Mientras dormimos, el cerebro procesa las actividades del día para almacenarlas en la memoria. Por primera vez, se ha demostrado que el sueño podría borrar o alterar recuerdos relacionados con el miedo, lo que podría resultar en una nueva y efectiva terapia contra las fobias.
Un equipo de investigadores de la Universidad Northwestern en Illinois, liderado por Jay Gottfried, encontró que el miedo podía ser reducido en las personas al exponerlas constantemente al recuerdo de ese miedo mientras dormían. El descubrimiento comprueba que las emociones pueden ser manipuladas durante el sueño.
Durante el estudio, se le administró a 15 pacientes leves descargas eléctricas mientras veían dos rostros diferentes. Cada rostro era acompañado de un aroma específico, por lo que las personas relacionaron el miedo a las descargas con el olor y con el rostro. Posteriormente, cuando los sujetos dormían, se reprodujo uno de los dos olores, reactivando la memoria de la cara correspondiente. Esto sucedió durante la etapa de sueño profundo o de ondas lentas, en la que se consolida la memoria.
Al despertar, los partícipes fueron nuevamente presentados con ambos rostros. Se midió el nivel de miedo suscitado a través de la sudoración de la piel y de imágenes obtenidas por resonancia magnética. Los científicos encontraron que las personas reaccionaban con menor miedo frente al rostro cuyo perfume habían olido dormidos.
Los resultados ofrecen una nueva manera de mejorar la terapia de exposición, comúnmente utilizada para tratar fobias. Ésta consiste de una exposición gradual al objeto o situación temida hasta que el miedo desaparezca. La adición de un tratamiento nocturno podría resultar mucho más efectivo en la eliminación de un miedo. Quizá algún día se lograrán borrar otras emociones negativas durante el sueño.
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