La crisis de agua que vive Chihuahua está preocupando a las autoridades. No, no es tanto que les preocupe el bienestar de los ciudadanos, tampoco temen padecer la falta de vital líquido, seguro que a ellos no les falta con qué bañarse sin problemas, lo que preocupa es el impacto electoral que pueda tener el fenómeno.

Apenas inicia el verano y en muchas casas, sobre todo en los barrios más pobres de la capital, el agua llega, si llega, un par de horas durante la madrugada. Si no tienen dinero para comprar e instalar un tinaco, se friegan, así se sencillo.

Esto sin duda acarreará enfermedades, que de por sí se incrementan con la temporada de calor, sobre todo de las colonias periféricas que representan una mina de votos para el PRI. Los vecinos están más que molestos.

Pobreza, desempleo, inseguridad, corrupción, son cuestiones que el ciudadano promedio no achaca demasiado a un gobierno en particular, pero de la falta de agua ni cómo se safen, el gobierno es priísta y a ellos les puede repercutir.

Otro problema es el de las escuelas públicas, que ante los riesgos que genera la concentración de inmundicias, han tenido que cancelar clases para no exponer a los niños a enfermedades.

La campaña de Riggs ha sido errática y aletargada, pero las autoridades priístas están de plano contra las cuerdas y el sentido común se hizo presente, por lo que ya agarraron el tema de bandera de campaña y ahora llevan pipas a algunas colonias como el Barrio de Londres o la 15 de Mayo, de manera simbólica, obviamente.

Maurilio Ochoa y Raúl Javalera deberán bajarse un poquito de las campañas o atenderlas desde sus puestos más bien, realizando acciones para llevar el agua que no hay, en una misión que parece titánica pues, además, estos problemas no los causaron ellos.

Lo paradójico es que si bien es el PAN el que ya agarró la bandera de la falta de agua, fue un funcionario de su partido a quien habría que pedir cuentas para sacar a relucir el origen del problema. Se trata de Sergio Cano Fonseca, gerente regional de Conagua.

Y es que el problema no es la incapacidad de las juntas de aguas para llevar el líquido a las colonias; el problema es que ese líquido está siendo extraído por prósperos ranchos nogaleros de regiones como El Sauz, en Jiménez o bien en los cultivos de la zona menonita, donde la tecnología y la producción masiva importan más que el consumo humano.

¿Qué intereses hubo, tan poderosos, como para que Cano Fonseca fuera tan generoso con los nogaleros y productores y tan negligente con los habitantes de Chihuahua? Sospecha, estimable lector, sospecha.

Y ya que hablamos de panistas, un interesante correo electrónico circuló ayer, con los nombres de los empresarios que respaldan a Miguel Riggs, como un contrapeso al apoyo empresarial que arrastra Javier Garfio, o más bien su suplente, Eugenio Baeza.

Nada nuevo hay en esta lista, se trata de panistas públicos, que llevan décadas de militancia y no tienen incentivos como Emilio Flores, Manuel Narvaez o Miguel Jurado para dejar a su partido, o más bien no les ofrecieron nada.

Se trata de Víctor Almeida García, Jaime Creel S., Miguel Márquez, Aarón Grijalva, Samuel Kalish, Enrique Terrazas, Carlos Ayub, Luis Fitzmaurice, Sergio Ochoa, Jorge Ayub, Augusto Gallego, Benito Fernández, Francisco Orendain, Edmundo Cuervo, Lidia Madero, Alvaro Madero, Luis Ferreiro, Augusto Champion, Silvia Almeida, Jesús Olivas, Oscar Reza Orozco, El Pollo Jorge Treviño Boti, Julio Baca, Leandro Lujan, Oscar Molina, Jorge Cruz, Guillermo Lujan, Eduardo Baeza, Felipe Matan, Arturo Duarte, Juan Carlos Aguirre, Humberto Mercado, Gustavo Magnus, Leopoldo Lozano, Federico Mesta,Miguel Riggs, Edmundo Cuervo, Jesús Mesta, Jacobo Mesta y Joaquín Sotelo. Anótese el que haya faltado.

Otro que se “sumó” es Carlos Borruel, pero no por lealtad al partido y mucho menos por que crea en el proyecto de Riggs, simplemente aspira a la dirigencia o algún espacio dentro del PAN y mal se vería, como ex alcalde y ex candidato a la gubernatura, abandonando a la manada cuando más falta hace.

Borruel es un hombre de rencores. No le perdona a Juan Blanco su foto con César Duarte, pese a que fue él quien traicionó, como Brutus, a su mentor y protector. Tampoco le perdona a Riggs el haber aplastado a Guillermo Villalobos en la interna, y ya para que el novato Riggs aplaste a alguien electoralmente es mucho decir.

Fue por eso que Borruel ya se tomó, “coincidentemente”, la foto con Garfio ¿Por qué nunca han “coincidido” en un crucero con Juan Blanco, con Javier Corral o con alguno de los santones del PAN? Hay coincidencias que no lo son tanto.

Borruel también trae a sus hermanos en la campaña de Garfio, en un acto que hizo mucho menos ruido del que se pensaba. Sería de ilusos pensar que iban contra su hermano, Carlos Borruel y contra el partido que lo llevó a él a la alcaldía y que tanto ha enriquecido a la familia. No se pasen, la gente no es mensa, a veces se hace nada más.

En el lado del PRI no traen estas broncas. Javier Garfio ya trae su mente en el cierre de campañas y está planeando como llenar la Plaza del Ángel en una especie de ensayo de la movilización final, el “Día D” que definirá las elecciones mucho más que las campañas.

Hay incluso paranoicos que aseguran que el PRI ya prepara una infalible dotación de tarjetas tipo Soriana. Lo cierto es que le funcionó al actual presidente Peña, pero también es cierto que es un método costoso para llevar votantes, sale más barata la típica torta, pero puede ser. En los próximos días sabremos.

Sin embargo, no todos están conformes con el rumbo que lleva la campaña del PRI en Chihuahua, Juáre

z y otras regiones. Es notable el nuevo enfoque a la propuesta, pues eso de saludar o tomarse fotos con el bolero no pega en estos tiempos. La zozobra está dura y aquí debe intervenir Arturo Proal, el bombero estrella. Ya está en eso y como siempre seguro resolverá.

Pero para parar la aplanadora del PRI que muchos ven venir, Mario Vázquez ya está llevando el caso de las alianzas comunes a la sala superior del Tribunal Federal Electoral, donde espera ponerle un alto a las aspiraciones priístas. No lo logrará, pero nadie le recriminará que no lo intentó. No es que le importe mucho la opinión de los panistas, simplemente sueña con la reelección.

Pasando a temas más escabrosos, preocupa que más tardó el jefe del Ejército Salvador Cienfuegos en anunciar operativos, coordinación y bla, bla, bla, que los sicarios en hacer de las suyas.

Todavía no se iba para cuando entraron a asesinar al juez de Valle de Allende, con total impunidad. Entraron como Juan por su casa, lo acribillaron y nada más les faltó quedarse a comer y echarse un sueñito.

En Guadalupe y Calvo también se puso color de hormiga. Edel Molina, designado para sustituir a Jaime Orozco luego de que lo asesinaran a sangre fría, es funcionario público en funciones y la ley le impide candidatearse ¿Se opondrá el PAN?

Cuentan que la maniobra iba más enfocada a candidatear a la viuda de Orozco, pero por obvias razones no aceptó. Sabe que aceptar la candidatura puede costarle la vida y que nada ni nadie la va a proteger, pues la Sierra es tierra de nadie.

Una prueba de esto es la masacre que se llevó a cabo en San Juanito, con cinco muertos y algunos heridos, en un enfrentamiento en el que murió “El Balta” a quien señalan como líder de una banda de asesinos.

Como es habitual, los criminales primero se encuentran entre ellos mientras la autoridad “avanza en las investigaciones” en una especie de caminadora eléctrica, pues siempre reportan “importantes avances” que jamás llegan a ningún resultado.

Y para cerrar, una buena noticia, como es costumbre, continúa el éxito de las Ferias. Muchos chihuahuenses pueden evadirse de su realidad cotidiana y pasar una tarde agradable entre los juegos, espectáculos y atracciones de dicho eventos, tales como una cuadrilla de hermosos caballos cuyo valor ronda los 20 mil dólares, propiedad del gobernador César Duarte. Nadie le puede decir que tiene mal ojo para escoger a los animales.