Tal como se lo adelantamos ayer, en Juárez hay temor por la posible reacción violenta de los Zetas, a quienes apenas les está cayendo el “20” de que capturaron a su jefe, Miguel Ángel Treviño, el Z-40 quien ordenó algunas de las masacres más sangrientas en la historia del país.
Es por eso que agentes de inteligencia de Estados Unidos y de la Marina ya están en Ciudad Juárez previendo cualquier ataque contra agentes de seguridad u otros cárteles, según reconoció el propio gobernador César Duarte.
El gobernador coincidió con nuestro análisis: La detención de este capo es una advertencia a los cárteles de que no hay intocables y será mejor que se apacigüen, una operación similar a la emprendida contra Elba Esther Gordillo, líder del entonces cártel del SNTE.
Ridícula es la estrategia del ex presidente Felipe Calderón de, ahora sí, desde el exilio, hablar del Z-40, de las amenazas que le mandó este capo de tirarle su avión si iba a Tamaulipas y remató con sus felicitaciones a la Marina.
Bien haría Calderón en callarse o, si quiere hablar, que rinda cuentas por los 100 mil muertos de su mandato y por su falta de legitimidad que propició que los grupos criminales tomaran el control de los enormes huecos del Estado.
Otro aspecto interesante es que aunque la detención ocurrió en México, fueron medios de Estados Unidos los que obtuvieron la primicia, lo cual es un indicio de quién lleva la batuta en la estrategia de seguridad de nuestro país, que resulta atroz para México pero muy lucrativa para nuestro vecino.
Una muestra de estos huecos, que aún persisten, es que la noticia sobre la detención de Treviño fue portada en todos los medios internacionales y muchos internacionales, pero en Tamaulipas, Veracruz y otros estados, la noticia simplemente no apareció, lo cual da una muestra de que quien manda allí son los cárteles y no el Estado.
Más ridículo que lo anterior fue la postura de protopanistas ardidos, quienes criticaron la detención por que al Z-40 no le pusieron esposas e incluso hay muchos que aseguran, sin prueba alguna, que todo se trata de un arreglo y un montaje para contener la caída de Enrique Peña Nieto en su popularidad. Mero marketing político, según ellos.
En el PAN de Chihuahua hubo incluso quienes aseguraron que Calderón no detenía a un delincuente cada par de meses, sino cada tercer día, lo que ellos consideran como un gobierno efectivo, pero, nos preguntamos, ¿es efectivo un Estado en el que las detenciones no llegan a condenas, sencillamente porque no hay más pruebas que la “confesión”?
Cerca de la mitad de todos los presos en México no han recibido condena, y algunos tienen ya años presos en esta situación, lo cual nos habla de una clara violación a la presunción de inocencia, a los derechos humanos y a la ineficacia del Estado para impartir justicia.
Peña Nieto anotó un “gol”, le duela a quien le duela y “haiga sido como haiga sido”. El jefe de un gran cártel cayó en prisión y esto es una muestra, tibia y aislada, pero una muestra a fin de cuentas, de que ahora el Estado tiene mucha mayor eficacia. ¿Para qué la usarán?, eso sí quién sabe.
Pero en la zona serrana de Chihuahua no hace falta que caiga un gran capo para que estén con los pelos de punta, pues a diario hay hechos violentos. Se asegura que los Zetas operan a sus anchas en Jiménez y que podrían tratar de penetrar más hacia el sur de la entidad.
Ya han aparecido varias narcomantas en años pasados que dan cuenta de su presencia y de su alianza con el Cártel de Juárez. Ahora la preocupación es que, huyendo de pugnas internas y del acecho de otros cárteles, busquen refugio en Chihuahua.
También continúan los retenes en varios puntos, principalmente de la región sur y occidente de Chihuahua, pero no de policías, sino de narcotraficantes, quienes son la autoridad de facto en algunas zonas.
Otros que se han convertido en verdaderos mafiosos, y que también desafían al Estado, son los maestros del Cártel del SNTE, que con prácticas extorsivas que envidiarían los grandes capos, cobran cuota no a empresarios ni a políticos, sino a niños y padres de familia, muchos de ellos humildes.
Y es que es una verdadera extorsión lo suyo, ya que niegan el ingreso a la escuela, condicionan la aplicación de exámenes y boletas o, simplemente, les hacen bullying presionándolos en clase o exhibiendo sus nombres en cartulinas, tácticas que quizá causarían asco hasta al Z-40.
El tema no es menor, pues golpea hondo en la economía de las familias, beneficia fuerte a unos cuantos y empaña la imagen del Gobierno y de su titular, César Duarte, quien prometió que estos robos terminarían.
Un ejemplo es la Secundaria Federal 1 “Guillermo Prado Prado”, donde reunirán más de 2 millones de pesos con el cobro de 1,200 pesos que se establecieron como cuota de inscripción, aunque según los directivos, son los mismos padres quienes “se organizan y hacen su aportación voluntaria”, ya sabe, la cantaleta de siempre.
Habría que revisar si estas asociaciones de padres están legalmente constituidas, con estatutos, transparencia y rendición de cuentas, pues no es poco el dinero que manejan y son muchas las tentaciones. Con dos millones de ingresos extra por año, habría que ver si realmente se han invertido en la escuela, pues un camión destartalado y baños sucios no hablan de esa inversión.
Es por eso que el gobernador Duarte, sensible a esta clase de cuestiones, advirtió que: “No estamos jugando” y que no se permitirá que la educación de los niños, muchos de ellos de escasos recursos, sea una minita de oro para directores y líderes de padres de familia, que en ocasiones ni hijos tienen en las escuelas. Hay mucho dinero de por medio y los maestros, autoridades escolares y líderes no soltarán la “chichi” tan fácil.
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