Por lo menos dos de los funcionarios penitenciarios cesados el lunes por el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, tenían acceso y tenían la responsabilidad de resguardar los planos del Centro Federal de Readaptación Social del El Altiplano, los cuales fueron utilizados por personeros de Joaquín El Chapo Guzmán para construir el túnel donde se fugó.
Un informe de transparencia revela que el Órgano Administrativo Desconcentrado Prevención y Readaptación Social, dependiente de la Secretaría de Gobernación, es la unidad responsable de resguardar y administrar los planos arquitectónicos de los 19 penales federales que existen en el país.
Destaca que la Coordinación General de Centros Federales, la Dirección General de Ejecución de Sanciones y la Dirección General de Administración de ese órgano son las unidades que pueden tener acceso a los planos, así como a su administración y resguardo.
En ese sentido, la coordinadora General de Ceferesos, Celina Oseguera Parra, y el director del penal del Altiplano, Valentín Cárdenas Lerma, habrían tenido acceso a los mismos. El secretario Miguel Ángel Osorio Chong reconoció el lunes que para poder construir el túnel donde escapó Guzmán Loera, “efectivamente, requería de unos planos”.
La entrega de los planos, o por lo menos información de los mismos, forma parte de la investigación que lleva a cabo la PGR, y apunta principalmente a Cárdenas Lerma y al director técnico del Altiplano, Librado Carmona García.
En diversas solicitudes de información ante el hoy Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales, se ha negado el acceso a los planos de todos los centros federales, por un asunto de seguridad nacional, para evitar fugas de reos federales.
“A diario, las bandas del crimen organizado planean acciones de secuestro, filtración de información, narcotráfico, entre otros, por lo que de dar a conocer la información solicitada se traduce en acercar elementos y datos a los grupos delictivos, lo que origina una afectación a las tareas de estrategia e inteligencia para la prevención de la evasión de reos en los centros carcelarios, colocando de una forma especifica en un estado de riesgo a los bienes jurídicamente tutelados por las leyes y las instituciones, consistentes en la vida y la salud de la sociedad y en específico a los miembros de la institución”, especifica una de las respuestas de acceso a los planos.
El lunes, al visitar el lunes la celda de donde se fugó Joaquín Guzmán Loera, el senador Alejandro Encinas consideró que habían elementos logísticos, de ingeniería y financieros, así como alta tecnología para poder haber logrado una excavación hasta de 19 metros de profundidad y cerca de 1 kilómetro y medio de distancia entre la casa y la celda con una precisión milimétrica, lo que implicó que los personeros de Guzmán conocían los planos de todas las instalaciones del Altiplano.
No es tan difícil tener la información arquitectónica
A través de algunas páginas de Internet se puede acceder a datos generales de arquitectónicos y urbanos de centros de reclusión federales y estatales, por ejemplo, del Cefereso 2 de Puente Grande, Jalisco.
El propio sitio ordenjuridico.gob.mx de la Secretaría de Gobernación da algunos detalles de ese penal, que pueden ser interpretados por ingenieros y arquitectos. Por ejemplo: “Se establecen los límites que se definen por un polígono con una superficie aproximada de 409.80 Has. Cuyo perímetro se define tomando como referencia el Sistema Geográfico Nacional Inegi-UTM”.
El sitio sinat.semarnat.gob.mx también revela el plano de conjunto del terreno para el centro de readaptación social de la zona norte, ubicado en el kilómetro 286 de la carretera 180 Mérida-Puerto Juárez, en el municipio de Benito Juárez, Quintana Roo. Se precisan las colindancias y tierras en común, entre otros datos.
Sin conocer la autenticidad de los mismos, el sitio arq.com.mx ofrece descargas del diseño de un centro de readaptación social. “Los planos contienen ejes, cotas, niveles, nombre por espacio arquitectónico, amueblado y pie de plano”, refiere.
Fuente: El Economista