al cielo con toda la transición encima, pero tiene una misión en el Congreso que son las cuentas públicas pendientes, y ella es la que más le sabe pues es su comisión. Paloma Aguirre, su suplente, de plano no le entiende mucho a eso de los números y cuentas, y al no haber impedimento legal y políticamente se vería hasta bien, es probable que la panista llegue a cerrar la legislatura con broche de oro.
En la Rectoría de la UACh ya todo pinta planchado. Javier Martínez es reconocido por propios y extraños como el delfín del rector, el cual tendría visto bueno del gobernador, a juzgar por los mecanismos que se han echado a andar para impulsarlo desde Zootecnia, donde le pasó por encima al director.
Hay personajes y medios empeñados en ver o crear conflicto. Algunos de ellos están alineados con un eterno suspirante a la rectoría que se llama Alfredo y se apellida De la Torre. Lo cierto es que si bien la UACh no es un ejemplo de autonomía, antes lo fue aún menos y entonces nadie dijo nada. Sólo cuando conviene se busca esta sagrada virtud universitaria, cuando no, no.
Podría haber un caballo negro para rectoría. Los que conocen al gobernador electo saben que es maquiavélico como él sólo, y podría estar dejando caer todos los reflectores sobre un personaje para acabar dejando correr a otro sin tener que pasar por el espinoso camino del pataleo interno. Se dicen muchos nombres, pero lo cierto es que de momento todo es especulación.
Otro caballo negro es Francisco Javier ‘El Güero’ Lozoya, quien está peleando recio su reelección en el Frente Único de Trabajadores del Volante (FUTV), uno de los ingredientes más notables de la crisis de transporte que vive Chihuahua. Tras sabotear hasta donde pudieron, ya lograron echar abajo el cobro con tarjeta.
Cobrarán a mano. Así se acordó entre los gobiernos entrante, saliente y la Confederación de Trabajadores de México (CTM) que cobija al FUTV. Así será hasta el 31 de octubre. Luego vendrá un jaloneo fuerte que necesitará mucha habilidad logística y política, pero sobre todo voluntad, algo que se ve difícil pues hay intereses irreconciliables. Por un lado seguir mamando del transporte público y exprimiendo a los usuarios al máximo, y por otro construir un transporte público de calidad que represente realmente un servicio de primera para la ciudadanía. Va a estar ‘camión’.
También la seguridad está en crisis. El repunte de la violencia en Juárez es ya sensible para los habitantes de la frontera, y para nadie es secreto que los cárteles aprovechan los cambios de gobierno para reacomodarse. Ya se ha hablado de que la Fiscalía es una especie de mediadora entre cárteles y que se ha concentrado en delincuencia cotidiana, lo cual medio funcionó por encimita, hay que reconocerlo, pero de fondo sigue ahí toda la corrupción, injusticia e impunidad de siempre.
Vuelven los retenes. En Juárez este repunte ha dado pie a reinstalar retenes contra ciudadanos y revisiones de policías a comerciantes, lo cual parece ser más un saqueo a los ciudadanos de bien que un operativo contra la inseguridad. No hay control sobre estos agentes y pronto comenzarán a aflorar quejas, denuncias y hasta ejecuciones extrajudiciales, el mismo infierno que nunca se fue, sólo se calmó un rato en lo que agarraba aire.
El IEE no tiene para cuando repartir plurinominales. Todavía no hay fecha para la sesión, y llama la atención su intención de retrasar tanto un tema tan importante como la conformación del próximo Congreso, sobre todo por el tema de Víctor Valencia de los Santos, quien podría cambiar notablemente el curso que llevarán las negociaciones en el futuro. El juarense es odiado a más no poder por el grupo que no quiere salirse de Palacio, y a los entrantes podría decirse que no les molesta que un activo priísta de ese tamaño participe, hasta podría convenirles, sobre todo para lapidar a lo que queda del Duartismo.