Hazme el paro, Meade. Así podría resumirse la visita del actual secretario de Desarrollo Social a Chihuahua, la cual en principio no tenía un motivo claro pues no se anunció a qué venía, pero luego quedó claro el motivo: apapachar al gobernador César Duarte con una rueda de prensa en el Pueblito Mexicano, donde se le llenó la boca de miel al hablar de los logros del aún mandatario.
Como para que no se viera tan a la brava, anunció el lanzamiento de un programa de empleo temporal por 26 millones de pesos, una cifra paupérrima si se toma en cuenta el tamaño de los problemas de la frontera. Algunos se burlaban diciendo que costó más la venida del secretario que los apoyos que dejó.
También inauguró un centro contra adicciones y luego vino lo mero bueno: una reunión privada con alcaldes y el gobernador, en el que se abordaron temas que poco tuvieron que ver con la administración pública y mucho con los temas grillescos ante el descalabro que se llevó el PRI, mismo que todavía está manando sangre.
Ya en la rueda de prensa sacó sus mejores números para tratar de matizar la desastrosa administración del gobierno que aún no acaba de irse. Afirmó que Chihuahua está entre la quinta parte del país más pobre (que se dé una vuelta a Anapra, Vistas Cerro Grande o Batopilas).
También habló de importantes logros en educación, salud, seguridad social, vivienda, alimentación, inversiones y hasta seguridad pública. Esos son amigos, no fregaderas, los que vienen a poner su cara cuando peor te tunden, así no tengan argumentos para defenderte.
Este parece ser uno de los resultados de la gira del gobernador por la Ciudad de México, donde ha buscado desesperadamente al nuevo dirigente nacional del PRI, Enrique Ochoa, sin éxito. En su lugar pudo convencer a alguien de su grupo, Meade, de venir a tirarle guirnaldas.
Pero eso no es todo. Parece que otro amarre que lograron fue una cita con el ex dirigente del PRI, Manlio Fabio Beltrones, quien se habría reunido con el ex candidato a la gubernatura priísta, Enrique Serrano, para discutir temas que muy probablemente tienen que ver con la sucesión en el partido, lo único que más o menos le queda al PRI.
Y decimos más o menos porque con la multa que se llevó el PRI en las pasadas de las elecciones, perdería más de 12.4 millones de pesos en prerrogativas. A eso súmele que no habrá oleadas de burócratas pagando cuota al partido, por lo que las cajas del PRI por primera vez en mucho tiempo se llenarán sólo de telarañas.
Aun así hay disputa por lo que queda del PRI. Si bien los Serranistas quieren seguir avanzando por designación de Duarte, según se quedaron acostumbrados, ahora la tendrán más difícil pues el baecismo anda crecido y trae con qué competirles. El tiro sería entre Marco Adán Quezada y Serrano (otra vez), con satélites como Lilia Merodio, Graciela Ortiz y Oviedo Baca, entre otros interesados.
Sin embargo, en todos estos ajustes aún no queda claro cómo se defenderá Duarte de la sentencia anticipada que ha recibido de buena parte de la ciudadanía chihuahuense, pues en las redes sociales a diario se leen comentarios pidiendo que rinda cuentas, pues el desfalco a las arcas públicas es una realidad clarísima en el imaginario popular, y las pruebas en su contra parecen confirmarlo. Habrá que esperar a ver qué dice la PGR.
Mientras, Javier Corral, siempre hábil en eso se ganar a la primera, a la segunda o a la tercera, no se da por vencido con el tema del endeudamiento y ahora está jalando los hilos con una carta pública a las instituciones financieras y a la Secretaría de Hacienda para evitar que se bursatilicen los bonos carreteros, con la advertencia de que llevará dicha acción a litigio apenas asuma la gubernatura, y ni modo que no lo cumpla.
Hacienda ya lo bateó diciendo que ellos no pueden oponerse a una acción aprobada por el Congreso y Gobierno del Estado. Las instituciones no han respondido, y quién sabe si lo hagan, pues están vendiendo muy caro su dinero con tasas elevadas y atractivas. Sería en los primeros días de agosto cuando caería la lana.
En el otro pleito que trae Duarte contra Corral, la impugnación, también hay movimiento. El Tribunal Estatal Electoral solicitó abrir 45 paquetes electorales donde el PRI jura que están los miles de votos que le devolverían la gubernatura, un delirio que ya ni ellos mismos creen. Al parecer le queda poca vida a esta charra y en unas cuantas semanas habrá cumplido su propósito de dilatar y distraer, pero nada más.
Y pasando a otras broncas, las magisteriales. Ayer tronó la burbuja en el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, pues durante el XXXI Congreso Extraordinario tuvieron que lidiar con un creciente grupo de maestros inconformes con la reforma educativa, las corruptelas de los líderes, el acaparamiento de plazas, el colaboracionismo con medidas que lesionan sus derechos, entre un largo etcétera. Así, tanto a René Frías como a Alejandro Villarreal los tundieron, pero parece que de ahí no pasará, pues aún son más los profesores que respaldan a la dirigencia, al menos por lo pronto y de los dientes mara fuera.
Mientras, la lucha por la universidad parece irse calmando. Los maremotos mediáticos de denuncias y cochinero no han pasado de ahí, no hay denuncias formales que lleven peso, y todo parece haber quedado en una llamarada de petate.