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Disfraces «sexys» para niñas reavivan el debate de la hipersexualización

A la hora de disfrazarse para Carnaval o Halloween, en las tiendas suelen encontrarse dos tipos de disfraces: los temáticos para hombre (de médico, de pirata, de vampiro…) y su versión «sexy» para mujer.
Los disfraces sexualizados no existen solo para adultas: la imagen de un vestido de “enfermera sexy” para niñas de cuatro a seis años se ha difundido ampliamente en las redes durante los primeros días de febrero, después de que el tuitero Hematocrítico y la página de Facebook Cultura Re-Evolucionaria la publicaran en sus perfiles. Periodistas como Pepa Bueno o actores como Paco León también se han hecho eco de la imagen.
enfermera
La fotografía del disfraz fue tomada el año pasado por la viguesa afincada en Madrid Carolina Rodríguez. La realizó en un bazar del barrio de San Blas, según ha explicado a Verne, y la publicó, indignada, en su Facebook. El 22 de enero, Hematocrítico subió las imágenes de otros dos disfraces hipersexualizados para niñas (estos, de princesas Disney) y Rodríguez comentó con el suyo. Hematocrítico la posteó en sus redes y fue cuando comenzó a difundirse.
No es un caso aislado. Al hilo de la imagen, otros usuarios han compartido más de estos disfraces hipersexualizados para niñas pequeñas, como un disfraz de bombera de la misma gama o los de policía y jirafa publicados en el blog sobre maternidad El Laboratorio de Mamá.
disfraves
Tras difundirse la imagen del disfraz de enfermera, la asociación de consumidores FACUA está intentando localizar al fabricante. Según ha explicado un portavoz de la asociación a Verne, la actuación en estos casos es la misma que con cualquier tipo de publicidad que denigre a la mujer. “Si lanza un mensaje machista, da igual que se trate de un anuncio o del etiquetado de un producto”, explican.
Aunque FACUA dé con el fabricante del disfraz, la asociación reconoce que en estos casos todo depende de voluntad de la empresa: “Tanto las asociaciones de consumo como el Instituto de la Mujer podemos hacer un informe y pedir que se retire la imagen o producto”, explican, “pero la compañía puede negarse, porque las peticiones no tienen un carácter sancionador”.
Estas peticiones pueden ser efectivas contra empresas reconocidas, que intentan evitar una mala imagen de cara al público. Sin embargo, con empresas desconocidas es más complicado. “Depende únicamente de la voluntad de la empresa”, cuentan.
Aunque FACUA no tiene cifras concretas de quejas por disfraces sexistas, afirman que los consumidores sí se ponen en contacto a menudo con la asociación por campañas denigrantes para la mujer. No existe ningún organismo administrativo que asuma la potestad sancionadora en estos casos. “Habría que clarificar qué administraciones son las encargadas de tomar medidas legales”, explican.

Fuente: Verne

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Desaparece en Disneyland y aparece días después en un bote de basura en Mexicali: el misterioso caso de Annie Encino

Una adolescente estadounidense de 16 años fue localizada con vida dentro de un contenedor de basura en Mexicali, Baja California, días después de haber desaparecido en el parque Disney California Adventure, en Anaheim. El caso ha despertado preocupación e interrogantes en ambos lados de la frontera, especialmente por el silencio mediático en México y las lagunas que aún rodean su cruce hacia territorio nacional.

Annie Kathleen Encino desapareció el pasado 20 de abril tras una discusión con su familia dentro del parque temático. Fue vista por última vez alejándose sola, lo que activó una Alerta Amber en Estados Unidos. Sin embargo, esa alerta nunca cruzó a territorio mexicano, dejando a la opinión pública del país sin conocimiento de su desaparición… hasta que la historia dio un giro tan insólito como alarmante.

Días después, una llamada anónima al 911 alertó a la policía municipal de Mexicali sobre la presencia de una menor dentro de un bote de basura. Al llegar al sitio, los oficiales encontraron a la joven en condiciones que no han sido detalladas, pero confirmaron su identidad. El consulado de Estados Unidos fue notificado de inmediato y su madre viajó a la ciudad fronteriza para identificarla y llevarla de regreso.

Hasta ahora, las autoridades mexicanas no han informado cómo fue que Annie cruzó la frontera sin documentos, sin acompañantes y sin ser detectada. Tampoco han revelado si fue víctima de trata, secuestro, abuso o si viajó voluntariamente con ayuda de terceros. La Fiscalía de Baja California mantiene abierta una investigación para esclarecer los hechos.

Lo que sí queda claro es que algo falló en los mecanismos de cooperación fronteriza. Ni la alerta internacional funcionó, ni hubo un protocolo binacional que permitiera actuar a tiempo. La aparición de una menor estadounidense en un contenedor de basura, en una ciudad donde los casos de desapariciones no son novedad, pone una vez más bajo la lupa la crisis de seguridad y el flujo irregular entre ambos países.

Mientras se esperan más detalles oficiales, el caso de Annie Encino evidencia que incluso en un entorno supuestamente seguro como Disneyland, la vulnerabilidad de los menores puede terminar en una historia digna de una serie policiaca.

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