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Opinión

Marcelo Ebrard: Un reto sustancial. Por Caleb Ordóñez T.

Caleb Ordóñez T.

Caleb Ordóñez Talavera

Roma, “La ciudad eterna” recibirá a los presidentes y líderes más importantes de las 20 economías más grande del mundoel próximo 30 y 31 de Octubre.

Esta edición tiene tintes bastantes complejos, en medio de un fuerte interés de los países por volver a la normalidad y levantar sus economías. Luego de una pandemia que rebasó por completo a toda y cada una de las naciones más poderosas del mundo.

Caleb Ordoñez Talavera

A pesar del flagelo aún existente y destructor, los puntos a trabajar en la agenda de trabajo de la Cumbre en Roma se dividirá en tres sesiones plenarias de trabajo, en las que se tratarán los siguientes temas: Economía global y salud; Cambio climático y medio ambiente; Desarrollo sostenible.

El presidente mexicano Andrés Manuel López Obradorconfirmó desde que recibió la invitación al importante evento, que no acudiría. En su lugar, estará presente el secretario de Relaciones Exteriores (SRE), Marcelo Ebrard Casaubón quien tiene una misión sumamente importante, pero también incomoda pues se trata de enfrentar a las potencias mundiales en un tema sensible y que podría disgustar a las naciones multimillonarias.

Las cumbres mundiales del G-20 congrega el 85% de la economía mundial. Incluye las mayores potencias industriales. En total,  está compuesto por 19 países más la Unión Europea. Los estados miembros son:

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Opinión

Inflexión. Por Raúl Saucedo

LO QUE SE VIENE EL DOMINGO

En entregas anteriores como LA URNA (1) y LA CLAVE (2) abordamos puntos del próximo ejercicio democratico en méxico considerando que la próxima jornada electoral del 1 de junio emerge no sólo como un evento democrático más, sino como un auténtico punto de inflexión para el gobierno federal. Más allá de la renovación de Congresos y gobiernos locales en un par de estados, la inminente elección directa de jueces, magistrados y ministros representa un desafío sin precedentes y una oportunidad estratégica que definirá el rumbo y la legitimidad del país.

La propuesta de reformar el Poder Judicial y someterlo a la voluntad popular fue una bandera clave de la administración anterior y ha sido refrendada por la actual. La promesa es clara: construir una justicia más cercana al pueblo, transparente y libre de vicios. Sin embargo, la materialización de esta visión a través de las urnas el 1 de junio no es un camino exento de riesgos. Para la administración federal, el resultado de esta elección judicial no sólo medirá el respaldo ciudadano a una de sus principales apuestas, sino que también sentará las bases sobre las cuales operará el poder judicial durante su sexenio.

Si la elección del 1 de junio deriva en la llegada de juzgadores alineados con la visión del gobierno, la política ejecutiva se podría ver fortalecida su capacidad para impulsar la agenda sin los contrapesos que un Poder Judicial tradicionalmente independiente suele ejercer. Esto, desde la óptica de sus simpatizantes, sería un avance para desatorar reformas y proyectos que, en ocasiones, fueron frenados por resoluciones judiciales. Sin embargo, para los críticos y la oposición, significa una concentración de poder sin precedentes y una erosión de la independencia judicial, pilar fundamental de cualquier democracia.

Por otro lado, si los resultados de la elección arrojan un panorama judicial más plural, con la llegada de juzgadores que no necesariamente comparten la misma visión política, el gobierno federal se enfrentaría a un Poder Judicial que podría actuar como un contrapeso más vigoroso. Esto, aunque potencialmente generador de fricciones y debates necesarios, sería visto por muchos como un fortalecimiento del sistema democrático de pesos y contrapesos, garantizando que el ejercicio del poder se mantenga dentro de los límites constitucionales.

La forma en que se desarrolló la campaña electoral para los puestos judiciales, la participación ciudadana y, sobre todo, la legitimidad percibida de los resultados, serán cruciales. Una elección pulcra y transparente podría otorgarle un capital político inmenso para legitimar su proyecto de nación. Sin embargo, cualquier indicio de irregularidad o polarización exacerbada durante el proceso podría enturbiar la imagen del gobierno y sembrar dudas sobre la verdadera independencia del Poder Judicial desde su génesis electoral.

Desde este teclado en la Ciudad de México, dónde estamos convencidos que la certeza jurídica es clave para el futuro de una nación, la configuración del Poder Judicial será observada con lupa. Un sistema judicial que genere confianza es vital para la atracción de capitales y el mantenimiento del estado de derecho. La elección del 1 de junio no es solo una votación de nombres; es la definición de las reglas del juego judicial para la próxima década, y con ello, de la gobernabilidad y la estabilidad democrática.

Esta reflexión viene a causa de que hoy es el último día de proselitismo para aquellos contendientes que el domingo mas haya de buenas voluntades vivirán el sistema político mexicano.

@Raul_Saucedo

rsaucedo@uach.mx

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