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Deja 60 toneladas de basura Rio+20

La Compañía Municipal de Limpieza Urbana informó que la cumbre organizada por la ONU en Río de Janeiro dejó el legado poco ecológico de 60 toneladas de basura entre residuos del centro de convenciones Riocentro -donde se realizó la reunión oficial- y el resto de las locaciones.

 

Los esfuerzos de Naciones Unidas y de las ONG para que sus citas en pro del desarrollo sostenible no dejaran muchos desechos, entre ellos la distribución de los documentos por vía digital, no impidieron que quedara un elevado volumen de desperdicios.

 

El total de basura de Río+20 es casi la sexta parte de las 370 toneladas dejadas en laplaya de Copabacana por las cerca de dos millones de personas que participaron en la última fiesta de fin de año.

 

Según el coordinador de sostenibilidad de la cumbre, el biólogo Francisco Nilson, los organizadores realizaron campañas para concienciar a los participantes de los diferentes eventos sobre la gestión correcta de los desechos.

 

Otra estrategia fue preferir materiales biodegradables, como los vasos para el agua, que fueron fabricados con residuos vegetales de la caña de azúcar y del maíz, ymateriales sostenibles, como las botellas portátiles y reutilizables que fueron distribuidas para reducir el consumo de vasos.

 

Río+20 terminó con una declaración final que algunos negociadores y las ONG consideran como poco ambiciosa y sin muchos compromisos, entre ellos la secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton.

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Increible

Desaparece en Disneyland y aparece días después en un bote de basura en Mexicali: el misterioso caso de Annie Encino

Una adolescente estadounidense de 16 años fue localizada con vida dentro de un contenedor de basura en Mexicali, Baja California, días después de haber desaparecido en el parque Disney California Adventure, en Anaheim. El caso ha despertado preocupación e interrogantes en ambos lados de la frontera, especialmente por el silencio mediático en México y las lagunas que aún rodean su cruce hacia territorio nacional.

Annie Kathleen Encino desapareció el pasado 20 de abril tras una discusión con su familia dentro del parque temático. Fue vista por última vez alejándose sola, lo que activó una Alerta Amber en Estados Unidos. Sin embargo, esa alerta nunca cruzó a territorio mexicano, dejando a la opinión pública del país sin conocimiento de su desaparición… hasta que la historia dio un giro tan insólito como alarmante.

Días después, una llamada anónima al 911 alertó a la policía municipal de Mexicali sobre la presencia de una menor dentro de un bote de basura. Al llegar al sitio, los oficiales encontraron a la joven en condiciones que no han sido detalladas, pero confirmaron su identidad. El consulado de Estados Unidos fue notificado de inmediato y su madre viajó a la ciudad fronteriza para identificarla y llevarla de regreso.

Hasta ahora, las autoridades mexicanas no han informado cómo fue que Annie cruzó la frontera sin documentos, sin acompañantes y sin ser detectada. Tampoco han revelado si fue víctima de trata, secuestro, abuso o si viajó voluntariamente con ayuda de terceros. La Fiscalía de Baja California mantiene abierta una investigación para esclarecer los hechos.

Lo que sí queda claro es que algo falló en los mecanismos de cooperación fronteriza. Ni la alerta internacional funcionó, ni hubo un protocolo binacional que permitiera actuar a tiempo. La aparición de una menor estadounidense en un contenedor de basura, en una ciudad donde los casos de desapariciones no son novedad, pone una vez más bajo la lupa la crisis de seguridad y el flujo irregular entre ambos países.

Mientras se esperan más detalles oficiales, el caso de Annie Encino evidencia que incluso en un entorno supuestamente seguro como Disneyland, la vulnerabilidad de los menores puede terminar en una historia digna de una serie policiaca.

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