Mañoso salió el alcalde de Santa Bárbara, Jesús Enrique Núñez, quien parece haber encontrado la fórmula que por año buscaron gobernadores y presidentes para evitar ser cuestionados por la oposición públicamente durante sus informes, una aportación de este rincón del estado para la historia política de México… ¡del mundo!
Y es que el ocurrente presidente municipal salió con la puntada de que su informe se dividiría en dos partes: una privada para “escuchar” los planteamientos y reclamos de los regidores de oposición, y una pública en el Salón Leonístico para bañarse de gloria ante todos los asistentes, en una clara violación al Código Municipal.
Ahí cerquita, en San Francisco del Oro, se gesta otro escándalo, el del alcalde Jesús Ramírez a quien acusan de haber desfalcado al municipio según lo acusa la Auditoría Superior del Estado, que emprende la labor de investigarlo y, si hallan pruebas en su contra, juran que lo van a sancionar para mostrar que no toda la maquinaria estatal está contra Marco Adán Quezada, quien tiene cinco denuncias administrativas y penales, al igual que Álvaro Madero y José Reyes Ferriz.
No son los únicos, hay 85 denuncias contra funcionarios ante la Fiscalía, Congreso y Ayuntamientos, incluso el gobernador Duarte está demandado ante la PGR por el asunto de haberse comprado un banco con recursos que ni “a lo macho” ha podido explicar de donde salieron, pero hay justicia por consigna en Chihuahua, diferente para amigos que para enemigos.
Yendo un poquito más abajo, hacia Parral, se encuentran tensiones no muy ocultas entre los aspirantes a la alcaldía de ese Ayuntamiento, relativamente pequeño, pero de vital importancia al ser la ‘tierra santa’ de quienes actualmente detentan el poder.
A pesar de la ‘comida de unidad’ que se realizó en esa árida tierra, la división se nota desde Juárez hasta Guadalupe y Calvo, al grado que ya se habla de expulsiones de militantes para que nadie le entorpezca el camino a Karina Velázquez, quien parece ser la ungida desde Palacio, aunque a muchos no les guste.
Al que también le andan haciendo grilla es al alcalde Enrique Serrano, ya no tanto por el accidente en las dunas o por sus despensas. Ahora el tema son las vías de Ferromex en Juárez, que tanto él como el gobernador Duarte habían anunciado que sacarían de la mancha urbana de Juárez mediante un libramiento que parece no les gustó tanto, pues ahora pretender mejor poner un par de puentes para que la gente rodee a la bestia de acero y la empresa Ferromex no tenga que desembolsar mucho.
Pasando al municipio de Chihuahua, no de alcaldes o ex alcaldes, sino de quienes aspiran a serlo, está el estira y afloja entre las panistas Maru Campos y Rocío Reza, dos de los liderazgos más actuales y visibles de ese partido, y ambas con ganas de heredar la silla que actualmente ocupa el presidente municipal Javier Garfio Pacheco.
Rocío, nos cuentan, habría rechazado una secretaría en el CEN del PAN, encabezado por su amiguísimo Ricardo Anaya, pero aún así muchos empezaron a achacarle el área de Capacitación de ese partido, una labor demandante y que la obligaría a estar en el DF, lejos de la grilla local y de su ambición política.
Pero Rocío pronto salió a desmentir y a aclarar su proyecto “es local y está en Chihuahua”, y al parecer pidió chance de sólo asesorar a su cuate Ricardo para tener tiempo de moverse en la capital del estado y trabajar de lleno en su candidatura.
Maru también anda más puesta que un calcetín, y con Rocío o sin Rocío ella ya se siente la primera alcaldesa de la capital, por los amarres que supuestamente ya logró con tirios y troyanos. La semana que viene se lucirá en el Centro de Convenciones con motivo de su informe, y ahí se verá si de verdad trae el punch que tanto canta. En las primeras filas se verán los apoyos que la respaldan.
El que le ha bajado un poco al tono y finge andar muy quitado de la pena es el ex alcalde Marco Adán Quezada, quien ya le respondió al Congreso del Estado como parte del proceso en su contra, y ahora todo está en la cancha del legislativo local, encabezado por Fernando Rodríguez Gíner.
El documento sólo llegó a Rodríguez y líderes de bancadas, y a partir de esta fecha tiene 15 días para leerlo y a partir de ahí formar su postura ante la Auditoría Superior del Estado, y dar salida a los citatorios y alegatos que irán y vendrán, en un proceso que luce cada vez más empantanado.
Mientras, los legisladores leales a Marco, Teporaca y Eloy, buscan mantener la situación bajo control y por eso se reunieron con deudos y víctimas del Aeroshow, sin invitar a nadie de su partido, ni siquiera al presidente del Congreso, aunque luego de un rato le dieron entrada al panista Rogelio Loya y a la panista Ana Gómez Licón.
Los que también están preparando sus informes, muy lucidores, son los alcaldes Enrique Serrano y Javier Garfio, cada uno en su municipio y cada uno con su gente. Obviamente los dos traen respaldo de spots y amplias campañas de publicidad, y esperan mostrar músculo para decir “presente” en la contienda por la gubernatura.
El gobernador Duarte no acudirá, según dijo, pero hay quien afirma que podría aparecerse al menos de pasadita en alguno de estos eventos, pues aunque tenga prohibido andar en la grilla por al menos 15 días, al mandatario le duele perderse de estos baños de militancia y de pueblo que tanto le gustan a él y a todos los políticos ¿se resistirá?