La crisis humanitaria que se vive en la ciudad siria de Alepo está al borde de una catástrofe ante la ofensiva emprendida por las fuerzas gubernamentales, que están cerca de recapturar la ciudad de manos de los rebeldes.
La expulsión de los rebeldes ha provocado una huída masiva de civiles e insurgentes en medio de un clima hostil, en una crisis que la ONU calificó como «una destrucción completa de la humanidad».
La oficina de derechos humanos de Naciones Unidas denunció hoy la masacre de civiles, basándose en reportes de abusos, incluyendo la supuesta ejecución de 82 personas por parte del Ejército y de milicianos iraquíes aliados en distritos capturados de la ciudad, otrora un floreciente centro económico con renombrados sitios antiguos.
El jefe de Derechos Humanos de la ONU instó a la comunidad internacional a exigir que el régimen del presidente Bashar al Assad permita la supervisión del trato que da a las personas que huyen de la «masacre» en Alepo.
La destrucción de Alepo, una cifra de muertos (…) tan aterradora que no puede medirse, el derramamiento de sangre, la masacre gratuita de hombres, mujeres y niños, la destrucción (…) y estamos lejísimos del final de ese conflicto cruel», declaró Zeid Ra’ad al Hussein en un comunicado.
Advirtió que otras localidades en manos de los rebeldes podrían sufrir el mismo destino.
El ejército sirio y sus aliados tomaron el control completo de todos los distritos de Alepo dejados por los rebeldes en su retirada, dijo una fuente militar siria, mientras que miles de personas huyeron de los frentes de combate en la ciudad.
Varios cientos de civiles abandonaban la zona poco a poco, en una fila interminable, algunos envueltos en abrigos o mantas, con sus hijos pequeños y sus parcas pertenencias en bolsas de plástico.
La conquista total de Alepo, dividida desde 2012, permitiría al régimen de Bashar al Assad controlar las cinco mayores ciudades de Siria, con Homs, Hama, Damasco y Latakia, en un giro que no hubiera sido posible sin la ayuda de Moscú, aliado inquebrantable de Damasco.
Campos de detención: el terrible plan de Trump contra los migrantes
El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, volvió a encender las alarmas en el ámbito migratorio al adelantar un plan que, de concretarse, marcaría un giro radical en la política de deportaciones de Estados Unidos. Sus recientes declaraciones apuntan a la creación de un sistema masivo de detención y expulsión, respaldado por el ejército, lo que ya ha generado controversia entre expertos, activistas y políticos de todas las esferas.
Una emergencia nacional para deportaciones masivas
Trump, quien regresará a la Casa Blanca en 2025, reafirmó en la plataforma Truth Socialque su administración estaría preparada para declarar un estado de emergencia nacionalcon el objetivo de enfrentar lo que ha llamado «una invasión permitida por Joe Biden».
Esta declaración se suma a los comentarios de Tom Fitton, director de la organización conservadora Judicial Watch, quien sugirió que se utilizarían recursos militares para implementar un programa de expulsiones masivas. El expresidente respondió tajantemente: «¡Es verdad!».
El alcance de este plan incluye el despliegue de la Guardia Nacional y, si es necesario, tropas federales. «La Guardia Nacional debería ser capaz de encargarse de las deportaciones; si no, usaría el ejército», afirmó Trump en una entrevista con Time en abril.
Durante su presidencia, Trump endureció significativamente las políticas migratorias, pero sus nuevas propuestas revelan un nivel de agresividad sin precedentes. A esto se suma, la idea de establecer «campos de detención» en Texas, en donde se albergaría a los migrantes antes de ser deportados.
Texas ofrece tierras para la construcción de campos de detención masiva
La comisionada de la Oficina General de Tierras de Texas, Dawn Buckingham, ha propuesto una medida que podría convertirse en el primer paso hacia la creación de campos de detención en la frontera sur de Estados Unidos.
En una carta dirigida al presidente electo Donald Trump, Buckingham ofreció al gobierno 567 hectáreas de tierra ubicadas en el condado de Starr, cerca de Rio Grande City, para la construcción de instalacionesdestinadas a procesar, detener y deportar a migrantes de manera masiva.
Este terreno, que actualmente se utiliza para cultivos agrícolas como cebollas, canola y maíz, sería destinado a albergar campos de detención, una propuesta que ha generado gran controversia en medio del debate migratorio.
Buckingham destacó que la Oficina General de Tierras de Texas está lista para colaborar con el Departamento de Seguridad Nacional y otras agencias federales para hacer realidad este proyecto, el cual se alinea con los planes de Trump para reforzar las políticas de deportación y control fronterizo.
Sheinbaum reacciona a deportaciones masivas y campos de detención
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, expresó su desacuerdo con laspolíticas migratorias propuestas por Donald Trump, especialmente en relación con la posible deportación masiva de migrantes y la construcción de campos de detención en la frontera sur de Estados Unidos.
Durante su conferencia de prensa mañanera, Sheinbaum destacó que su gobierno no acepta que los migrantes sean tratados como criminales, subrayando que existen instituciones de justicia para abordar estos temas de manera adecuada.
«Primero, evidentemente no estamos de acuerdo en que se trate a los migrantes como criminales, para eso existen las instituciones de justicia en cualquier lugar del mundo», afirmó la mandataria, quien también enfatizó la relevancia de la contribución de los trabajadores mexicanos en Estados Unidos.
En este sentido, Sheinbaum detalló que su administración tiene cuantificados los beneficios que estos migrantes aportan al país vecino, tanto a nivel laboral como en términos de impuestos.
Como parte de las preparaciones para un posible cambio de administración en Estados Unidos, Sheinbaum informó que su gobierno trabaja en un plan para enfrentar la eventualidad de deportaciones, asegurando que, en caso de que se den, México está listo para recibir a los connacionales deportados.
«En caso de que hubiera deportaciones nosotros vamos a recibir a las y los mexicanos, tenemos un plan para ello, pero vamos a trabajar previo a ello que no tienen por qué deportarse a nuestros connacionales, que al contrario, benefician incluso la economía de Estados Unidos», añadió.
Además, la mandataria anunció que, en los próximos días, se celebrará una reunión con su gabinete para definir los temas clave que se tratarán con el equipo de Trump una vez que este asuma la presidencia, entre los que se incluyen la seguridad, el Tratado Comercial entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), así como cuestiones culturales y de amistad bilateral.