El Congreso de la Unión volvió a registrar anomalías y opacidad en el uso de los recursos que los propios legisladores se asignaron en el 2016.
En la revisión de la gestión financiera del 2016, la Auditoria Superior de la Federación (ASF) detectó opacidad y limitada transparencia en la rendición de cuentas de las Cámara de Diputados y de Senadores en rubros como subvenciones y otros conceptos relacionados con actividades legislativas por un monto de 2 mil 632 millones de pesos.
En el Senado, los congresistas no aclararon ni justificaron el uso de mil 016 millones de pesos en “Asignaciones a los Grupos Parlamentarios”.
En sus conclusiones, el órgano fiscalizador recalcó que ni diputados ni senadores entregaron la información necesaria que permitiera comprobar que sus gastos fueron “razonables” o que correspondieron a la realización de trabajos legislativos.
En particular en San Lázaro, la Auditoría indicó que en 2016, se asignaron los mil 691 millones de pesos referidos a las partidas 3991, de “Asignaciones para el cumplimiento de la labor legislativa; y 4390 de “Otros Subsidios y Subvenciones”, equivalentes al 22 por ciento del gasto total del 2016.
Aunque se solicitó a los diputados entregar documentos para justificar la erogación, no entregaron la documentación que compruebe la aplicación de los recursos en cuestión.
Por lo tanto, no se pudo evaluar la razonabilidad del gasto ni comprobar que su destino fueran los trabajos legislativos, agregó la Auditoría.
“Por lo anterior, persiste una limitada rendición de cuentas en el ejercicio de recursos por concepto de ‘Subvenciones’ y otros conceptos relacionados con actividades legislativas”, indicó la ASF.