La Universidad Autónoma de Chihuahua está de luto por la muerte del profesor de arte Alonso González Núñez, quien desapareció el pasado 26 de julio y cuyo cadáver fue encontrado enterrado dentro de una vivienda.
La Fiscalía actuó rápido y esclareció el crimen sin mayores complicaciones dando muestra de que cuando quieren hay capacidad, lo que falta a veces es voluntad, pues no es lo mismo ir contra un estudiante que contra un capo.
Antonio Elías Aranda Gutiérrez, es el nombre del estudiante de arquitectura acusado por el homicidio de González Núñez, quien se habría delatado empeñando objetos de valor del occiso. Se puso de pechito.
Esta simple pista llevó a los agentes hasta quien, dicen, es el asesino confeso del profesor universitario, quien era su vecino, y le habría hecho propuestas sexuales que culminaron con un enfrentamiento a golpes y el degollamiento del hoy occiso.
Luego del asesinato tomó el cuerpo, lo envolvió y lo llevó a la casa de su novia, misma que estaba vacía, donde ocultó el cuerpo y lo sepultó.
Otra triste noticia para la comunidad universitaria es la muerte de Rocío del Carmen Seáñez, hermana del rector Enrique Seáñez, a quien enviamos nuestras condolencias al igual que a la familia González Núñez.
Pero donde han sobrado condolencias es en Creel, pues luego de los periodicazos nacionales y del escándalo que montaron Javier ‘Pato’ Ávila y Javier Corral, el gobernador reconsideró sabiamente su postura y envió a Carlos Manuel Salas y a Raymundo Romero.
Raymundo salió del Palacio de Gobierno, pues es sabido que no le gusta mucho posar para cámaras ni encabezar eventos públicos, pero ahora le tocó y ni modo.
Carlos Manuel Salas lució callado y receptivo mientras Romero encabezó la reunión con autoridades y ciudadanos de Creel, quienes están hartos de la violencia y el abandono, pues si bien hay crímenes emblemáticos como el de una muchedumbre en una fiesta o la toma del pueblo por comandos, hay también muchos delitos “aislados”.
La impresión general de las autoridades y habitantes de Creel es que los funcionarios acudieron para llenarle el ojo al macho y prometer más de lo mismo: reforzamiento, coordinación, patrullajes, investigaciones, etc.
El problema de raíz no lo tocan: Hay cárteles que tienen infiltradas o sometidas a las policías de la región y sencillamente los criminales son los que mandan sin necesidad de documentos o fueros. Les bastan las armas.
Pero pese al agarrón entre los javieres y Palacio, hay que destacar el impulso mediático que le dieron los primeros a la situación, y el buen tacto político de César Duarte, quien logró sacudirse egos y caprichos para atender un problema que cuesta vidas y patrimonios a sus gobernados.
Pero el problema no se limita a Creel. Desde Meoqui hasta Jiménez las rutas y ciudades están en disputa, luego de que los cárteles se acomodaran y se asentaran en Chihuahua y Juárez, donde existe actualmente una mediana convivencia o tensa calma entre células criminales.
En estas regiones no se ha notado una participación decidida de las fuerzas militares y federales, que se limitan a recoger los muertos y a velar por sus propios intereses en la zona. ¿Los narcos?, que se maten entre ellos, piensan, demostrando así que la herencia del sexenio Calderonista no se borrará pronto.
Duarte no participó en la reunión de Creel porque no tiene tiempo para simulaciones: debe conseguir recursos para las áreas afectadas por las lluvias y resolver los graves estragos que dejaron en numerosos puntos del estado.
El mandatario recorrió Cuauhtémoc y Ojinaga, y de ahí partió a Chihuahua donde preparó el papeleo para enviarlo a la Secretaría de Gobernación, para ampliar la declaratoria de emergencia que ya se aprobó para 13 municipios.
Otro problema es la falta de conciencia de la ciudadanía, pues si bien las autoridades tienen las “brillantes” ideas de construir parques dentro de las presas o autorizar fraccionamientos en cauces de arroyos, lo cierto es que ellos no mandan a los niños a nadar a corrientes peligrosas.
Quizá ha faltado un poco de difusión sobre los riesgos de meterse a nadar en presas y arroyos, y esta nunca ha hecho falta pues por lo regular ni siquiera hay agua para que la gente pueda ahogarse, pero con las recientes precipitaciones ya van 10 muertes, todas ellas perfectamente evitables.
Las autoridades deben reforzar las alertas, pero la ciudadanía también debe apelar al sentido común y no entrar ni permitir a los niños que entren a corrientes que desconocen por completo. Recuerden que esto es un desierto y que aunque muchos creen saber nadar, realmente muy pocos saben hacerlo.
Los que quieren nadar de muertito son los representantes del Komander, pues según aseguró el alcalde Marco Adán Quezada “le tomaron el pelo” al depositar la fianza de 100 mil pesos y usarla como un permiso especial para violar la ley.
Esta clase de eventos maneja e invierte millones de pesos en sus conciertos, por lo que 100 mil pesos es una cantidad irrisoria para ellos. Que pongan una multa de medio millón para arriba, a ver si salen tan gallitos.
Pero a fin de cuentas todo es una simulación absurda: El Komander no canta sones, huarachas ni rock sesentero. Es un narcocantante, se enorgullece de serlo y lo presume en sus entrevistas, conciertos y discurso artístico, y sus fans son seguidores del “movimiento alterado”, que presume de desollar y descuartizar personas, asesinar inocentes, traficar drogas y cometer todos los delitos sin problemas, en las narices de la autoridad. ¿Qué les sorprende?
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