Un equipo internacional de arqueólogos ha develado algunos de los secretos de los sacrificios humanos que, hace más de 500 años, realizaban los incas en sus ceremonias religiosas, según un nuevo estudio publicado en la revista Archaeological and Anthropological Sciences.
Los investigadores determinaron que para los rituales del ‘Capacocha’, uno de los más importantes en el Imperio Inca, los sacerdotes ofrendaban a los volcanes Ampato y Pichu-Pichu, en el departamento peruano de Arequipa, a niños y adolescentes bien desarrollados, que se caracterizaba por su belleza y pureza.
Con ese fin, a los menores ‘elegidos’ se los preparaba desde su nacimiento mediante una crianza y alimentación especial, y para el momento en que iban a ser entregados a los dioses debían consumir brebajes que los hacían entrar en trance. Los incas creían que a las deidades les agradaría ese tipo de sacrificios humanos y a cambio les concederían bendiciones y prosperidad.
Edad y sexo de los ‘elegidos’
Los científicos estudiaron los restos de cinco personas, encontrados en áreas ceremoniales a más de 5.000 metros de altura, en las cumbres de Ampato y Pichu-Pichu. Los análisis de esos restos congelados y parcialmente momificados determinaron que correspondían a menores de entre tres y siete años de edad, en su mayoría niñas.
Además, se concluyó que las víctimas de esos sacrificios tuvieron antes posiciones privilegiadas y provenían de las clases sociales altas, puesto que estaban bien alimentadas y tenían una tasa de crecimiento adecuada, en comparación con los menores de estratos sociales más bajos.
Cofece multa a Walmart por prácticas monopólicas: la batalla legal apenas comienza
La Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece) asestó un golpe histórico al multar a Walmart de México con 93.4 millones de pesos tras concluir una investigación que se extendió por más de cuatro años. La razón: prácticas monopólicas relativas, particularmente en el trato con sus distribuidores.
Según el dictamen de la Cofece, Walmart aprovechó su posición dominante en el mercado para imponer condiciones desfavorables a los proveedores, afectando la competencia en el sector. Aunque no se han revelado todos los detalles de las “contribuciones” impuestas a los distribuidores, el veredicto destaca cómo estas prácticas distorsionan el acceso al mercado y perjudican a competidores más pequeños.
En respuesta, Walmart no tardó en reaccionar. La empresa anunció que impugnará la decisión y enfatizó su compromiso con el cumplimiento de las leyes mexicanas. En su comunicación oficial, destacó que la sanción carece de fundamento y que está basada en interpretaciones erróneas. Este movimiento era predecible: para una empresa de este tamaño, 93 millones de pesos no solo representan una cifra considerable, sino también una amenaza a su reputación.
Por otro lado, la Cofece también se juega mucho. Este caso es una muestra clara de su intención de reforzar la vigilancia sobre los gigantes corporativos. Sin embargo, una batalla legal prolongada podría poner a prueba su capacidad de defender sus resoluciones en tribunales.
Más allá de la multa, el caso de Walmart pone el reflector sobre una problemática común en el comercio minorista: el desbalance de poder entre grandes cadenas y pequeños distribuidores. Si bien el desenlace de este litigio aún está por definirse, el mensaje es claro: los días de actuar sin consecuencias podrían estar contados. La industria y los consumidores estarán atentos a cada movimiento en esta batalla judicial.