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Da López Obrador banderazo de inicio a obras del Tren Maya

El presidente Andrés Manuel López Obrador dio el banderazo de arranque de la construcción del tramo del Tren Maya Cancún – Izamal, dando así inicio al proyecto de infraestructura más relevante para el titular del Ejecutivo.

El tramo tendrá 257 kilómetros de longitud y ocupará el derecho de vía del cuerpo norte de la actual autopista Cancún -Mérida.

En los carriles del cuerpo sur se agregarán dos carriles más para mantener la actual carretera de cuatro carriles.

Es, como se ha dicho, una obra trascendente, histórica, empezando porque va a integrar a toda la región maya, del sureste de la República, Tabasco, Chiapas, Campeche, Yucatán y Quintana Roo”, consideró López Obrador.

El titular del Ejecutivo reiteró que el Tren Maya conectará sitios arqueológicos de la península; permitirá el transporte de pasajeros de las poblaciones de la región; y el transporte de mercancías, para hacerlo costeable.

El tramo de Cancún a Izamal lo construirá la empresa ICA a un costo de 27 mil millones de pesos, y a la que el presidente comprometió a concluirla en el tiempo establecido y con el presupuesto pactado.

Ya no hay ampliación de presupuesto, no es de que hicimos mal los cálculos y necesitamos ampliación de presupuesto, es precio alzado, ya nos vamos de acuerdo a lo pactado, a lo convenido. Lo mismo en el tiempo. Tiene que estar terminado este trabajo en 28 meses. Nada de que llovió mucho y no se pudo trabajar”, advirtió el presidente.

Resaltó que la inversión en el Tren Maya es de presupuesto público y no se adquirió deuda para su construcción.

El proyecto detonará el bienestar en la región, aseguró el responsable del proyecto, Rogelio Jiménez Pons.

En perspectiva, según ONU Hábitat, más de un millón de personas saldrán de la pobreza gracias al tren y se prevén crecimientos de 1.6 tan solo por el tren maya”, aseguró el responsable del proyecto.

En los próximos días, el Presidente López Obrador dará el banderazo de salida de la construcción de otros tres tramos del Tren y en las próximas semanas se adjudicará la licitación de un quinto tramo.

Opinión

Emilia Pérez: Una Mirada Cuestionada sobre México Por: Sigrid Moctezuma

En un mundo donde el cine es tanto un arte como una poderosa herramienta de representación cultural, las películas que abordan la identidad de un país llevan consigo una gran responsabilidad. Tal es el caso de Emilia Pérez, una cinta que, aunque prometía ser un relato innovador, ha generado un torrente de críticas por su visión estereotipada y su superficialidad al retratar la cultura nacional.

Descrita por sus creadores como un “narco-musical”, Emilia Pérez sorprendió al ganar cuatro Globos de Oro, lo que dejó en evidencia una desconexión entre las audiencias internacionales y la percepción mexicana. Mientras en el extranjero se celebra como un experimento cinematográfico audaz, aquí ha sido criticada por perpetuar clichés culturales que parecen sacados de una postal turística, ignorando las complejidades del México actual. Aunque su mezcla de comedia, drama y música despertó curiosidad inicial, para muchos terminó siendo un recordatorio de cómo los estereotipos siguen dominando la narrativa global.

Uno de los puntos de mayor desagrado ha sido la manera en que la película aborda temas sensibles como la identidad de género y la narcocultura. Si bien es positivo que estas cuestiones tengan espacio en la narrativa cinematográfica, en Emilia Pérez se sienten tratadas con una ligereza que no honra su trascendencia. Los personajes, en lugar de reflejar matices reales, se convierten en caricaturas que difícilmente conectan con el público.

Las críticas no solo vienen de los espectadores, sino también de sectores especializados en cine y cultura. Se ha señalado que la película parece diseñada para un público extranjero que consume el «México pintoresco», mientras ignora las voces y experiencias auténticas que definen al país. Lo que representa una oportunidad desperdiciada para proyectar un discurso que sea fiel a nuestra riqueza cultural y social.

Este fenómeno no es nuevo en el cine. Muchas producciones internacionales han intentado capturar supuestamente nuestra esencia, pero terminan cayendo en la trampa: el mariachi omnipresente, las cantinas llenas de tequila y la violencia gratuita. Emilia Pérez, desafortunadamente, parece sumar su nombre a esta lista.

No obstante, este tipo de reacciones también abre un espacio importante para la reflexión. La discusión que surge de estas películas pone sobre la mesa la necesidad de que seamos nosotros quienes contemos nuestras propias historias, desde múltiples perspectivas. Es imperativo que el relato cinematográfico internacional comience a escuchar más atentamente las voces locales y trabajen en colaboración para evitar simplificaciones que diluyan nuestra esencia.

En un mundo donde las plataformas digitales hacen que el cine viaje más rápido que nunca, la responsabilidad de representar adecuadamente a un país se vuelve aún más crucial. La recepción de Emilia Pérez debería servir como un recordatorio de que no somos un concepto único y fácil de definir, sino una amalgama compleja de historias, tradiciones y modernidades.

Quizá, en el futuro, podamos ver más producciones que tomen este desafío en serio, dejando de lado las visiones simplistas. Porque México, con todas sus luces y sombras, merece ser contado con verdad y profundidad.

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