Investigadores de la Universidad de Concordia, en Canadá y neurocientíficos de las universidades de Sycaruse y Virginia Occidental en Estados Unidos y el Hospital Universitario de Ginebra en Suiza descubrieron que al amor le corresponde un área específica que está ligada a la del deseo sexual.
La corteza insular se activa ante diferentes situaciones que originan placer como el disfrutar de una buena comida. Por su parte el núcleo estriado, el cual está ubicado cerca de la ínsula, es un área mucho más compleja que se ve activado por el deseo sexual y el placer, se activa con «un valor inherente» según expresaron los científicos.
«Nadie había colocado estos dos sentimientos juntos para ver cuáles eran los patrones de activación» explicó el profesor Jim Pfaus quien dirigió el estudio. «No sabíamos qué encontraríamos, pensamos que ambos estarían completamente separados. Pero resultó que el amor y el deseo activan áreas específicas pero vinculadas en el cerebro».
El estudio demostró que el núcleo estriado se activa, no solo con el amor, sino también con la adicción a las drogas. «En el cerebro el amor funciona de la misma forma como cuando la gente se vuelve adicta a las drogas» agregó el profesor y científico Jim Pfaus.
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