Doctores, policías, enfermeras, maestros, cada vez son más los chihuahuenses interesados en aprender la lengua tarahumara, ya sea para facilitar el trabajo profesional o por gusto personal, indicó Enrique Servín Herrera, titular del Programa de Atención a las Lenguas y Literaturas Indígenas, PIALLI.
Y es que este año el Curso Intensivo para aprender lengua Tarahumara, registró una cifra récord de 145 personas inscritas, tanto así que tuvieron que abrirse dos opciones más para cubrir la demanda que no se había presentado en años anteriores.
“Esto habla de que está desapareciendo la barrera entre mestizos y rarámuris, algo nunca antes visto y menos aquí en Chihuahua donde está tan marcada la discriminación hacia las lenguas indígenas”, expresó Flor Morales, promotora lingüística e instructora del curso que organiza el Instituto Chihuahuense de la Cultura.
Sewá (que significa “Flor” en tarahumar) o Flor Esther, estudiante de la licenciatura en Lingüística de la Escuela de Antropología e Historia del Norte de México, destacó la importancia de que la gente mestiza se acerque a aprender de la lengua tarahumara, lo que además da como resultado el limar asperezas que siempre ha habido entre los grupos.
Especificó que el curso a su cargo, se basa en la variante norte del tarahumar, apoyada en la metodología de total inmersión en donde tanto ella como los alumnos hablan únicamente en lengua indígena, “claro que ahorita no saben hablar de manera fluida pero nos apoyamos con mímicas, dibujos y ruidos”, agregó.
Explicó como a través del aprendizaje de las lenguas las personas conocen de la cultura indígena y el pensamiento filosófico que refleja su lingüística al pasar de los años. “Hay que reflexionar y saber que tanto la lengua rarámuri y mestiza tienen sus diferencias pero también comparten significados, esto ayuda a conservar la diversidad cultural en el estado”, puntualizó.
Sewá aseguró que más allá de saber interpretar el dialecto se crea la cultura de no discriminar porque le estás dando el mismo nivel de importancia a la lengua rarámuri y mestiza por eso es importante sensibilizar y reflexionar sobre la diversidad en el estado.
Como en ediciones pasadas, el PIALLI pretendía que el número de inscritos (alrededor de 15 personas comunmente) sumara un solo grupo para un instructor, en el actual curso la importante demanda orilló a dividir en tres grupos las 143 personas inscritas, dirigidos por Flor Morales, el poeta Martín Makawí e Isela Makawi.
El director del Programa Institucional de Atención a las Lenguas y Literaturas Indígenas, Enrique Servín Herrera comentó que se priorizó la enseñanza de lengua tarahumara debido a que es la que más se habla. “Hay una gran problemática social vinculada a la diversidad cultural y lingüística, por eso lo prioritario fue comenzar en las grandes comunidades lingüísticas que muestran mayor índice de desatención y violencia social”, afirmó.
Confirmó que la creación de un tercer grupo debido al gran interés es una sorpresa, lo cual significan varias cosas positivas porque el interés por aprender está en doctores, policías, enfermeras, trabajadores sociales, maestros y gente que lo busca por razones culturales.
De esta forma reconoció que las acciones que ha hecho el ICHICULT para revitalizar y revalorizar el patrimonio chihuahuense han tenido éxito, “pero esa no es nuestra meta, sino que la lengua tarahumara se estudie de manera estable desde diferentes instituciones como primarias, preparatorias y universidad”, acotó el maestro Servín.
En Chihuahua existen cuatro grupos indígenas (Tarahumara, Tepehuán, Guarojio y Pima), y en el caso de la comunidad tarahumara, esta cuenta con cinco variedades dialectales: norte, sur, este, oeste y cumbres.