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Desaparece camión de valores con 13 millones de pesos en Navolato, Sinaloa

Un millonario robo ocurrió en la sindicatura de Villa Benito Juárez, Navolato, al desaparecer un vehículo de una conocida empresa de valores de Culiacán, que llevaba 13 millones de pesos en el interior.

Las autoridades de dicha sindicatura argumentaron que el chófer y la unidad hasta el momento se encuentran desaparecidos.

Según los primeros informes que se dieron sobre el atraco, los hechos pasaron ayer en la mañana en una sucursal bancaria en la colonia Centro, por la calle Benito Juárez y Francisco Zarco.

Se informó que tres custodios llegaron al banco a bordo del vehículo blindado y se estacionaron: dos de ellos entraron al establecimiento, mientras que el conductor se quedó resguardando.

Pasados unos minutos, los dos trabajadores de la empresa salieron después de hacer unas operaciones y se llevaron la sorpresa de que su compañero y la unidad con el dinero no estaban.

Posteriormente, se hizo el llamado a policías asignados a la localidad, que llegaron para apoyar en la situación.

Después de los hechos surgieron dos versiones que pusieron a pensar a las autoridades. La primera fue que el hombre que se quedó esperando aprovechó que sus acompañantes habían bajado y escapó con la gran suma de dinero. Otra versión indicaba que el chofer pudo haber sido abordado por hombres armados que lo sometieron y se lo llevaron privado de la libertad.

El desaparecido lleva por nombre Manuel Alejandro, quien vestía el uniforme de trabajo; también llevaba un radio de comunicación y una escopeta.

Personal de la Fiscalía General de Justicia se encargó de hacer la investigación correspondiente para descartar ambas versiones y determinar si el desaparecido fue secuestrado o si tuvo participación en el millonario delito.

El 12 de abril de 2019, un grupo de hombres armados atacó y lesionó a guardias, quienes protegían un camión de valores en el estacionamiento de una conocida plaza comercial en la colonia Lázaro Cárdenas, logrando apoderarse de 10 millones de pesos.

Según las versiones de las autoridades, el día del robo los responsables llevaban rifles AK-47, lesionando a uno de los custodios, que recibió impactos en el chaleco antibalas.

Debido a los disparos, una tienda comercial cerró sus puertas para resguardar a los clientes que estaban en el interior.

Fuente: Debate

Opinión

Emilia Pérez: Una Mirada Cuestionada sobre México Por: Sigrid Moctezuma

En un mundo donde el cine es tanto un arte como una poderosa herramienta de representación cultural, las películas que abordan la identidad de un país llevan consigo una gran responsabilidad. Tal es el caso de Emilia Pérez, una cinta que, aunque prometía ser un relato innovador, ha generado un torrente de críticas por su visión estereotipada y su superficialidad al retratar la cultura nacional.

Descrita por sus creadores como un “narco-musical”, Emilia Pérez sorprendió al ganar cuatro Globos de Oro, lo que dejó en evidencia una desconexión entre las audiencias internacionales y la percepción mexicana. Mientras en el extranjero se celebra como un experimento cinematográfico audaz, aquí ha sido criticada por perpetuar clichés culturales que parecen sacados de una postal turística, ignorando las complejidades del México actual. Aunque su mezcla de comedia, drama y música despertó curiosidad inicial, para muchos terminó siendo un recordatorio de cómo los estereotipos siguen dominando la narrativa global.

Uno de los puntos de mayor desagrado ha sido la manera en que la película aborda temas sensibles como la identidad de género y la narcocultura. Si bien es positivo que estas cuestiones tengan espacio en la narrativa cinematográfica, en Emilia Pérez se sienten tratadas con una ligereza que no honra su trascendencia. Los personajes, en lugar de reflejar matices reales, se convierten en caricaturas que difícilmente conectan con el público.

Las críticas no solo vienen de los espectadores, sino también de sectores especializados en cine y cultura. Se ha señalado que la película parece diseñada para un público extranjero que consume el «México pintoresco», mientras ignora las voces y experiencias auténticas que definen al país. Lo que representa una oportunidad desperdiciada para proyectar un discurso que sea fiel a nuestra riqueza cultural y social.

Este fenómeno no es nuevo en el cine. Muchas producciones internacionales han intentado capturar supuestamente nuestra esencia, pero terminan cayendo en la trampa: el mariachi omnipresente, las cantinas llenas de tequila y la violencia gratuita. Emilia Pérez, desafortunadamente, parece sumar su nombre a esta lista.

No obstante, este tipo de reacciones también abre un espacio importante para la reflexión. La discusión que surge de estas películas pone sobre la mesa la necesidad de que seamos nosotros quienes contemos nuestras propias historias, desde múltiples perspectivas. Es imperativo que el relato cinematográfico internacional comience a escuchar más atentamente las voces locales y trabajen en colaboración para evitar simplificaciones que diluyan nuestra esencia.

En un mundo donde las plataformas digitales hacen que el cine viaje más rápido que nunca, la responsabilidad de representar adecuadamente a un país se vuelve aún más crucial. La recepción de Emilia Pérez debería servir como un recordatorio de que no somos un concepto único y fácil de definir, sino una amalgama compleja de historias, tradiciones y modernidades.

Quizá, en el futuro, podamos ver más producciones que tomen este desafío en serio, dejando de lado las visiones simplistas. Porque México, con todas sus luces y sombras, merece ser contado con verdad y profundidad.

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