La mayoría de nosotros los usamos de a diario, pero pocas veces nos ponemos a pensar si realmente las necesitamos. Nos referimos a las palabras del idioma ingles que hemos adoptado a nuestra habla cotidiana.
Aquí algunos ejemplos de ropa…
Jeans: Para muchos este anglicismo se oye mejor que decir pantalones de mezclilla.
Leggins: En lugar de mallas.
Blazzers: A los sacos deportivos.
Boxers: A los calzoncillos.
Short: Pantalón corto.
Fashion: Para decir que algo o alguien, ‘está a la moda.’
Sneakers: No importa si están hechos con piel de cocodrilo albino. Son tenis.
En cuanto a comida…
Lunch: Almuerzo
Beicon: Es tocino (bacon).
Brownie: Pastelito de chocolate.
Muffins o cupcake: Panquecito.
Drinks: Para cuando queremos ir por unos tragos, copas, etc.
En temas laborales…
Business: Negocios. Aunque hay quien emplea el anglicismo para referirse a una “aventurilla de amor”.
CEOs (chief executive officer): El jefe o el director general.
Freelance: Trabajador independiente, aunque debemos reconocer que en español no se oye tan rimbombante.
Workshop: Usados por los oficinistas a los cursos o seminarios.
Sponsors: Usado para los patrocinadores.
Otros anglicismos que poco a poco le han ido comiendo el mandado a las palabras originales en español, y que incluso se han colado en el diccionario, son: club, sándwich, pub, trendy, vintage, cool, Smartphone, Meet and Greet, y una gran cantidad cuya lista sería interminable, no se diga al poner el nombre a una marca.
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