CIUDAD JUÁREZ.– La frontera mexicana enfrenta una sacudida económica sin precedentes. En los últimos dos años, Ciudad Juárez ha perdido más de 64 mil empleos en la industria maquiladora, golpeada por los aranceles impuestos por el expresidente estadounidense Donald Trump, el aumento de costos laborales y la incertidumbre generada por reformas judiciales en México.
El caso de Fabiola Galicia ilustra el drama. Durante 11 años escaló posiciones en una planta que fabricaba listones decorativos hasta llegar a ser gerente de 30 trabajadores. Pero en junio pasado su jornada se redujo a tres días por semana, y en agosto la empresa Design Group Americas cerró definitivamente tras declararse en quiebra, dejando en la calle a más de 300 empleados, incluido su esposo. Representantes de la firma señalaron que los aranceles de Trump habían sido determinantes para la crisis.
Las maquiladoras representan alrededor del 60 por ciento de los empleos en Juárez. En tiempos recientes la ciudad había recibido inversiones gracias al “nearshoring”, con compañías que buscaban evitar los gravámenes a productos fabricados en China. Sin embargo, esa bonanza se frenó en seco: entre enero y junio de 2025 se perdieron casi 14 mil empleos adicionales, según datos del Inegi.
El golpe no proviene de un solo frente. El salario mínimo en la frontera norte pasó de 22 pesos por hora en 2019 a 52.48 pesos en 2025, reduciendo márgenes de ganancia. Además, la reforma judicial aprobada este año —que sustituyó a jueces designados por jueces electos— provocó dudas sobre la independencia judicial y frenó nuevas inversiones extranjeras. A esto se sumó la guerra comercial de Trump, con tarifas altas en sectores clave como el automotriz, el acero, el aluminio y ciertos textiles.
“Los aranceles fueron la cereza en el pastel”, reconoció María Teresa Delgado, vicepresidenta de la asociación de maquiladoras Index Juárez.
El impacto es contundente: la inversión extranjera directa en México cayó 21% en el primer trimestre de 2025, mientras que en Chihuahua el desplome en manufactura fue del 56%, pasando de 800 a 348 millones de dólares. “La incertidumbre está paralizando decisiones y frenando proyectos”, advirtió Ulises Alejandro Fernández, secretario estatal de Innovación y Desarrollo Económico.
Varias empresas ya decidieron marcharse. Lear Corporation trasladará líneas de producción a Honduras; la francesa Lacroix cerrará operaciones en Juárez a finales de este año. Thor Salayandia, empresario local, redujo de 90 a solo 20 trabajadores en su planta de clavos. “Un día nos piden mercancía y al siguiente ya no”, lamentó.
En medio de filas cada vez más largas de solicitantes que buscan un puesto en fábricas aún abiertas, Juárez enfrenta la tormenta perfecta: salarios más altos, menor inversión y una guerra comercial que amenaza con desmantelar décadas de crecimiento industrial en la frontera.