La economía mexicana entró en una fase de desaceleración, aún antes de la entrada del nuevo gobierno en Estados Unidos, que replanteó la relación comercial vigente durante los últimos 24 años, dejó ver información oficial divulgada este miércoles.
El producto interno bruto (PIB), la medida más amplia del desempeño de la economía, creció 2.3 por ciento en 2016, informó esta mañana el Instituto Nacional de Estadística e Informática (Inegi). Ese crecimiento fue menor al de 2.6 por ciento de 2015.
Para 2017, analistas privados calculan un crecimiento económico de 1 por ciento.
La desaceleración de la economía mexicana en 2016, respecto de 2015, fue resultado de que el sector agropecuario registró una variación positiva de 4.1 por ciento, mayor a 1.5 por ciento de 2015, reportó el Inegi.
No obstante el mayor dinamismo, el bajo peso del sector agropecuario en el PIB total, el mayor dinamismo no benefició sustancialmente a la tasa de toda la actividad económica, que incluso moderó su desempeño bajo comparación anual, comentó Ve por Más.
En tanto, el sector industrial, que aporta un tercio del valor de la economía, se estancó en 2016, al crecer 0.0 por ciento, mientras en 2015 lo hizo 1.0 por ciento. Ello fue consecuencia de una mayor contracción del sector minero, particularmente no petrolero (se contrajo 6.4 por ciento, mayor a la caída de 4.6 del año previo). Adicionalmente, el sector manufacturero mostró un ritmo debilitado (1.3 frente a 2.5 por ciento anterior) y la construcción se vio afectada por las contracciones en obra pública (1.8 por ciento de avance en 2016, menor a 2.5 por ciento previo).
Mientras, el sector servicios, que representa 62.7 por ciento del PIB, continuó creciendo por arriba del promedio nacional pero su comportamiento fue marginalmente por debajo de 2015 (3.4 contra 3.5 por ciento en 2015). Los rubros con contribución positiva fueron información en medios masivos, servicios financieros y de seguros, corporativos, educativos, esparcimiento y profesionales. En contraparte, comercio, transporte, inmobiliarios, alojamiento temporal y restaurantes.
La Jornada