El tema de este viernes es el debate, que según todos los pronósticos, será un terrible fiasco, ya que será el menos difundido de la historia, pues se transmitirá solo por un canal privado de escasísima audiencia y por una estación de radio del mismo grupo. Será mucho si el 3% de los chihuahuenses lo ven.
La dinámica del debate es otro lastre. Las reglas impiden a los candidatos contrastar propuestas, proyectos e ideologías, así que en aras de una malentendida y fingida civilidad, no se verá más que a dos personajes y a dos extras soltando retahílas retóricas de las que ya nos tienen inundados ojos y oídos.
Sin embargo, en este debate hay mucho qué perder y poco que ganar, pues seguramente las propuestas, intervenciones y réplicas serán ignoradas, mientras que cualquier tropezón será ampliamente difundido en redes sociales. De nosotros se acuerdan.
Todo parece indicar que en Miguel Riggs no confía ni él mismo, pues no tiene experiencia más que en tiros de tres puntos, mientras que Javier Garfio, con más experiencia, carece del carisma y de la contundencia para asegurarse una actuación sólida en el debate. Aparte, Garfio no tiene motivos para arriesgarse: Va a la delantera con buen margen y es cuestión de esperar para que el tiempo mate cualquier esperanza panista.
Además, Garfio cuenta con todo el arropo de su partido, que no es nada despreciable, y un ejemplo es el mensaje de unidad que emitirá desde su casa de campaña, acompañado por sus exrivales Maurilio Ochoa, Marcelo González, Ricardo Boone y Pedro Domínguez, así como su familia, amigos, colaboradores, colados, etc.
Sin embargo, sus colaboradores parecen ser a veces su peor lastre, ya que son notables los errores en los que incurren, desde los más inocentes como mencionar a “Eugenio Baeza” como su suplente en la propaganda, hasta centrarse en estrategias como las fotos del candidato trapeándole la casa a una señora, que despertaron más carcajadas que el último casette de Polo Polo.
Sin embargo, en errores Riggs parece llevarle la delantera, pues en prácticamente ninguna de las fotos que difunden aparece claro el rostro del candidato. Algún panista caritativo debería enseñarles a usar el “zoom”. En Face su foto de perfil aparece pixeleada, los contenidos son erráticos y no hay motivos para suponer que sus encargados de comunicación le tengan buena fe.
Donde sí hay buena fe es en el nuevo mirreynato chihuahuita, pues los clanes están representados en las candidaturas tanto en la lista de regidores como en la de los diputados, tal es el caso de Daniela Garza Mayagoitia, quien ciertamente parece una candidata fresca y proactiva, pero también trae bien recargado el apellido de su tío, el exsecretario de Hacienda José Luis García Mayagoitia.
Teporaca Romero es hija de Raymundo Romero, secretario general de Gobierno, mientras que Mónica Morales arrastra el abolengo de su madre, Xochitl Reyes Castro, líder del movimiento territorial y mera mera del sindicato de trabajadores. Además, está Rodrigo de la Rosa, hijo de Leonel. Por todas partes hay relaciones familiares de primer o segundo grados entre los priístas, cosas del nuevo PRI.
Y ya que hablamos de Leonel, su salida de la dirigencia estatal del PRI está más que cantada. Aun así, no puede hablarse de un fracaso, pues con un hijo casi diputado y la proeza de resistir dos elecciones, es realmente un caso afortunado, pues todos los procesos electorales, sobre todo los del PRI, dejan un reguero de dolidos que suelen dirigir sus rencores hacia el dirigente en turno… como si él decidiera.
Ahora corren los rumores de que será Alejandro Domínguez el nuevo dirigente del PRI, como premio a su disciplina durante la elección para candidato a la alcaldía, ya que era el que más sonaba junto con Garfio y aun así fue el que derramó menos lágrima y moco cuando le dijeron que no.
Hoy se celebra el Día de la Libertad de Expresión y ciertamente en Chihuahua hay poco qué celebrar. Muchos compañeros parecen meros repetidores del discurso oficial, mientras que medios, gobierno y asociaciones de periodistas poco hacen para esclarecer los crímenes de comunicadores y las graves amenazas a la libertad de expresión.
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