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Opinión

Duarte, Borge y el ex Rodrigo Medina

Estos días de verano se antoja estar muy atentos de tres personajes que están tratando a toda costa de evitar ser juzgados y procesados en tribunales. Se trata de los aún gobernadores Cesar Duarte de Chihuahua y Roberto Borge de Quintana Roo.

Omar Sánchez de Tagle

Omar Sánchez de Tagle. Periodista, Conductor en Radio Fórmula, Co-conductor del programa Atando Cabos y jefe de información de Denise Maerker, en Televisa.

Por: Omar Sánchez de Tagle

Y el otro es el exgobernador Rodrigo Medina, al que en estos días se le notificará que deberá, ahora sí, comparecer ante un juez por el desvió de más de 3 mil 600 millones de pesos que se originó durante su administración.

Tanto Duarte como Borge estarán defendiéndose por separado con dos amparos distintos que grupos de la sociedad civil han interpuesto para evitar que decisiones tomadas por ellos y sus congresos continúen adelante. Justo esta semana un juez de Chihuahua deberá definir si es constitucional la deuda de 6 mil millones de pesos adquirida por Duarte y que tardaría 25 años en pagarse.

Y por otro lado, un juez de Cancún tendrá que definir si es legal que los siguientes 15 años Borge pueda seguir con escoltas que sean pagadas por el estado.

Lo que resulta interesante es que en el caso de los actuales gobernadores de Chihuahua y Quintana Roo no fueron fiscalías o autoridades las que los han puesto en encrucijadas, sino organizaciones sociales que han solicitado ampararse.

En el caso de Cesar Duarte vale la pena mucho ver los argumentos esgrimidos por la organización Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad, quien obtuvo la suspensión en la cual el juez ordena al congreso y al gobernador “a no efectuar la contratación de financiamientos, incluyendo la emisión de valores en los que participe Fibra Estatal Chihuahua S.A. de C.V. de forma directa o indirecta y/o cualquier otra figura similar o análoga”.

Mexicanos contra la Corrupción argumentó en su solicitud que la deuda otorgada por los diputados de Chihuahua es inconstitucional, pues el artículo 117 de la Constitución prohíbe a los estados contratar financiamientos los últimos tres meses de gobierno.

Diantres, esta semana Borge y el exgobernador Rodrigo Medina tendrán que hablar mucho con sus abogados y en una de esas ante los jueces que ven sus casos.

Opinión

Diálogos. Por Raúl Saucedo

El Eco de la Paz

En el crisol de la historia, las disputas bélicas han dejado cicatrices profundas en el tejido de
la humanidad. Sin embargo, en medio del estruendo de los cañones y las balas metrallas, ha
persistido un susurro: El Diálogo. A lo largo de los siglos, las mesas de negociación han
emergido como esperanza, ofreciendo una vía para la resolución de conflictos y el cese de
hostilidades entre grupos, ideas y naciones.
Desde la antigüedad, encontramos ejemplos donde el diálogo ha prevalecido sobre la espada.
Las guerras médicas entre griegos y persas culminaron en la Paz de Calias, un acuerdo
negociado que marcó el fin de décadas de conflicto. En la Edad Media, los tratados de paz
entre reinos enfrentados, como el Tratado de Verdún, establecieron las bases para una nueva
configuración política en Europa.
En tiempos más recientes, la Primera Guerra Mundial, un conflicto de proporciones
colosales, finalmente encontró su conclusión en el Tratado de Versalles. Aunque
controvertido, este acuerdo buscó sentar las bases para una paz duradera. La Segunda Guerra
Mundial, con su devastación sin precedentes en el mundo moderno, también llegó a su fin a
través de negociaciones y acuerdos entre las potencias.
La Guerra Fría, un enfrentamiento ideológico que amenazó con sumir al mundo en un
conflicto nuclear, también encontró su resolución a través del diálogo. Las cumbres entre los
líderes nucleares, los acuerdos de limitación de armas y los canales de comunicación abiertos
permitieron evitar una posible catástrofe global.
En conflictos más recientes, y su incipiente camino en las mesa de negociación ha sido un
instrumento crucial para lograr el cese de hostilidades de momento, esta semana se ha
caracterizado por aquellas realizadas en Arabia Saudita y París.
Estos ejemplos históricos subrayan la importancia del diálogo como herramienta para la
resolución de conflictos. Aunque las guerras pudieran parecer inevitables e interminables en
ocasiones, la historia nos muestra que siempre existe la posibilidad de encontrar una vía
pacífica. Las mesas de negociación ofrecen un espacio para que las partes en conflicto
puedan expresar sus preocupaciones, encontrar puntos en común y llegar a acuerdos que
permitan poner fin.
Sin embargo, el diálogo no es una tarea fácil. Requiere voluntad política, compromiso y la
disposición de todas las partes para ceder en ciertos puntos. También requiere la participación
de mediadores imparciales que puedan facilitar las conversaciones y ayudar a encontrar
soluciones mutuamente aceptables.
En un mundo cada vez más complejo e interconectado, el diálogo se vuelve aún más crucial.
Los conflictos actuales, ya sean guerras civiles, disputas territoriales o enfrentamientos
ideológicos, exigen un enfoque pacífico y negociado. La historia nos enseña que la guerra
deja cicatrices profundas y duraderas, mientras que el diálogo ofrece la posibilidad de
construir un futuro más pacífico y próspero para todos.
Los diálogos siempre serán una vía, aunque el diálogo más importante será con uno mismo
para tener la paz anhelada.
@RaulSaucedo
rsaucedo@uach.mx

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