El mandatario filipino Rodrigo Duterte, quien inició una dura campaña contra el tráfico y consumo de drogas al comienzo de su mandato, expresó su deseo de renunciar y ha creado una nueva polémica que incluye a su vicepresidenta.
El tema inició con la demanda del exsenador Ferdinand “Bongbong” Marcos Jr. y aspirante la vicepresidencia filipina en los comicios de 2016, quien dijo que la ganadora Leni Robredo hizo fraude en su victoria.
Aunque la demanda sigue su curso judicial, el vocero presidencial Harry Roque señaló este jueves que el mandatario renunciará si Marcos gana su demanda, reiterando declaraciones previas de Duterte.
De vencer en la impugnación, el exsenador se convertiría en vicepresidente y entonces Duterte renunciaría, con lo que dejaría la vía libre al hijo de Ferdinand Marcos, quien gobernó con mano dura Filipinas de 1965 a 1986, para ser el nuevo jefe de Estado.
De acuerdo a la prensa filipina, Duterte desde octubre de 2016 expresó sus preferencias para que Marcos fuera el vicepresidente en lugar de Leni Robredo.
Las capacidades de Robredo, quien carece de funciones reales, no son las adecuadas para hacerse cargo de la presidencia, indicó Duterte.
El mandatario, quien ha ganado los titulares por enfrentarse de manera áspera a líderes como el expresidente Barack Obama, ha expresado su deseo de renunciar ante el poco avance de sus políticas contra la corrupción, precisan los medios filipinos.
Antes de manifestarse abiertamente a favor de Marcos, había señalado que una junta o el senador Francis Escudero deberían de sucederlo si renuncia, pero esas opciones no están previstas en la constitución filipina.
Robredo señaló ya que tanto ella como Duterte deben de seguir en sus respectivos cargos hasta 2022, cuando vence el termino para el cual fueron electos.
El país tiene muchos problemas y debemos de buscarles solución, aseguró.
Por su parte, aliados políticos del mandatario como el senador Vicente Sotto III manifestó que conoce a Duterte y sabe que la palabra «rendirse» no está en su vocabulario.
No es renuncia, sino frustración por la corrupción gubernamental que le ha tocado combatir, comentó.
En este sentido, el exsenador Marcos señaló que Duterte no debe de dejar su cargo. Agradeció su fe en sus habilidades, pero lo urgió a no abandonar el cargo pues el pueblo filipino lo necesita.