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Desaparece la última tortuga Galápagos de la faz de la tierra

La última de las tortugas gigantes de la isla Pinta, el célebre Solitario George, insignia de las islas encantadas y uno de los animales más famosos del mundo, falleció.

El cuerpo sin vida del espécimen fue encontrado ayer por la mañana en su corral, ubicado en el Centro de Crianza de Tortugas Terrestres Gigantes, en Puerto Ayora, isla Santa Cruz.

Edwin Naula, director del Parque Nacional Galápagos, hizo pública la noticia; el último espécimen puro de la especie Geochelone abingdoni, había muerto de lo que se presume fue un paro cardiaco. Hasta el cierre de esta edición aún se realizaba la necropsia que arrojaría el motivo de la defunción y su cuerpo se había colocado en una cámara fría, a la espera de una decisión de análisis científico.

Durante 35 años, científicos de todas partes del mundo intentaron salvar la especie. El experimento más cercano al éxito fue en el 2009 cuando George logró aparearse con hembras de la especie del volcán Wolf después de 15 años de convivencia, pero los huevos resultaron infértiles.

Con la muerte del espécimen desaparece una raza más del planeta.

Detalles

– El Solitario George fue encontrado en la isla Pinta en 1972, cuando se creía que la especie de tortugas gigantes de esta isla estaba totalmente extinta.

– Se estima que nació entre 1903 y 1919. Esta especie puede llegar a vivir más de 100 años.

– Hasta ayer, convivió con hembras de la especie de la isla Española, genéticamente más cercana.

– El cuerpo del Solitario de George, al momento, se encuentra en una cámara de frío para evitar su rápida descomposición.

– Había una recompensa de 10 mil dólares para la persona que encuentre una especie similar a la de George; nunca se halló.

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Desaparece en Disneyland y aparece días después en un bote de basura en Mexicali: el misterioso caso de Annie Encino

Una adolescente estadounidense de 16 años fue localizada con vida dentro de un contenedor de basura en Mexicali, Baja California, días después de haber desaparecido en el parque Disney California Adventure, en Anaheim. El caso ha despertado preocupación e interrogantes en ambos lados de la frontera, especialmente por el silencio mediático en México y las lagunas que aún rodean su cruce hacia territorio nacional.

Annie Kathleen Encino desapareció el pasado 20 de abril tras una discusión con su familia dentro del parque temático. Fue vista por última vez alejándose sola, lo que activó una Alerta Amber en Estados Unidos. Sin embargo, esa alerta nunca cruzó a territorio mexicano, dejando a la opinión pública del país sin conocimiento de su desaparición… hasta que la historia dio un giro tan insólito como alarmante.

Días después, una llamada anónima al 911 alertó a la policía municipal de Mexicali sobre la presencia de una menor dentro de un bote de basura. Al llegar al sitio, los oficiales encontraron a la joven en condiciones que no han sido detalladas, pero confirmaron su identidad. El consulado de Estados Unidos fue notificado de inmediato y su madre viajó a la ciudad fronteriza para identificarla y llevarla de regreso.

Hasta ahora, las autoridades mexicanas no han informado cómo fue que Annie cruzó la frontera sin documentos, sin acompañantes y sin ser detectada. Tampoco han revelado si fue víctima de trata, secuestro, abuso o si viajó voluntariamente con ayuda de terceros. La Fiscalía de Baja California mantiene abierta una investigación para esclarecer los hechos.

Lo que sí queda claro es que algo falló en los mecanismos de cooperación fronteriza. Ni la alerta internacional funcionó, ni hubo un protocolo binacional que permitiera actuar a tiempo. La aparición de una menor estadounidense en un contenedor de basura, en una ciudad donde los casos de desapariciones no son novedad, pone una vez más bajo la lupa la crisis de seguridad y el flujo irregular entre ambos países.

Mientras se esperan más detalles oficiales, el caso de Annie Encino evidencia que incluso en un entorno supuestamente seguro como Disneyland, la vulnerabilidad de los menores puede terminar en una historia digna de una serie policiaca.

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