El video de cómo dos agentes de seguridad de la ciudad de Nueva York forcejea con una mujer para quitarle a su hijo de un año antes de arrestarla ha desatado la polémica en la ciudad, informaron varios medios locales.
Jazmine Headley, de 23 años, fue detenida cuando se encontraba en la Oficina de Recursos Humanos del distrito de Brooklyn por «resistir el arresto, actuar de manera perjudicial para un niño, obstruir la administración gubernamental y entrar en lugar sin autorización», según el periódico El Diario.
El presidente del condado de Brooklyn, Eric Adams, ha solicitado que se retiren los cargos contra Headley, según el canal ABC.
Sin embargo, la Fiscalía aseguró que la joven madre no se encuentra detenida por este incidente, sino porque existe una orden judicial del estado de Nueva Jersey.
El fiscal del distrito de Brooklyn, Eric Gonzalez, citado por El Diario, señaló que están intentando comunicarse con el vecino estado de Nueva Jersey para «acelerar su liberación».
El alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, reaccionó ante lo ocurrido calificándolo de «perturbador».
Al igual que cualquiera que haya visto el video, tengo muchas preguntas sobre cómo ha sido manejado (el incidente). La policía de Nueva York y la Oficina de Recursos Humanos llegarán hasta el final de lo sucedido», dijo en su página oficial de Tuit.
La Defensora del Pueblo de la ciudad de Nueva York, Letitia James, también denunció lo ocurrido y aseguró que «ser pobre no es un crimen».
Las acciones de la policía en el vídeo son espantosas y despreciables», dijo James, citada también por El Diario.
Además, pidió la apertura inmediata de una investigación.
Según los medios locales, dos agentes de la Oficina de Recursos Humanos implicados en el arresto han sido «asignados a otros deberes» mientras se investiga lo sucedido.
Cofece multa a Walmart por prácticas monopólicas: la batalla legal apenas comienza
La Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece) asestó un golpe histórico al multar a Walmart de México con 93.4 millones de pesos tras concluir una investigación que se extendió por más de cuatro años. La razón: prácticas monopólicas relativas, particularmente en el trato con sus distribuidores.
Según el dictamen de la Cofece, Walmart aprovechó su posición dominante en el mercado para imponer condiciones desfavorables a los proveedores, afectando la competencia en el sector. Aunque no se han revelado todos los detalles de las “contribuciones” impuestas a los distribuidores, el veredicto destaca cómo estas prácticas distorsionan el acceso al mercado y perjudican a competidores más pequeños.
En respuesta, Walmart no tardó en reaccionar. La empresa anunció que impugnará la decisión y enfatizó su compromiso con el cumplimiento de las leyes mexicanas. En su comunicación oficial, destacó que la sanción carece de fundamento y que está basada en interpretaciones erróneas. Este movimiento era predecible: para una empresa de este tamaño, 93 millones de pesos no solo representan una cifra considerable, sino también una amenaza a su reputación.
Por otro lado, la Cofece también se juega mucho. Este caso es una muestra clara de su intención de reforzar la vigilancia sobre los gigantes corporativos. Sin embargo, una batalla legal prolongada podría poner a prueba su capacidad de defender sus resoluciones en tribunales.
Más allá de la multa, el caso de Walmart pone el reflector sobre una problemática común en el comercio minorista: el desbalance de poder entre grandes cadenas y pequeños distribuidores. Si bien el desenlace de este litigio aún está por definirse, el mensaje es claro: los días de actuar sin consecuencias podrían estar contados. La industria y los consumidores estarán atentos a cada movimiento en esta batalla judicial.