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Dime cómo es tu selfie y te diré cómo eres

Lo que comenzó con un bello paisaje, un momento feliz o un acontecimiento poco común, ahora se ha vuelto en la captación de cualquier circunstancia en la que se encuentre el usuario, hasta el punto de necesitar tomarse una foto para comprobar que estuvo en cierto sitio, ya que de no hacerlo es como si no hubiera ido. Este tipo de fotos es lo que ahora conocemos como selfies.

En algunos selfies a veces se observan comportamientos y formas de vida que pueden llevar a problemas de autoestima, e incluso mentales.

Como se menciona en el portal ABC.es, este fenómeno llevó a investigadores a tratar de descubrir por qué ciertas personas no pueden evitar el tomarse selfies cada momento del día.

Un estudio publicado por la Universidad de Brunel en Londres (Inglaterra), menciona que los usuarios más obsesionados con compartir en redes sociales imágenes de ellos mismos en múltiples situaciones pueden llegar a presentar problemas psicológicos.

Por medio de la recopilación de opiniones y análisis de 555 perfiles de usuarios en Facebook, se concluyó que las personas que continuamente publican selfies tienden a estar impulsadas por el narcisismo, un «problema psicológico», según los psicólogos.

Asimismo, destaca que las parejas que normalmente se muestran más felices de forma continua, al publicar constantemente en las redes lo mucho que se aman, pueden realmente estar pasando por un mal momento, ya que este comportamiento sería un indicador de que tienen una baja autoestima.

En ese sentido, se descubrió que los usuarios que suelen compartir en Facebook muchas imágenes de ellos practicando deporte, ya sea al aire libre o en el gimnasio, son los que más «me gusta» reciben, por lo que esta situación provoca que continúen intentando conseguir la atención que desean a través de los selfies.

De la misma forma, quienes se toman las fotos y las publican inmediatamente suelen ser impulsivos y muestran un comportamiento psicópata. Por su parte, los que sacan un selfie y lo editan antes de publicarlo tienden, por lo general, a actitudes narcisistas que miden cuánto priorizan su propia apariencia.

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Desaparece en Disneyland y aparece días después en un bote de basura en Mexicali: el misterioso caso de Annie Encino

Una adolescente estadounidense de 16 años fue localizada con vida dentro de un contenedor de basura en Mexicali, Baja California, días después de haber desaparecido en el parque Disney California Adventure, en Anaheim. El caso ha despertado preocupación e interrogantes en ambos lados de la frontera, especialmente por el silencio mediático en México y las lagunas que aún rodean su cruce hacia territorio nacional.

Annie Kathleen Encino desapareció el pasado 20 de abril tras una discusión con su familia dentro del parque temático. Fue vista por última vez alejándose sola, lo que activó una Alerta Amber en Estados Unidos. Sin embargo, esa alerta nunca cruzó a territorio mexicano, dejando a la opinión pública del país sin conocimiento de su desaparición… hasta que la historia dio un giro tan insólito como alarmante.

Días después, una llamada anónima al 911 alertó a la policía municipal de Mexicali sobre la presencia de una menor dentro de un bote de basura. Al llegar al sitio, los oficiales encontraron a la joven en condiciones que no han sido detalladas, pero confirmaron su identidad. El consulado de Estados Unidos fue notificado de inmediato y su madre viajó a la ciudad fronteriza para identificarla y llevarla de regreso.

Hasta ahora, las autoridades mexicanas no han informado cómo fue que Annie cruzó la frontera sin documentos, sin acompañantes y sin ser detectada. Tampoco han revelado si fue víctima de trata, secuestro, abuso o si viajó voluntariamente con ayuda de terceros. La Fiscalía de Baja California mantiene abierta una investigación para esclarecer los hechos.

Lo que sí queda claro es que algo falló en los mecanismos de cooperación fronteriza. Ni la alerta internacional funcionó, ni hubo un protocolo binacional que permitiera actuar a tiempo. La aparición de una menor estadounidense en un contenedor de basura, en una ciudad donde los casos de desapariciones no son novedad, pone una vez más bajo la lupa la crisis de seguridad y el flujo irregular entre ambos países.

Mientras se esperan más detalles oficiales, el caso de Annie Encino evidencia que incluso en un entorno supuestamente seguro como Disneyland, la vulnerabilidad de los menores puede terminar en una historia digna de una serie policiaca.

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