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México

Dos de cada cinco universitarios en el desempleo

Recién terminaste la carrera y ahora debes encontrar trabajo. Buscas en los portales de empleo que hay en internet. Inicias con uno que presume tener más de 283 mil ofertas laborales. Delimitas tu búsqueda a vacantes para profesionistas, por algo dedicaste cuatro o cinco años de tu vida a estudiar una licenciatura. El abanico de oportunidades se reduce a 12 mil 362 plazas, 4% de la oferta original, pero no todas son para ti.

Las opciones se siguen descartando a medida que seleccionas empleos que tienen relación con lo que estudiaste o que se encuentran en tu ciudad. Si, por ejemplo, vives en el DF, tus alternativas disminuyen a 2 mil 396 empleos.

Comienzas a leer el perfil de las vacantes: en la mayoría te piden mínimo dos años de experiencia que no tienes porque acabas de iniciar tu vida laboral. En otras, no alcanzas la edad.

El ejercicio anterior no es ficticio. Se realizó consultando el portal de empleo de la Secretaría del Trabajo y recrea el panorama que viven los jóvenes profesionistas en México.

La Unidad de Datos de EL UNIVERSAL analizó la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) y encontró que 41% de los profesionistas menores de 30 años están desempleados o están en la informalidad. En números absolutos, 290 mil no tienen empleo y 1 millón 88 mil trabajan en negocios que no están legalmente establecidos. Por si esto fuera poco, un tercio gana menos que el promedio de los jóvenes que sólo acabaron la preparatoria.

La ENOE es una encuesta que el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) levanta cada tres meses. Los datos examinados corresponden al primer trimestre de este año.

Baja recompensa

De cada 100 niños que entraron a la primaria, 76 pasaron a la secundaria, 48 ingresaron al bachillerato y apenas 21 iniciaron una licenciatura. Al final, sólo 13 se titularon, de acuerdo con cifras de la organización Mexicanos Primero.

Pensarás que ser parte de ese 13% afortunado que terminó una carrera te premiará con un mejor salario. Comienzas a revisar los puestos de trabajo disponibles para jóvenes de tu edad.

La primera vacante que encuentras es para un odontólogo con uno o dos años de experiencia, que labore de lunes a sábado de 3 pm a 10 pm. La paga: 3 mil 800 pesos mensuales y prestaciones de ley.

Pasas a la siguiente oferta. Se requiere un pasante en Administración o Relaciones Internacionales, de entre 25 y 35 años. El trabajo es de tiempo completo, seis días a la semana. A cambio la empresa ofrece 7 mil pesos y prestaciones.

Continúas buscando. Hallas vacantes de 6 mil 500 pesos para un diseñador gráfico, de 5 mil 310 para un ingeniero civil, de 5 mil para un médico y de 3 mil 500 pesos para un contador. Las plazas que rebasan los 10 mil pesos están reservadas para personas con más experiencia.

De acuerdo con los datos de la ENOE, aunque existe una remuneración mayor por terminar una carrera, la brecha en salarios se estrecha en las nuevas generaciones.

Una persona con bachillerato gana en promedio 5 mil 300 pesos al mes mientras que un profesionista percibe 9 mil 653 pesos. Pero si el licenciado tiene menos de 30 años, entonces su salario se reduce a 6 mil 870 pesos, es decir, 41% menos que la media de profesionistas. La diferencia con los trabajadores de su misma edad que sólo tienen bachillerato termina siendo de apenas 2 mil 562 pesos.

El 35% de los recién graduados gana incluso menos de 4 mil 308 pesos, que es el sueldo promedio de los jóvenes que únicamente terminaron la preparatoria.

Puertas cerradas

Podría pensarse que los bajos salarios que perciben estos jóvenes se compensan con más alternativas de empleo. Sin embargo, no es así. En México trabajan o buscan ocuparse 3 millones 161 mil profesionistas menores de 30 años, de los cuáles 290 mil están desempleados y un millón 88 mil laboran en la informalidad.

Es decir, que 9% no tiene actividad y 35% labora en negocios no establecidos legalmente. Sólo 56% logra colocarse en una empresa establecida o en el gobierno.

Si su situación se compara con la de todos los profesionistas en general, donde sólo 25% trabaja en la informalidad y otro 5% está desempleado, queda claro que los jóvenes enfrentan las condiciones más adversas a la hora de conseguir una ocupación.

La tasa de desempleo de este grupo (9.2) supera incluso a la de los jóvenes que sólo estudiaron la preparatoria (8.5). A pesar de todo, estudiar una licenciatura sigue siendo de ayuda para salir de la informalidad. Mientras que 56% de los jóvenes profesionistas cuentan con un empleo formal, sólo 41% de los que tienen preparatoria lo consiguen.

Has revisado ya más de 50 ofertas laborales y hasta ahora la más atractiva es para un titulado en Sistemas Computacionales. El sueldo es de 18 mil pesos más prestaciones de ley. A cambio, debes dominar el inglés, ser líder, trabajar en equipo y tener más de 25 años. Si no eres programador habrá que seguir buscando.

Fuente: El Universal.

México

Afirman que ‘Chapito’ acordó con EU entregar al ‘Mayo’

Joaquín Guzmán López, hijo de «El Chapo» Guzmán, trabajó con autoridades estadounidenses para entregar a Ismael Zambada García, el histórico narcotraficante que fue detenido ayer en Texas, según el periódico The Wall Street Journal.

Joaquín Guzmán habría persuadido a «El Mayo» para que lo acompañara en el vuelo diciéndole que iban a echar un vistazo a pistas terrestres y clandestinas en el norte de México. 

Si embargo, Guzmán López había acordado con funcionarios de Estados Unidos aterrizar en un aeropuerto cerca de El Paso, Texas, según dijeron fuenta a dicho diario.

The Wall Street Journal afirma que Joaquín Guzmán López era el cerebro financiero detrás del cártel de Sinaloa, por ello los agentes estadounidenses dudaron de la oferta cuando Guzmán López la hizo por primera vez.

«Luego subió la apuesta: trabajaría con EU para capturar a Ismael ‘El Mayo’ Zambada», señala el diario.

Oscar Hagelsieb, ex agente senior de HSI en la ciudad fronteriza de El Paso, Texas, dijo al WSJ que Guzmán López quería evitar lo que temía sería un final violento a su carrera de narcotráfico.

«Los miembros jóvenes de una familia de cárteles no necesariamente quieren el miedo y el estrés de liderar un cártel», dijo.

«Ellos saben lo que conlleva ser parte de la familia y ser parte del cartel, y eso es violencia y caos».

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