Estaban preparados para lo malo, para las extravagancias y la superficialidad, pero lo que se encontraron ayer superó todas las expectativas. La primera visita de Donald Trump a la OTAN estaba cargada de simbolismo, y símbolos fueron los que se encontraron Merkel, Macron, May y el resto. Un desastre de relaciones públicas, de comportamiento, de lenguaje. Una humillación pública y una decepción monumental cuando el norteamericano evitó, además, todo compromiso firme con la defensa conjunta. Trump tuvo la oportunidad por la mañana cuando vio a Tusk y Juncker y al mediodía, cuando comió con Macron, pero esperó hasta tener a todos los líderes juntos, con las cámaras en directo, para hacer lo impensable, reclamarles dinero, y evitar lo imprescindible: dar garantías de futuro.
La OTAN, esa institución que Trump considera «obsoleta», inauguraba el jueves sede nueva en Bruselas con una fiesta organizada básicamente para darle la bienvenida al nuevo presidente estadounidense, para que conozca de primera mano qué son, qué hacen y por qué es esencial que mantenga su fe en ella. En el complejo, espectacular y carísimo, la OTAN ha decidido levantar dos monumentos que sintetizan la razón de su existencia: un trozo del muro de Berlín y otro del World Trade Center. Un recuerdo de la Alianza Atlántica que nació como paraguas frente a la amenaza soviética y otro de la Alianza más solidaria tras los ataques del 11-S . Por eso, en la ceremonia de ayer, antes de empezar la Cumbre en sí, Angela Merkel y Donald Trump tomaron la palabra. La canciller, que desayunó con Obama en Berlín, hizo un discurso muy aplaudido en defensa de las libertades, de la cooperación y la unidad, apelando a la que fue su experiencia en una Alemania dividida. «No es el aislacionismo y el levantar muros los que nos lleva el éxito, sino las sociedades abiertas», proclamó, un recado evidente al amigo americano.
En cambio, Donald Trump aprovechó el momento de emoción, tras guardar un minuto de silencio por las víctimas de Nueva York y Washington, para afear y humillar en público a todos sus aliados, reclamándoles «ingentes cantidades de dinero» que, en su particular visión del mundo, le deben. «Un acto impropio», según Jorge Benítez, experto en la OTAN del Scowcroft Center on International Security.
¡10 años más! Adidas seguirá vistiendo a la Selección Mexicana
La marca alemana Adidas vestirá 10 años más a la selección de México, luego de una nueva renovación en el contrato que empezó en 2007, informó este viernes en una nota de prensa la Federación Mexicana de Fútbol (FMF).
«Para la FMF es un honor que Adidas siga formando parte de nuestra historia por 10 años más. Esta colaboración está basada en valores compartidos con los que Adidas ha mostrado un profundo compromiso, como el respeto por nuestra cultura, tradiciones y pasión por el fútbol”, señaló Ivar Sisniega, presidente ejecutivo de la federación.
La relación entre el Tri y la compañía de artículos deportivos comenzó en 1984 y duró en una primera etapa hasta 1990, tras lo cual tuvo una pausa y se retomó a partir de 2007.
En su segunda etapa, Adidas ha celebrado con México cinco títulos de la Copa Oro y uno del Mundial sub’17 en 2011; además de vestirla en las copas mundiales masculinas de 2010, 2014, 2018 y 2022.
Ahora, los alemanes concluirán el ciclo mundialista de 2026 y cubrirán también los de 2030 y 2034.
“Para Adidas, estar al lado del fútbol mexicano siempre ha sido importante; ser parte del proceso de consecución de éxitos, se vuelve hoy cada vez más relevante y, en este sentido, estamos contentos de seguir siendo parte de este camino”, señaló Jorge Dionne, director general de Adidas México.