Científicos de la Universidad de Stanford desarrollaron una batería de manganeso-hidrógeno que almacena energía eólica y solar, lo que representa una alternativa para reducir el uso de combustibles fósiles que emiten carbono.
La batería, a base de agua, proporciona una forma económica de almacenar energía eólica o solar. El prototipo de batería mide sólo tres pulgadas y genera la misma electricidad que las linternas LED que cuelgan de un llavero.
Los investigadores confían en que pueden escalar esta tecnología al ámbito industrial, que podría cargar y recargar hasta 10 mil veces y con una vida útil superior a una década.
El profesor de ciencia de materiales en la Universidad de Stanford y autor principal del artículo, Yi Cui, dijo que la tecnología de baterías de manganeso-hidrógeno podría ser una de las piezas que faltan en el rompecabezas energético de la nación.
También añadió que puede ser una forma de almacenar energía eólica o solar, para disminuir la necesidad de quemar combustibles fósiles, lo que implica la emisión de carbono cuando las fuentes renovables no están disponibles.
“Lo que hemos hecho es arrojar una sal especial al agua, caer en un electrodo y crear una reacción química reversible que almacena electrones en forma de gas de hidrógeno”, señaló al explicar el desarrollo de esta batería.
El especialista estimó que dada la expectativa de vida útil de la batería a base de agua, costaría un centavo almacenar suficiente electricidad para alimentar una bombilla de 100 vatios durante doce horas.
«Creemos que esta tecnología prototipo, podrá cumplir los objetivos del Departamento de Energía para la practicidad de almacenamiento eléctrico a escala de servicios públicos», indicó.
Definió que hay varios tipos de tecnologías de baterías recargables en el mercado, pero no han demostrado su practicidad.
Por ejemplo, especificó que las baterías recargables de iones de litio, que almacenan pequeñas cantidades de energía necesarias para operar teléfonos y computadoras portátiles, se basan en materiales raros y, por lo tanto, son demasiado caras para almacenar electricidad en un vecindario o ciudad.
Y el almacenamiento a escala de red requiere una batería recargable de alta capacidad y bajo costo, por lo que el proceso de manganeso-hidrógeno parece prometedor, afirmó.
Los investigadores informaron que será necesario probar la batería de hidrógeno de manganeso en condiciones reales de almacenamiento de la red eléctrica, para evaluar realmente el rendimiento y el costo de su vida útil.
Cui precisó que ha tratado de patentar el proceso a través de la Oficina de Licencias Tecnológicas de la Universidad de Stanford y planea formar una compañía para comercializar el sistema.