Organizaciones civiles denunciaron el apoyo que el Gobierno le ha dado a productores para deforestar la selva de los Chenes en Campeche a través de la siembra de soya transgénica, y acusaron a Monsanto de ser parte activa de este fenómeno, por ser el dueño de las patentes de transgenes e impugnar en los juzgados para que no se suspenda la siembra de semillas genéticamente modificadas.
El municipio más afectado de Campeche, de acuerdo con 10 organizaciones civiles que firmaron un comunicado, es Hopelchén, que entre los años del 2000 al 2008 perdió 22 mil 300 hectáreas de cobertura forestal.
Esa situación se agravó en el 2013, cuando este número de hectáreas ascendió a 38 mil, más que en cualquier otra entidad del país.
De esta cuenta, las organizaciones civiles acompañadas por Greenpeace presentaron el 24 de agosto, tanto en las delegaciones estatales de Campeche, como en las oficinas centrales, una demanda popular en la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) y la Comisión Nacional del Agua (Conagua), en la que se les insta a tomar medidas de protección al ambiente.
Pese a que la soya transgénica en México cuenta con tres amparos en la Suprema Corte de Justicia de la Nación la suspensión no ha sido otorgada por impugnaciones de Monsanto y la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa).
Mientras tanto hay una campaña colgada en la plataforma Change.org con el fin de juntar firmas para que las autoridades detengan la deforestación en Campeche.