Curiosa ha sido la convivencia entre partidos políticos y candidatos independientes, así como la intensa movilidad de personajes ya sea de un partido a otro o saltando a la cancha ‘independiente’, muestra de que la situación actual de la política mexicana ya no satisface ni a quienes la protagonizan, pues por fin hay una manera de saltarse la verticalidad de cúpulas que secuestraron a los partidos, primero el PRI, y luego todos los demás, sin excepción.
En el caso del PAN, Javier Corral es visto como un político independiente disfrazado de panista, mientras que en ‘Chacho’ ven la otra cara de la moneda, un panista disfrazado de independiente, ambos unidos por relaciones, grupos de poder e intereses, y sin haber descartado una alianza que podría amarrar el triunfo contra el PRI, algo que se ve cada día más cerca.
A pesar del intenso pataleo interno (cosa de todos los sexenios), Javier Corral ha dejado a un lado su lengua de hacha y ha formado alianzas con tirios y troyanos, al grado que sus hasta hace meses archirrivales, Gustavo Madero y Ricardo Anaya, ya le levantaron la mano y parece que lo están apoyando más o menos en serio, a pesar de que no lo tragan.
Pero si ellos tuvieron paciencia para hacer de tripas corazón, el que de plano tuvo que tragarse litros de bilis fue el ex alcalde Carlos Borruel, quien más por interés propio que por respaldo a Corral acudió y se tomó la foto con el aspirante a la gubernatura, al igual que los demás ex contendientes.
Sin embargo, un amarre formidable que ya logró Corral es con Maru Campos, quien tampoco lo puede ver, pero tirarse fuego sería entorpecerse mutuamente en una carrera en la que habrá muchos pedradones y descalabros. No tiene caso ir peleados, y por eso han acordado echarse la mano, no por compañerismo ni por solidaridad partidista, mucho menos por convergencia de ideales. Simplemente es una cuestión de supervivencia para ambos.
También suena el cascabel de la diputación en los cuellos de Carmen Rocío González, Ana Herrera, Rosa María Baray, Miguel Latorre y Jorge Soto, este último un gaudinista que le habría arrebatado a Roberto Lara una candidatura que sonaba facilona de ganar, pero aún queda la opción de que alguna de las aspirantes se baje, y ahí suba el ‘Pony’, a quien le darían un distrito difícil, casi perdido, pues las candidaturas con ventaja ya las acapararon Latorre y Soto. Fueron esta serie de acuerdos los más importantes logrados entre Corral y Campos, quienes ya se pusieron de acuerdo en quiénes serán los ungidos.
Lo que preocupa a Corral no es tanto la fuga de personajes o militantes, muchos de los cuáles le hicieron un favor al partido con su renuncia, pues empujaban sólo sus proyectos personales (como casi todos los panistas) y si no eran favorecidos rezongaban y saboteaban. Su verdadera preocupación es, desde luego, conquistar el voto de los chihuahuenses, pero también defenderlo, pues históricamente han tenido una falta grave de representantes de casilla, no tanto porque militantes y simpatizantes no quieran entrarle, sino porque no han desarrollado una logística efectiva para convocarlos y repartirlos.
Por su parte, Enrique Serrano está empujando una candidatura sensata y estratégica, pues ha evitado envolverse en guerras de dimes y diretes y en cada reunión insiste a sus simpatizantes que no utilicen recursos públicos en su campaña, para no darle más armas a los rivales de criticarlos. El mensaje oculto podría ser “y si lo hacen, háganlo muy a la sorda”.
Y es que no necesita. Para aventar lodo tiene a sus patiños de los minipartidos como PT, Pvem y Panal, y mejor aún al PRD y Movimiento Ciudadano, donde se encuentran expanistas con el gran mérito de odiar a su partido y estar dispuestos a despedazar a quienes hasta hace unos meses llamaban compañeros de lucha.
En el caso del PRD, le está copiando el modelo de franquicia familiar al PT, tan desastrosa para el partido pero tan provechosa para la familia, ya que los clanes Aguilar y Aragón se han apropiado de dichas instituciones políticas al grado de que ninguna posición relevante queda fuera de la familia.
Así, el PRD estatal confirmó que Crystal Tovar, dirigente de papel en el partido propiedad de su tía, solicitará licencia para irse otra vez de diputada local. El reemplazo de Crystal será nada menos que su mamá, Guadalupe Aragón, hermana de la también legisladora ‘Tía Tencha’.
Desde luego, las Aragón fueron generosas al ceder la candidatura a la gubernatura a un exiliado panista, no por convicción democrática o apertura, sino simplemente porque saben que es una posición perdida. Aun así, Beltrán podría recibir pronto algún apapacho de perredistas nacionales como el mismísimo Miguel Mancera, jefe de gobierno de la Ciudad de México, o de Silvano Aureoles, gobernador de Michoacán, las cartas fuertes de la contienda.
Es por eso que la misión de Jaime no es simular que quiere ganar, sino simplemente pegarle lo más posible al PAN y para eso sigue la agitadera y las renuncias en la zona de influencia de Beltrán, la región centro-sur. En caso aparte estuvo Cruz Pérez Cuéllar, el otro ariete del PRI, quien emprendió una cabalgata con sus cercanos en Casas Grandes y Janos.
Por último hay que mencionar a ‘Chacho’ Barraza, quien sigue avanzando sin hacer ruido. Son pocas las noticias recientes sobre él, pues la gente del ‘Bronco’ que lo respalda está más que ocupada haciendo el control de daños por el trágico motín en el penal de Topo Chico. En este caso, los medios a los que les negó su respectivo ‘convenio’ de publicidad se han ensañado, linchándolo a más no poder. Algo de ese linchamiento quieren salpicar para acá.