Se desatan todas las alarmas en México, país vecino que ha estado en el centro del debate de la campaña republicana desde que el magnate republicano prometiera alzar un muro en la frontera si llegaba a la Casa Blanca, algo que parece cada vez más seguro.
Las consecuencias del triunfo del magnate para los mexicanos son difíciles de prever debido a los pocos detalles concretos que ha dado y el impredecible carácter del nuevo hombre fuerte de la política norteamericana, pero parece seguro que las relaciones entre ambos vecinos serán mucho más tensas.
Como muestra de su hostilidad hacia su vecino del sur, Donald Trump afirmó en el mes de junio: “Cuando México envía su gente, no envían a los mejores. Envían gente que tienen muchos problemas”, dijo. “Traen drogas, crimen, son violadores y, supongo que algunos, son buenas personas”. En aquel entonces el republicano sostuvo que México se estaba “burlando” de los Estados Unidos y aseguró: “Nos están ganando económicamente”.
Por lo tanto, no se espera que el presidente mexicano Enrique Peña Nieto vaya a tener precisamente a un aliado en la Casa Blanca pese a la visita que hizo el magnate al país en septiembre, cuando ya se negó a pedir disculpas por sus palabras hacia los mexicanos.
¿Veremos la construcción de un muro entre México y Estados Unidos? Es poco probable. Al margen de la inmensa cantidad de dinero que costaría el proyecto (pese a que Trump ha afirmado en varias ocasiones que la factura la pagarían los mexicanos), su construcción le supondría graves problemas con sus vecinos latinoamericanos y del resto del mundo. Además, no está claro que el Congreso apoyara esta iniciativa del margante.
Lo que sí que parece más probable es que la situación de los inmigrantes que se encuentran trabajando en los Estados Unidos ilegalmente se vuelva todavía más complicada. Donald Trump se ha negado repetidamente a regularizar a los 11 millones de personas ‘sin papeles’ que viven en el país, gran parte de ellos mexicanos, y está a favor de seguir con las deportaciones.
Campos de detención: el terrible plan de Trump contra los migrantes
El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, volvió a encender las alarmas en el ámbito migratorio al adelantar un plan que, de concretarse, marcaría un giro radical en la política de deportaciones de Estados Unidos. Sus recientes declaraciones apuntan a la creación de un sistema masivo de detención y expulsión, respaldado por el ejército, lo que ya ha generado controversia entre expertos, activistas y políticos de todas las esferas.
Una emergencia nacional para deportaciones masivas
Trump, quien regresará a la Casa Blanca en 2025, reafirmó en la plataforma Truth Socialque su administración estaría preparada para declarar un estado de emergencia nacionalcon el objetivo de enfrentar lo que ha llamado «una invasión permitida por Joe Biden».
Esta declaración se suma a los comentarios de Tom Fitton, director de la organización conservadora Judicial Watch, quien sugirió que se utilizarían recursos militares para implementar un programa de expulsiones masivas. El expresidente respondió tajantemente: «¡Es verdad!».
El alcance de este plan incluye el despliegue de la Guardia Nacional y, si es necesario, tropas federales. «La Guardia Nacional debería ser capaz de encargarse de las deportaciones; si no, usaría el ejército», afirmó Trump en una entrevista con Time en abril.
Durante su presidencia, Trump endureció significativamente las políticas migratorias, pero sus nuevas propuestas revelan un nivel de agresividad sin precedentes. A esto se suma, la idea de establecer «campos de detención» en Texas, en donde se albergaría a los migrantes antes de ser deportados.
Texas ofrece tierras para la construcción de campos de detención masiva
La comisionada de la Oficina General de Tierras de Texas, Dawn Buckingham, ha propuesto una medida que podría convertirse en el primer paso hacia la creación de campos de detención en la frontera sur de Estados Unidos.
En una carta dirigida al presidente electo Donald Trump, Buckingham ofreció al gobierno 567 hectáreas de tierra ubicadas en el condado de Starr, cerca de Rio Grande City, para la construcción de instalacionesdestinadas a procesar, detener y deportar a migrantes de manera masiva.
Este terreno, que actualmente se utiliza para cultivos agrícolas como cebollas, canola y maíz, sería destinado a albergar campos de detención, una propuesta que ha generado gran controversia en medio del debate migratorio.
Buckingham destacó que la Oficina General de Tierras de Texas está lista para colaborar con el Departamento de Seguridad Nacional y otras agencias federales para hacer realidad este proyecto, el cual se alinea con los planes de Trump para reforzar las políticas de deportación y control fronterizo.
Sheinbaum reacciona a deportaciones masivas y campos de detención
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, expresó su desacuerdo con laspolíticas migratorias propuestas por Donald Trump, especialmente en relación con la posible deportación masiva de migrantes y la construcción de campos de detención en la frontera sur de Estados Unidos.
Durante su conferencia de prensa mañanera, Sheinbaum destacó que su gobierno no acepta que los migrantes sean tratados como criminales, subrayando que existen instituciones de justicia para abordar estos temas de manera adecuada.
«Primero, evidentemente no estamos de acuerdo en que se trate a los migrantes como criminales, para eso existen las instituciones de justicia en cualquier lugar del mundo», afirmó la mandataria, quien también enfatizó la relevancia de la contribución de los trabajadores mexicanos en Estados Unidos.
En este sentido, Sheinbaum detalló que su administración tiene cuantificados los beneficios que estos migrantes aportan al país vecino, tanto a nivel laboral como en términos de impuestos.
Como parte de las preparaciones para un posible cambio de administración en Estados Unidos, Sheinbaum informó que su gobierno trabaja en un plan para enfrentar la eventualidad de deportaciones, asegurando que, en caso de que se den, México está listo para recibir a los connacionales deportados.
«En caso de que hubiera deportaciones nosotros vamos a recibir a las y los mexicanos, tenemos un plan para ello, pero vamos a trabajar previo a ello que no tienen por qué deportarse a nuestros connacionales, que al contrario, benefician incluso la economía de Estados Unidos», añadió.
Además, la mandataria anunció que, en los próximos días, se celebrará una reunión con su gabinete para definir los temas clave que se tratarán con el equipo de Trump una vez que este asuma la presidencia, entre los que se incluyen la seguridad, el Tratado Comercial entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), así como cuestiones culturales y de amistad bilateral.