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Resto del mundo

Detienen en Holanda a dos hombres por caso de huevos contaminados

Dos administradores de la empresa Chickfriend fueron detenidos este jueves en Holanda dentro de la investigación judicial abierta por el caso de los huevos contaminados con fipronil, un insecticida tóxico prohibido en la cadena alimentaria europea, informó la cadena televisión local NOS.

Chickfriend es la compañía holandesa sospechosa de haber utilizado el producto, que fue detectado en huevos de Bélgica y Holanda, en establos donde había gallinas y pollos.

Los arrestos se llevaron a cabo en las localidades de Barneveld y Zaltbommel, en el centro del país, y los detenidos han fueron identificados como Matthijs IJ, de 24 años, y Martin van de B., de 31.

Las autoridades de Bélgica y Holanda efectuaron este jueves de forma conjunta varios registros en explotaciones avícolas, dentro de la investigación criminal abierta para determinar el origen de la contaminación.

En Holanda, la Autoridad de Alimentación y Bienestar (NLWA) realizó ocho registros, indicó el diario «Volkskrant».

En estos, las autoridades se incautaron además de objetos de valor como coches y activos bancarios e inmobiliarios.

En Bélgica, setenta agentes de la policía federal y de la Agencia federal para la seguridad alimentaria (Afsca) llevaron a cabo once registros, según informó la fiscalía de Amberes y recoge el periódico «Le Soir».

El escándalo se desató el 2 de agosto, cuando Holanda advirtió de que había encontrado fipronil en varias partidas de huevos, aunque Bélgica había detectado la presencia de este tóxico el 20 de julio.

La alerta alimentaria se extiende ya a trece Estados, incluidos todos los países a los que Bélgica y Holanda exportaron huevos desde que se comunicó la alerta, aunque España no se encuentra entre ellos.

Resto del mundo

Cofece multa a Walmart por prácticas monopólicas: la batalla legal apenas comienza

La Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece) asestó un golpe histórico al multar a Walmart de México con 93.4 millones de pesos tras concluir una investigación que se extendió por más de cuatro años. La razón: prácticas monopólicas relativas, particularmente en el trato con sus distribuidores.

Según el dictamen de la Cofece, Walmart aprovechó su posición dominante en el mercado para imponer condiciones desfavorables a los proveedores, afectando la competencia en el sector. Aunque no se han revelado todos los detalles de las “contribuciones” impuestas a los distribuidores, el veredicto destaca cómo estas prácticas distorsionan el acceso al mercado y perjudican a competidores más pequeños.

En respuesta, Walmart no tardó en reaccionar. La empresa anunció que impugnará la decisión y enfatizó su compromiso con el cumplimiento de las leyes mexicanas. En su comunicación oficial, destacó que la sanción carece de fundamento y que está basada en interpretaciones erróneas. Este movimiento era predecible: para una empresa de este tamaño, 93 millones de pesos no solo representan una cifra considerable, sino también una amenaza a su reputación.

Por otro lado, la Cofece también se juega mucho. Este caso es una muestra clara de su intención de reforzar la vigilancia sobre los gigantes corporativos. Sin embargo, una batalla legal prolongada podría poner a prueba su capacidad de defender sus resoluciones en tribunales.

Más allá de la multa, el caso de Walmart pone el reflector sobre una problemática común en el comercio minorista: el desbalance de poder entre grandes cadenas y pequeños distribuidores. Si bien el desenlace de este litigio aún está por definirse, el mensaje es claro: los días de actuar sin consecuencias podrían estar contados. La industria y los consumidores estarán atentos a cada movimiento en esta batalla judicial.

 

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