Integrantes de Guerreros Unidos afirman que lo que los orilló a ejecutar y calcinar a los normalistas de Ayotzinapa, fue la revelación que los estudiantes hicieron sobre el vínculo de su director, José Luis Hernández Rivera, y el cártel de Los Rojos.
Pero dichos señalamientos no han sido suficientes para que Hernández Rivera aclare ante el Ministerio Público dicha acusación, pues su testimonio no aparece en las más de 53 mil fojas del expediente que la PGR hizo públicas.
Sidronio Casarrubias Salgado, líder de Guerreros Unidos; Felipe Rodríguez Salgado, El Terco, jefe de sicarios, y Jonathan Osorio Cortés, El Jona, sicario del citado grupo criminal, hicieron los señalamientos directos.
En declaraciones rendidas en diferentes momentos, dijeron que Hernández Rivero recibía 300 mil dólares de Los Rojos para permitir la infiltración de sicarios de ese grupo entre los normalistas y así poder entrar a los municipios de Chilpancingo e Iguala, donde los Guerreros Unidos dominaban.
Los tres declarantes coincidieron en señalar que fueron los normalistas que les fueron entregados por los policías de Cocula e Iguala, quienes revelaron el vínculo de Hernández Rivera con Los Rojos.
Casarrubias dijo que Gildardo López Astudillo, El Cabo Gil y Francisco Salgado Valladares, policía municipal de Iguala, le informaron que los normalistas de Ayotzinapa confirmaron que “los contras” (Los Rojos) querían sorprenderlos e ingresar a quitarles la plaza.
“Los 17 rojos que ya tenían identificados les manifiestan a El Gil, así como a Francisco Salgado Valladares, que el operativo se hizo porque se le dio 300 mil dólares al director de la escuela normal rural de Ayotzinapa, para que permitiera que miembros de Los Rojos se infiltraran en los autobuses con los estudiantes de Ayotzinapa”, dijo Casarrubias tras ser detenido, el 18 de octubre de 2014.
En tanto, Felipe Rodríguez Salgado aseguró que uno de los normalistas que fue interrogado, sin precisar quién, reveló “los desmanes” que iban a hacer a Iguala junto con integrantes de Los Rojos.
Aseguró que el estudiante le dijo que gente de Santiago Mazari Hernández, El Carrete, un líder de Los Rojos, cuyo centro de operación está en Cuernavaca, le pagó al director de la normal Rural Raúl Isidro Burgos para infiltrar a su gente.
El Jona narró cómo llevaron a los normalistas al basurero de Cocula y los bajaron de dos camionetas de redilas en los que los transportaron, unos sin vida, otros inconscientes y algunos más aún lúcidos.
Dijo que juntaron a los normalistas al pie de la barranca que da al basurero de Cocula y entre todos identificaron a tres estudiantes. Uno de ellos, Jorge Luis González Parral, El Flaquito, reveló quien iba al mando del grupo.
“Se puso hincado con las manos en la cabeza y comenzó a decir que el mentado Cochiloco (Bernardo Flores Alcaraz) era el que tenía la culpa de que ellos estuvieran ahí y que él era el encargado”.
También señaló a Miguel Ángel Hernández Martínez, El Patilludo, como otro líder del grupo. Éste último fue interrogado y también mencionó al Cochiloco como dirigente de los normalistas.
“Ese de las patillas, lo hicimos que se hincara y viera a los demás y se le dijo que hablara de lo que sabía y él dijo que el mentado Cochiloco y el director (de Ayotzinapa) hacían las marchas y a través de ellas metía a la gente que son los contras, Los Rojos”.
Estos tres y otro grupo de normalistas fueron asesinados e incinerados en el basurero de Cocula.
Fuente Excelsior