Los hechos ocurrieron en una lavandería de Tlalpan.
Ciudad de México.- Sobre la piel de Ana, delgada y pegada a los huesos resaltan, como una varicela, las marcas de más de 400 golpes que recibió con tubos, palos, cables, planchas ardientes…, y en su cadera y cuello aún se notan líneas enrojecidas que le causaron las cadenas sujetadas a un tubo en la pared con la que sus captores la tenían esclavizada desde hacía dos años en un negocio de la colonia Lomas de Padierna, en Tlalpan.
Tal daño le provocaron a Ana, de 22 años de edad, que al rescatarla la Procuraduría capitalina, este fin de semana, encontró que sus órganos tienen un desgaste similar al de una persona de 81 años de edad, que sus riñones ya no le funcionan bien, que a su estómago le cuesta digerir, carece de ciclo menstrual, desaparecieron sus senos y padece anemia.
Desde que despertaba hasta pasada la medianoche debía lavar y planchar la ropa de ese negocio en Tlalpan. Si acababa las cargas de trabajo, recibía sobras de caldo de pollo o un plato de frijoles y tres tortillas. Tan poco le daban que la orillaban a comer bolsas de plástico de las que usaban como funda de la ropa planchada.
Si no terminaba, la sometían castigos: azotes con tubos metálicos, palos de escoba, cables de aparatos eléctricos, una piedra de molcajete… cualquier objeto era utilizado para golpearla en la cara, las piernas, las manos, el cuello, el pecho. Incluso le quemaban la espalda con la plancha caliente y cuando comenzaba a cicatrizar, le arrancaban las costras.
Este fin de semana agentes de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF) encontraron a Ana—cuyo nombre se cambió por su condición de víctima— luego de que escapó.
El personal de la Subprocuraduría Central, que encabeza Edmundo Garrido, la atendió, la ayudó y luego fue a buscar la casa donde estuvo presa.
Y ahí atraparon a José de Jesús Sánchez Vera, las hermanas Leticia y Fani Molina Ochoa y las hermanas Ivette y Jannet Hernández Molina. Ellos fueron quienes la maltrataron durante todo ese tiempo.
Ana nació en el Distrito Federal hace 22 años. Durante algún tiempo vivió en la calle. No tenía dónde dormir, tampoco padre ni madre. Por eso hace dos años llegó a casa de estas personas, buscando trabajo para subsistir.
“Ella lo único que buscaba era que le dieran un trabajo. Estaba buscando ganar dinero para poder tener con qué comer y un cuarto dónde dormir”, contó ayer uno de los mandos que encabezan las investigaciones de este caso.
Propietarios de un negocio de lavado y planchado de ropa en la colonia Lomas de Padierna le ofrecieron casa, comida y un sueldo. Al principio —recuerda Ana— todo fue normal. Pero con el paso del tiempo las cosas cambiaron.
“La acusaron de robarse ropa y objetos de la casa. Entonces empezaron a maltratarla y a golpearla”, explica la Fiscal para la trata de Personas de la Procuraduría del DF, Juana Camila Bautista.
Hubo ocasiones en las que pasaron hasta cinco días sin que le dieran de comer. En su desesperación, Ana usaba el agua destilada de las planchas para tratar de hidratarse; también arrancaba el hule con el que envolvían la ropa planchada y lo comía para mitigar el hambre.
La realidad es que eso le servía de muy poco. Los estudios hechos a su cuerpo revelan que el grado de desnutrición que presenta le da el aspecto físico de una niña de apenas 14 años de edad. Sus pechos desaparecieron y su ciclo menstrual también.
Los daños durante su cautiverio y los golpes que recibió hicieron que sus órganos y sus músculos tengan las fallas y el desgaste de un anciano de 81.
Sus dos riñones fallan y el estómago perdió capacidad de digerir. No puede mantenerse en pie por mucho tiempo y parece tener una infección en los pulmones, ya que le cuesta trabajo respirar.
En una ocasión intentó escapar de su cautiverio, pero no lo logró. Fue por eso que la encadenaron. Los golpes que recibió en aquella ocasión apenas la dejaban recostarse en el piso. Se dolía con tan sólo rozar la piel.
La PGJDF ya envió a la cárcel a las personas que la lastimaron tanto: las mujeres fueron trasladadas al penal femenil de Santa Martha Acatitla, y el único varón al Reclusorio Oriente.
A ella la mantienen protegida. Le están brindando ayuda física para poder rehabilitarse, y psicológica
para tratar en algunos meses de integrarla a la sociedad, aunque en realidad están preocupados y temen que su anemia y sus daños sean tan graves que pueda morir
Cómo realizar el pago en línea de CFE: guía paso a paso
Pagar el recibo de luz de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) ya no requiere salir de casa ni hacer largas filas. Gracias a las plataformas digitales, ahora es posible realizar el CFE pago en línea desde cualquier dispositivo con acceso a Internet, de forma sencilla y segura.
Si es tu primera vez haciendo este trámite por Internet, o si simplemente quieres una forma más eficiente de mantener tus pagos al día, esta guía te explicará cómo hacerlo paso a paso, además de presentarte una alternativa práctica como la app Stori.
¿Por qué pagar el recibo de luz en línea?
La digitalización de servicios ha facilitado la vida de millones de usuarios. Realizar el pago de tu recibo de luz en línea no solo te ahorra tiempo, también te permite tener mayor control sobre tus finanzas.
Puedes pagar desde casa, el trabajo o incluso durante un viaje. También tienes la posibilidad de recibir notificaciones, consultar tu historial y evitar cargos por retrasos.
Formas de hacer el pago en línea de CFE
El método más conocido es a través del portal oficial de la CFE. Al ingresar a su sitio web, puedes registrarte y asociar tu número de servicio. Desde ahí, podrás consultar el saldo actual, revisar tus recibos anteriores y efectuar el pago con tarjeta de débito o crédito.
El sistema es intuitivo, pero puede resultar lento en horas pico o en dispositivos móviles antiguos.
Otra opción práctica es la aplicación “CFE Contigo”. Esta app está disponible para Android e iOS y permite pagar tu recibo, consultar el consumo, generar reportes y recibir alertas de vencimiento. Solo necesitas tener a la mano tu número de servicio, que aparece en cualquier recibo.
Sin embargo, si buscas una solución más amplia y centralizada, existen plataformas como Stori, que permiten pagar múltiples servicios —incluido CFE— desde un mismo lugar. Esta app se ha vuelto popular entre quienes prefieren tener un solo canal para gestionar sus pagos de luz, teléfono, Internet, agua y otros.
Con una interfaz sencilla y opciones de pago seguras, Stori te da la posibilidad de registrar tu recibo y hacer la transacción en minutos.
Lo que necesitas para pagar en línea
El proceso, aunque varía ligeramente según la plataforma, requiere básicamente lo siguiente: tu número de servicio, un método de pago válido (tarjeta de crédito o débito), acceso a Internet y un dispositivo móvil o computadora. No necesitas hacer filas ni proporcionar documentación adicional.
En el caso de Stori, una vez que te registras y accedes a la sección de pagos, solo debes buscar la opción de luz o CFE, ingresar el número de servicio, revisar el monto a pagar y confirmar la transacción. La app guarda tu historial y te permite recibir recordatorios para que nunca se te pase una fecha.
¿Qué pasa si tu pago no se refleja?
Aunque los pagos digitales suelen ser inmediatos, en algunas ocasiones el sistema puede tardar unas horas en actualizar la información. Si después de 24 horas tu recibo sigue apareciendo como no pagado, lo más recomendable es verificar tu comprobante, revisar tu estado de cuenta y contactar al soporte de la plataforma que utilizaste.
Tanto el portal de la CFE como apps como Stori ofrecen atención al cliente para resolver estos inconvenientes.
Seguridad y confianza al pagar en línea
Uno de los temores más comunes al hacer pagos digitales es la seguridad. En este sentido, tanto el portal de CFE como aplicaciones reconocidas utilizan protocolos de seguridad robustos para proteger tus datos bancarios.
Asegúrate de usar redes privadas y evitar acceder desde dispositivos públicos o conexiones inseguras. También es buena práctica guardar el comprobante digital de cada pago como respaldo.
Pagar tu recibo de luz por Internet es una herramienta útil que cada vez más mexicanos están adoptando. Ya sea a través del sitio oficial, la app de la CFE o plataformas como Stori, el objetivo es el mismo: facilitar tu vida y darte el control de tus finanzas sin complicaciones.