Fue la locura en el Corona. Nadie lo cree, sólo uno tenía fe, ese uno era Benjamín Galindo, quien vivirá su tercera final como director técnico.
Torreón no duerme. No importa que la inseguridad mande sobre la ciudad, una ciudad que necesita de estas alegrías. “Esto es para toda la gente, para todo el estado. Es una muestra de que Torreón se puede comportar a la altura en los momentos difíciles”, dijo “El Maestro”.
Este triunfo en la agonía, será un gran aliciente para su equipo: “Nos debe de ayudar mucho contra Rayados. Vamos a jugar una final; serán 180 minutos de lucha a muerte, pero en tanto llega el inicio, hay muchos detalles que corregir”, expresó.
Otra final más para Santos, otra final más para Galindo y espera que esta sea diferente a la última. “Serán partidos diferentes. Cada rival es distinto, vamos a aprovechar el potencial que tenemos y qué mejor que podamos cerrar en casa”, argumenta el técnico.
Los últimos minutos fueron claves: “Metí al ‘Cepillo’ [Oribe Peralta] con Darwin adelante, porque se entienden bastante bien, tienen gol, saben hacer goles. Fuimos afortunados porque en poco tiempo hicimos esos dos goles, no tuvimos tantas llegadas como en otros juegos, pero llegaron cuando más los necesitábamos”.
El héroe
Oribe Peralta es el héroe. A él fueron todos los abrazos, todas las felicitaciones: “Eres mi ídolo Oribe” “Hazme un hijo Oribe” gritaban desde la tribuna. Y el “Cepillo” respondía: “No lo hice solo, es trabajo de todos. Hoy a festejar y después a pensar en Monterrey, un gran equipo”.
Con la cara en alto
En el vestidor de Tigres todo es silencio. Pocos quieren hablar, pocos levantan la cabeza. El presidente del club, Alejandro Rodríguez estoico da la cara: “Tocamos el cielo y caímos con la cara el cielo. Felicito al Santos, es digno finalista”, menciona.
Ricardo Ferreti apenas dijo algunas palabras: “Creíamos que estábamos en la final; creíamos que habría Clásico en la final”.Y se retiró.
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